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Un comentario racista del dueño de los Clippers pone en pie de guerra a la NBA

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La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida. Cuando uno pensaba que ciertos debates "trascendentales" llevaban largo tiempo siendo pasto del pasado, ocurren cosas como ésta.

Donald Sterling, propietario de Los Ángeles Clippers (una de las 30 franquicias de la NBA) farfulla por su boquita una serie de comentarios impropios de los tiempos que corren: "Puedes acostarte con negros pero no los traigas al baloncesto". Así se dirigió Sterling a su novia en una conversación que ha sido difundida. Palabras duras y estúpidas, palabras racistas. Palabras que me niego a enlazar a este artículo por su irrespetuoso contenido y su nula moral.

Palabras incomprensibles por varias razones. Primeramente, por el contexto en que se producen: una NBA plagada de afroamericanos, entre ellos los dos mejores jugadores del mundo en la actualidad (más otros tantos exponentes) y buena parte de los técnicos, directivos y propietarios de la liga. Una NBA que no olvida su glorioso pasado, unas raíces plagadas de jugadores de color que en algún momento de sus carreras llegaron a sentirse los reyes del mundo: Michael Jordan, Magic Johnson, Lew Alcindor/Kareem Abdul-Jabbar, Elgin Baylor, Wilt Chamberlain, Oscar Robertson, Bill Russell y un largo etcétera. Busquen y encontrarán inmensos ejemplos de campeones NBA, MVP y demás galardonados de negra piel. Cuenten si se atreven y les acompaña la curiosidad y verán que quienes hablan son los hechos, una historia del baloncesto teñida en buena medida por jugadores de ébano.

El yerro de Sterling choca en segundo lugar por el entorno que rodea a los Clippers, con un entrenador (Doc Rivers), unos jugadores franquicia (Chris Paul y Blake Griffin) y una plantilla (DeAndre Jordan, Jamal Crawford, Danny Granger, etc) afroamericana casi en su totalidad; también multiétnica/internacional. Una condición, la de la internacionalidad, de la que la NBA se enorgullece desde hace años. Logro que nada ni nadie puede negarle hoy a la liga y que lo suyo le costó adherir a su ADN.

Los comentarios de Sterling tampoco son dignos de exculpación alguna en un país, Estados Unidos, que hace 50 años era xenófobo y racista como el que más, pero que superó en buena medida uno de sus problemas históricos al conceder la batuta de su destino al primer presidente de color de su historia: Barack Obama. ¿Casualidad o causalidad? Me atrevo a aventurar lo segundo.

Aquí no acaba la cosa, no. El surrealismo llega a su culmen al revelarse el siguiente dato: la actual pareja de Donald Sterling (a quien el propietario soltó las perlas que una vez más me niego a publicitar) es de origen mexicano. ¿Se habrá dado cuenta el señor Sterling del terrible atentado que ha perpetrado a sus convicciones dejándose ver con una mujer latina, indigna de una condición, la suya, pura de raza y sangre?

Sinsentido

PD: La historia queda todavía más emponzoñada al saberse que Sterling nunca mantuvo de forma pública esta conversación racista con su pareja. El medio sensacionalista estadounidense TMZ (mundialmente conocido por su "primicia" del fallecimiento del cantante Michael Jackson) hizo gala una vez más de su intachable ética periodística sacando a la luz una charla telefónica mantenida en la más estricta intimidad. Hágase patente mi sarcasmo y mi ignorancia al respecto de quién obró peor: si cazador o cazado.

Lo peor es que las noticias sobre el SterlingGate por parte de este particular Sálvame yankee continúan generándose. La última: Sterling sabía que su arrebato estaba siendo grabado para la posteridad.

Lo dicho: sinsentido.

Millán Cámara en Twitter: @millancb y @whereah

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