Pepe Laso: Bonus Track
Ante el gran éxito de la entrevista de Pepe Laso en "Personajes TaF", os dejamos aquí el Bonus Track. Aquello que no se publicó en su día por cuestión de espacio y que ahora sale a la luz. A seguir disfrutando del maestro...
Lee aquí la entrevista ya publicada de Pepe Laso
Pepe Laso mantiene unas ideas claras de lo que supone el baloncesto, con su amor , lo que conlleva un esfuerzo, un compañerismo, ya desde sus primeros días como jugador. Desde aquellos días en los que Pedro Ferrándiz estaba en el filial del Real Madrid: es Hesperia.
Pedro Ferrándiz ha sido la Tarrés pero en baloncesto. Pedro era un hombre que sin conocimiento del juego, que luego fue adquiriendo como es natural, venía de Alicante, sabía que el esfuerzo se prima. Y pertenecíamos a una cultura que queríamos ganar, éramos una juventud con menos posibilidades de diversión, más de pueblo si me apuras, de otra sociedad. Entonces yo estuve acostumbrado los cinco o seis años que estuve con Pedro, a entrenar el primero de año a las 12 de la mañana, por norma. Era una norma de Pedro Ferrándiz. Y una vez entrenamos en un campo en el que había habido una fiesta y nos dijeron que las canastas estarían colocadas y luego estaban todos los desperdicios de la la fiesta de fin de año. Y la barrimos nosotros y entrenamos.
Compromiso en el baloncesto de entonces, compromiso en el baloncesto de ahora. Sí, diferentes sociedades, pero buscando el motor que hace grandes a muchos jugadores: el carácter. Es no entiende de décadas, aunque ahora venga envuelto entre papel mache.
Nosotros, en el Hesperia jugamos todos salidos de juniors más un veterano, un tal Nadal. Pero un día, Nadal dejó de ponerse duro, hizo un comentario de ‘es que los chavales...’ y nos reunimos los chavales y le paramos los pies. Me acuerdo perfectamente, que me tocó decirle "nosotros hemos jugado sin ti y podemos seguir jugando sin ti. Si vas a decir tonterías por ahí, le decimos a Pedro que no queremos contar contigo’. ¿Quien de los chavales de hoy se atreve a abrir la boca? Si son unos mansetes que se ponen a la música. El Domingo suele mandar dos o tres buenos del Madrid, con el equipo de EBA. Y el responsable del Madrid, dijo de mandar a todos los buenos. Yo soy un ayudante del entrenador. No me siento en el banco. Y el otro día, ante el Real Madrid, que se trajeron a todos, entré en el vestuario y les dije: ‘Mirad, un equipo que nos tiene miedo, que se han traído a los buenos, que tienen a los negros...todo. O les sacamos del campo o somos unos mierdas. ¿Cómo nos pueden tener miedo?’ El amor propio lo tienen los críos. Pero es que hay que sacárselo.
Por eso, Pepe Laso adora a ciertos jugadores que pasan inadvertidos para el aficionado. Y es que en el silencio de un gimnasio a medio iluminar, en el día a día, se ganan una consideración a ojos de sus entrenadores, a la espera de ganarse el corazón del aficionado. Suelen conseguirlo.
Un día podrían ser lo de Salva Arco. Arco, que yo lo he entrenado, con un problema de un ligamento cruzado, carácter de africano tiene el chaval. Fantástico. Hay tíos así. Tomás Bellas, el de Canarias. Tomás yo lo tuve un verano. Un chico de buena posición económica y me preguntó si podía venir a entrenar y le dije que él podía jugar y se echó a reír. Y yo le dije, ¿te lo tomas a broma? Y él confiesa ‘si yo he jugado, porque mi padre es amigo de no sé quien...’ Tiene un talento...y es muy pequeñito. Os voy a contar una anécdota de él. Pablo entrenaba en Santander -Alerta Cantabria, de LEB Oro-, y le digo: ‘Tengo un crío, un enanito, que juega ¿eh?’ ‘¡Joder, papá! Siempre estás con lo mismo’ ‘¿Por qué no le pruebas?’ ‘Me vas a hacer probar aquí a un tío que desconozco’. Le presioné y como el chaval mereció la pena, se le llevó a hacer la pretemporada. Estuvo una semana. Al cuarto día me dice: ‘Oye, este enano que me has mandado, no está mal ¿eh?’ Y a los cuatro días me llama ‘¡Te voy a dar una alegría! Le voy a decir a Tomás que se quede’. Aaah! Y habló con Tomás. Tomás, de buena familia, novia, un Mercedes pequeñito, le dio miedo y no se quiso quedar. Y me llama Pablo, ¡joder, no sé para qué me mandas a un tío que luego no se quiere quedar!’ No se quiso quedar. Y encontré al padre de Tomás y me dio ‘Es que tengo un hijo que está empeñado en acabar la puta carrera...’ -Fíjate, el mundo al revés-’ Y yo le he dicho que para qué coño tiene prisa en acabar la carrera, que la va a acabar con 23 años...’ No quiso. Y luego le perdí de pista. Y estaba viendo yo el campeonato de España junior y aparece Pedro Martínez. ‘Me ha metido Himar -director deportivo del Gran Canaria por aquel entonces- a un tío y me ha dicho que te pregunte’ ‘¿Y a quien te ha metido?’ ‘Pues a Tomás Bellas’ . ‘¡No me jodas!’ Y hace un año, me dice ‘¡Cómo me acuerdo de lo que me dijiste! ¡Qué chaval!’ Bueno, hasta jugar. Y ganar partidos.
Volvamos al baloncesto. A su teoría: su reglamento. Ese que ha ido cambiando con los años, con la progresión del propio deporte, pero que aún quedan vértices por limar.
Hay una regla que me parece que está tardando mucho en cambiarse, sobre todo en el baloncesto de élite, que son las medidas del terreno de juego. Desde que yo jugaba, el campo tiene las medidas que tiene. Y un equipo con 1.92 de media, era un equipo alto. Y ahora, muchos salen con 2.03 de media. Y en los equipos, había cuatro jugadores que la metían para abajo bien, dos que las metían con las uñas y otros cuatro que no la metían. Pero ahora, todos. Llull tiene un físico de un pívot de hace 40 años. Esos tíos son más grandes, se mueven más rápido. Son físicamente más fuertes...la botella se queda pequeña. Al campo no hay quien le meta dos litros. Eso limita mucho, mucho, la belleza del baloncesto. Luego, hay otras muchas reglas, como esa que aplauden tanto en televisión, esa falta táctica. Yo la sancionaría con tiro libre y saque. Pero sobre todo, las medidas. Y una cosa que en NBA no hace, que es pitar algunos ‘cáminos’ que no dan ninguna ventaja. Cuando un jugador roba, entonces sí, son pasos. Pero a veces pitan unos pasos que el tipo no ha prosperado, no ha sacado ventaja de ello. Entonces la belleza del juego no puede permitir que eso se interrumpa. Los americanos eso no lo pitan. Los americanos, lo único que vale para ellos es vender tickets. Entonces, tú le pitas a Bryant tres pasos de esos y le anulas un buen tiro.
La preparación física también es motivo de repaso por parte de Pepe Laso. No el resultado final, sino el método. En el baloncesto, sobre todo en el que no es de élite, en ese donde no hay billetes, la preparación física debe motivar y ser, si cabe, divertida.
Hay una forma moderna de preparación física fantástica. Yo he visto cómo es la preparación física de hoy. Muchos preparadores son recién salidos de INEF, que os diré que es una carrera que nos ha hecho mucho daño. Nos ha hecho mucho daño porque es una carrera como una ingeniería. Son cinco años estudiando. Claro, van a un club a hacer lo que el entrenador no quiere hacer. Y si un jugador le dice al entrenador, ‘a mí no me hagas entrenar con este tío, ¿eh? Este tío es un animal que me va a romper las piernas’, ¿quien gana el pulso? ¿Estamos de acuerdo o no? Viene Mirotic y dirá ‘que yo tengo mi preparador en Montenegro, que a mí tú no me haces multisaltos...´¿Qué haces? Pues será el entrenador que vaya al preparador y le diga ‘Oye, oye...¿no me irás a joder a un jugador? O fulanito no entrena por la tarde porque está cabreado, porque le haces dar multisaltos’. El preparador físico tiene que ser un tío muy seductor, muy activado, muy moderno. Hay un vídeo que os gustará, que es Goran Dragic, el jugador de la NBA, que se llama "Dragic training", que hacen una sesión de preparación física en la playa con el mejor preparador físico que hay hoy día. Este es un tío que cobra 100 dólares la hora y coge a 5 y luego otros 5. Solamente es verle mandar el ejercicio. Y podéis ver el físico que tiene. No coge una pesa y no corre por ahí. Todo contra su cuerpo. Eso irá llegando. Aún no está.
Y mientras, Pepe Laso seguirá trabajando con los juniors del Canoe.
Me limito a posicionarlos un poco. Tengo dos que no son pívots, porque no tengo pívots, que juegan en el fondo de la pista. Y tres que hacen lo que les da la gana. Generalmente empezamos haciendo un ocho. Los tres exteriores juegan a divertirse, a anotar, a escaparse. Y los dos interiores juegan a coger la espalda del defensor. Cada vez que los interiores se salen fuera no se lo prohíbo, porque no les quiero coartar, pero les tiro una puntada: ‘¡Coged la espalda, coged la espalda!’. Entonces los contrarios defienden muy enérgico al que está de frente, y cuando estos se escapan, alguien sale a la ayuda. Y cuando se produce la ayuda, alguien coge la espalda -desde la línea de fondo- y por eso contra el Madrid un jugador hizo 11 de 11 en tiros de campo. Y esa es la base de todo. Contra zona y contra hombre. Si tuviera un grandón le añadiría que le dieran algún balón para que jugara. En este equipo he conseguido que haya dos siempre en el campo que no tengan miedo a botar, pero tengo que conseguir tener tres, porque si tienes tres que gambetean, al contrario se le monta un batiburrillo y ya no sabe a quién fijar. Incluso para un contragolpe le puedes pasar a cualquiera y tirar siempre que estén solos. Pero si tienes dos tíos a los que no le quitan nunca el balón, el resto son felices. Con el jugador que hizo 11 de 11 contra el Madrid hemos tenido el problema de que no hacía un 50% tirando sólo debajo del aro. Ahora les hago que estén veinte minutos haciendo bandejas, con diferentes ejercicios y oposiciones, claro. Y no se han dado cuenta, pero ya meten muchas más y la mano se les ha suavizado. Porque si han hecho 150 en el entreno, es más fácil que la metan.
Y con la pregunta en la cabeza de qué será de esos jugadores en un futuro inmediato.
Un día, cenando con Pepe -José Luis Sáez, presidente de la FEB- le digo ‘¿Cómo no alargas la edad junior dos años más?’ Mira, de estos que tengo, hay 2 que pudieran jugar. El año que viene, pasan de edad. ¿Y dónde van el año que viene? ¿Dónde juegan? Porque, para hacer una buena selección junior y ganar en torneos internacionales, no hace falta que jueguen. Ahora, tú haces tu categoría como tú quieras, con la edad que quieras y luego cuando juegas un torneo internacional, juegas con los de su edad. Pero, ¿qué tiene que ver? ‘No, que hay que armonizar...’ ¿Y con los tíos de 18 años, que el año que viene no son juniors? ¿Qué haces con un chico que es del 31 de Diciembre? Es que ese tiene un año menos y a estas edades se nota mucho. Es un bebé. ¿Y dónde le llevas a jugar? ¿Qué haces con uno del 95? No tienen sitio. ¡Y no les importa! De los míos, si les dejasen un par de añitos más en junior, podrían jugar en LEB, que son de los que estamos hablando que esos debieran ser los que juegan en la ACB y en la LEB sustituyendo a los belgas, a los eslovenos, a los franceses....
Y para finalizar, una perla en forma de anécdota. Algo que demuestra que a nuestro personaje, tiene aún la capacidad de impresionarse a sus 74 años.
Cuando entrenaba a Biyombo, le dije un día, ‘oye, Bismack, ¿cuantas veces eres capaz de hacer mates de forma consecutiva?’ Es este ejercicio que bajo el aro, haces un mate, coges el balón, haces otro mate...sin parar. Y lo hizo. 37 veces consecutivas. Llamo a mi hijo, cuando estaba en el Bruesa y le pregunto ‘Pablo, tu pívot, Doblas, ¿es capaz de hacer este ejercicio de los meterla para abajo de forma consecutiva?’ ‘Sí, sí puede. Él lo hace por lo menos 12 ó 14 veces’. Le pregunté cuantas veces creía que lo hacía Biyombo: ‘¿20?’ ‘Sube, sube’ ‘¿25?’ ‘Más’. Me eché a reír.
Una entrevista de:
Antonio Rodríguez en twitter: @tonystorygnba
José M. Puertas en twitter: @josempuertas