Un partido de sensaciones
Tratar de analizar todo lo ocurrido, tácticamente hablando, durante cincuenta minutos de locura entre Real Madrid y Barça Regal en el Buesa Arena sería, amén de quizá aburrido para el lector, algo pretencioso. En ocasiones los partidos los deciden detalles pequeños, y el de ayer fue un duelo con un enorme derroche de sensaciones. De esos que demuestran que no hay deporte que transmita más que el baloncesto cuando un partido sale como el primer cuarto de final de esta Copa del Rey vitoriana.
Para empezar, fue un día de dulce venganza. La de Ante Tomic y Brad Oleson ante el equipo que, bien es cierto en circunstancias diferentes, les rechazó en su día. El croata fue un coloso bajo los aros y completó probablemente su mejor actuación desde que llegara a España, siendo decisivo también en ese rebote ofensivo que permitió a Erazem Lorbek llevar al partido a la segunda prórroga. Por su parte, Oleson volvía a la que fuera su casa, y lo hizo para ser determinante en su defensa sobre Jaycee Carroll, así como para ajusticiar con un tiro lejano a los blancos.
Fue el día en el que volvimos a quedarnos esperando a Mirotic. Sí, aunque el de Podgoriça anotase diecisiete puntos, cabe recordar que diez de ellos fueron en los compases iniciales del partido. Cuesta entender el escaso peso que tiene el Mirlo Blanco en el ataque blanco. Es un finalizador, pero el juego no empieza por él apenas. Y sigue sin hacer un partido para recordar ante el Barça. Pero llegarán, seguro.
El partido sirvió también para demostrar que Sergio Rodríguez es, a día de hoy, el mejor base nacional. Como suena. Con el Madrid entregado en la primera prórroga, emergió el Chacho desde el banquillo para rescatar a los suyos y ponerles con medio partido ganado. Hasta que llegó el rebote de Tomic.
Fue, por supuesto, una muestra más de que Juan Carlos Navarro (Primero de España, que estamos en la Copa), es ya poco menos que el Cid Campeador del Barça. Ostensiblemente limitado, y prueba de ello es el escaso uso que hizo de él Xavi Pascual en la recta final del partido, el de Santfeliú tuvo aún así la suficiente capacidad para seleccionar los momentos en los que debía, tenía que aparecer. Para aumentar una ventaja del Barça, o para evitar un acercamiento del Madrid. Estuvo cuando su equipo le buscó. Como casi siempre.
Observamos que a Rafael Hettesheimeir aún le vienen grandes estas citas. Con el partido en su fase más crítica, recibió un balón interior con clarísima ventaja para anotar y, sencillamente, no se atrevió a mirar el aro, dando tiempo a llegar a un Tomic que tenía la posición perdida, y lapidando una clara ventaja para los blancos en ese ataque, hecho que pudo ser decisivo. Y eso puede ser un problema para el Real Madrid, pues para ganar títulos, querido Hetts, esos tiros hay que meterlos. Y claro, para meterlos hay que jugárselos. Tiempo al tiempo, supongo.
No olvidará fácilmente Pete Mickeal este partido. El alero norteamericano, que una vez más destrozó al Madrid desde la posición de `3´, mostrándose superior a la defensa de Rudy, estuvo a punto de mandar al garete las opciones de los suyos con dos tiros libres (de una serie de tres) fallados en el último minuto de la primera prórroga. Error poco habitual en Mickeal, al que seguro le costaría conciliar el sueño tras el partido con esa imagen dando vueltas en su cabeza.
Por cierto, que Xavi Pascual demostró haber vuelto a igualar las tornas en ese duelo que por momentos parecía dominar Pablo Laso. El técnico culé ha variado el guión del rocoso comienzo de temporada y parece ahora algo más entregado al talento, que lo tiene en hombres con Huertas, Tomic, o por supuesto Navarro y Lorbek. Y para muestra, las altísimas anotaciones de los dos últimos duelos entre blancos y culés. Una bendición para el baloncesto.
Y para terminar, dos puntos negativos. Recordamos de nuevo que Álex Abrines este verano ha cometido un gravísimo error que, por el bien de todos, esperemos que no se cargue a uno de los mayores talentos jóvenes de nuestro deporte en España. Agitando toallas en estos partidos es probable que no mejores mucho como jugador. Por otro lado, el arbitraje dejó bastante que desear en determinadas fases del encuentro, con decisiones, cuanto menos, discutibles. No cabe duda que los señores Hierrezuelo, Jiménez y Bultó, estuvieron, en un partido eso sí muy difícil de pitar, bastante por debajo del nivel de los jugadores.
Son las sensaciones que deja un partido difícil de igualar en este torneo y en que el Barça, probablemente, demostró tener más hambre que el Madrid.
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José M. Puertas en twitter: @josempuertas
(Fotos: ACB)