Que Juan Carlos Navarro es fundamental en el Barcelona quedó patente esta última semana. Y quedó reflejado en los dos extremos. En el de la victoria ante el Madrid, balsámica para entrar en la Copa del Rey con 33 puntos del escolta internacional y en la derrota el pasado jueves en casa del Khimki en un encuentro en el que no estuvo Navarro y que el equipo de Pascual consumó como un desastre auténtico.

Es, por tanto, razonable, concluir que sin Navarro este equipo es otro. Ya lo decíamos casi todos a principio de año. No es bueno depender tanto de un jugador. Y la excesiva dependencia se ve, también, en las grandes victorias. El otro día ante el Madrid en el Palau se estaba observando cómo es de importante Navarro en el Barça. Y lo es, simplemente, por ser uno de los mejores jugadores españoles de la historia. Tan sencillo como eso y cuando el mejor no está, el equipo lo nota.

Sucede también que se suele poner uno la venda para no ver ciertas cosas palpables. Ante el Madrid la euforia de una victoria ante el gran enemigo no dejó ver al buen aficionado culé que sin Navarro, el equipo de Laso probablemente, casi seguro, hubiera ganado y bien en el Palau. Pero, claro, una victoria tan necesitada y ante ese rival no dejó ver el bosque detrás de los árboles.

Sólo tuvieron que pasar cuatro días para darnos cuenta que este jugador es básico, no sólo importante ni fundamental. Sino absolutamente básico. Es la vida para el Barcelona. Claro que se pude ganar sin Navarro, pero con los demás a un nivel medianamente bueno, no deambulando por el parqué como en la, también hay que decirlo, complicada pista del Khimki. Para ser más certeros, que no sólo tres jugadores hagan algo en pista porque el jueves ante los rusos, Tomic, Mickeal y Lorbek anotaron 44 de los 65 puntos blaugranas. Un escándalo.

El dilema está claro. Con Navarro el Barça hará mas cosas que sin él. Pero ¿se le puede forzar con 32 años y unos problemas en los pies tremendos? Y otra;  si se le fuerza, quizá le de oxígeno al Barça, (al final, no nos engañemos, será más malo que bueno), pero pésimo para la selección a la que Navarro podría decidir no ir, no sin razón, por los problemas físicos.

Dani Blanco en twitter @blancopineda