Lecciones de baloncesto y sus nuevas teorías: “El arrempuje”
Lecciones de baloncesto y sus nuevas teorías.
Capítulo 1: `El Arrempuje´
Reconozco que lo del "4" abierto no me gusta. Lo siento. Cada vez más imitado, cada vez más extendido. No me gusta. Tíos de dos metros y unos cuantos centímetros que saben meter triples, que abren mucho las defensas, que ejecutan eso de abrirse en la continuación del bloqueo, que si lo llamamos "pick & pop" nos hacer ser mucho más cool. No creo que esa sea la función del "4", pieza fundamental en baloncesto. ¿Dónde están esos jugadores cuando tenemos centers grandes pasadores, buscando en la bombilla un buen pase bajo el aro (la felicidad que le ofrecía Alfonso Reyes, con su posición ganada, cuando Roberto Dueñas buscaba un objetivo fácil a quien pasar en el Equipo Nacional)? ¿Dónde están cuando el center está en poste bajo y necesita un apoyo en su dos contra uno en poste bajo? Pues se lo diré: allí, a lo lejos, más allá de la línea de tres puntos, en lontananza, haciendo señales de humo para que le vea su compañero en estas situaciones citadas.
Realmente es una estrategia el ser un hombre abierto más, como sus otros tres compañeros, para que en defensas europeas, más bien cerradas, el center pueda maniobrar en poste bajo. Y aquí es donde entra nuestra lección de hoy. Vamos a explicar esta nueva teoría de…"EL ARREMPUJE".
Disposición táctica para "el arrempuje".
Dícese de los movimientos en poste bajo de gente grande, muy musculada, con mucho volumen, que cuando se ponen en poste bajo y alejados de sus palmeros-compañeros, que lo ven desde la barrera (o más allá de la línea de 3 puntos), embisten cual morlaco de lidia, pero al revés: a base de choques y culazos, a su defensor. Sabiéndose superior en poderío y masa ósea que sostienen músculos sobre músculos, "arrempuja, arrempuja, arrempuja" al defensor hasta que se acerca al aro en una distancia suficientemente prudente, como para lanzar el único tirito que sabe hacer: un semigancho en suspensión, protegido por una espalda con la anchura de la M-30. Suelen tener un porcentaje próximo al 50 %, que comparado con el 42 y pico por ciento de los tiros de campo, hoy día, está muy bien. Y los he llegado a ver tan bestias que, si no recibe ninguna ayuda defensiva, la embestida "arrempujera" se amplía en un par de contactos más, con la finalidad de llegar bajo el aro, hacer un mate delante de las narices del defensor y bajar a su campo con cierta galantería, porque se piensa que ha hecho uno de los highlights de la noche.
Lebron James en momentos iniciales de "arrempujamiento". Pero él tiene recursos para matar de mil maneras.
Recuerdo que a finales de los 90, en la NBA estaba muy extendida tal circunstancia y las defensas, cada vez más duras, utilizaban manos, brazos…de todo, hasta que David Stern dijo que ya estaba bien. Era utilizado por jugadores del renombre de Shaquille O’Neal, Charles Barkley o Alonzo Mourning. Pero, ¡Demonios, estos tíos sabían jugar a baloncesto! Intentar aguantarles y ser duros era la muerte, porque te hacían un pivote por aquí, una finta por allá y anotaban en tiros cortos contra tabla, ganchos en suspensión con la derecha, con la izquierda, o pequeñas suspensiones a la media vuelta. El adalid de "el arrempuje" de hoy día, no tiene nada de eso. Pueden utilizar su fuerza cuando reciben, soltar el balón y ganar una mejor posición para volver a recibir y lanzar (lo que hacía Arvidas Sabonis cuando ya estaban tan lastrado por las lesiones, por ejemplo). Pero, ¡Nooo!, eso significaría que saben pasar el balón, que su compañero sabe pasarle de segundas y que lo sabe recibir. Los puritanismos para los fundamentalistas (de los fundamentos técnicos del juego, nunca mejor dicho). Es más cómodo y más seguro "el arrempuje".
Cuando se tiene calidad y movimientos, jugar en poste bajo es una delicia
Y créanme si les digo que lo he visto en infinidad de ocasiones en este Eurobasket, que no es algo aislado para ironizar o parodiar en esta columna. Zan Tabak me decía que con el flopping permitido, el que rápidamente un jugador finja una falta en ataque, estaba reblandeciendo el juego del baloncesto, que ya no había las luchas en poste bajo de Sabonis y Corny Thompson, o las más conocidas de Martín contra Norris, que ya no hay apenas juego en poste bajo. Estos ejemplos eran de jugadores que sabían el noble arte de jugar cerca del aro.
Jonas Valanciunas, con su "nuevo" cuerpo, muy fan del "arrempujamiento"
Y luego existe otra modalidad de "arrempujamiento". El entrenador de mi pueblo, uno de los tíos más sabios del mundo del baloncesto que conozco, me recordaba que él probaba con jugadores el pegarles algodones en las palmas de las manos para que se acostumbraran a sentir con las yemas de los dedos para tirar a canasta. En élite curiosamente, también he visto jugadores que siguen lanzando con las palmas, claro ejemplo, no de lanzar a canasta, sino de "arrempujar" el tiro a canasta. Si observamos bien, veremos unos cuantos.
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Antonio Rodríguez en twitter: @tonystorygnba