Lakers-Celtics: el termómetro de Enero
Por Antonio Rodríguez
La mañana era lluviosa en Los Angeles. Triste. Y el tráfico no es, ni mucho menos, la locura habitual. Pero es Los Angeles. Lugar de estudios cinematográficos y de estandartes colgados en el techo del Staples. Y allí se personaba Ray Allen, horas antes del partido, a lanzar a canasta como es habitual. Manda a un chaval que desde medio del campo, lance el balón hacia uno de los fondos, para que desde el fondo contrario, Allen arranque en sprint, lo atrape antes que se pierda fuera de la pista, y levantarse a ser posible ejecutando el movimiento de lanzar a canasta en menos de un segundo. Ese ejercicio lo repite una y otra vez.
Para su sorpresa, cuando Allen llega al parquet, allí ya se encuentra Kobe Bryant, lanzando a canasta. También es especial para él. Son los Celtics...en "su" Staples. Este día estaba señalado desde que en verano salió el calendario oficial de la temporada. En el de Ray, en el de Kobe...en el de Sheed Wallace. Hay mucha rivalidad en juego. Hay mucho deseo de rivalidad plasmada en esos almanaques.
Quizás quien más deseaba mostrar algo era Paul Pierce. Regresa a casa. Es la estrella de sus odiados rivales. Pierce se tomó el partido como un asunto personal. Este parece que se llevó el almanaque al vestuario. El insulto en Phoenix quedó ahí: entre sus desiertos. Las arenas del Staples son otras. Son conocidas. Tienen gotas de sangre desde Junio.
Salta a la pista. Encuentra a sus rivales con los colores oro y púrpura del uniforme "retro" de los 80. El uniforme que amó, idolatró y soñó. El 32 de Magic, el 33 de Abdul Jabbar. Paradojas de la vida. El 34 es de historia, leyenda y orgullo irlandés. Y verde. Muy verde. El suyo propio.
Por el ambiente aún planea las últimas declaraciones de Jerry West criticando la actitud defensiva de los Lakers en las últimas fechas, achacando a la edad el problema. Y a bien que le dieron la razón, sobre todo la indigna actuación de Ron Artest, con una falta alarmante de actitud en defensa sobre Pierce. Los Celtics lo ven y aprovechan la coyuntura.
El partido trata de tempos. Como en los 80. Lakers no corren y sufren mucho. Boston a media pista hace su partido. El trabajo en los bloqueos se traslada a Ray Allen, que lo aprovecha. Derek Fisher, marcador de Allen, no llega. Shannon Brown tampoco. Se pierde en las pantallas de Glen Davis, que representa perfectamente aquella mítica frase sobre Lonnie Shelton: "Si lo rodeas, cometes infracción de tres segundos en la zona". Grandioso Glen Davis, por cierto.
El único atisbo de esperanza de los angelinos fueron acciones de Gasol y Bynum superando a sus pares en uno contra uno, y cuando en el segundo cuarto pudieron correr, comenzaron a solventar. Ahí el tempo era suyo. Y desarman a los Celtics. Kobe Bryant sale al quite y anota 17 puntos en el segundo cuarto, para un total de 22 y coloca a su equipo por delante al descanso: 54-50.
Sin embargo, con la segunda parte, Paul Pierce vuelve a su cruzada ante la pasividad de Artest de nuevo y la mirada atónita de Phil Jackson que lo sienta...a los dos minutos y medio de la reanudación. Le toca el turno a Walton. No es tampoco ningún antídoto. Y en el último cuarto, ejemplo de lo que son ambos equipos en este Enero, en mitad de la temporada: Ray Allen sigue anotando, se añade Nate Robinson. Ya son dos alternativas saliendo de bloqueos. Rondo reparte asistencias (16) y se traduce en que ¡6 hombres!consiguen más de 10 puntos, con Pierce estelar (32).
Kobe Bryant se enfada porque Pau Gasol en un uno contra uno frente a Glen Davis falla el tiro. Decide que él y sólo él puede y sabe remonta esto. Error. Se pierde en el intento. Su enorme calidad le hace anotar, pero son demasiados aclarados. Davis le fuerza una falta en ataque y se desploma en su deseo. Fueron 41 puntos de impotencia, porque lo que cuenta es el 96-109 final.
Boston estuvo soberbio en la segunda parte. Y es probable que esta diferencia sea la real en estos equipos...en este mes de Enero. No nos engañemos. Los Lakers no están encauzando bien la temporada, sea por parquedad de plantilla, por lesiones, por mal distribución de minutos. Pero estamos en Enero. Son veteranos y saben cómo deben estar en Abril.
Los Celtics tienen a Ray Allen de All Star, fresco, y Garnett sano en su rodilla. Tienen mucha profundidad y lo muestran. Es un adelanto, pero no es ninguna versión oficial. Ni sellada ni lacrada. Llamémosle un albarán de entrega. La factura llegará para Junio. Y ahí habrá que sacar la pluma y rellenar el cheque. Y veremos quien tiene la tinta fresca y quien tiene que agitarla.
Patética la actitud de Bryant. Un superchupón caprichoso y de mente cerrada. Si lo que quería es anotar puntos lo logró,... pero a costa de cientos de intentos. NO ve a un compañero ni aunque se lo amplíen veinte veces por las pantallas del Staples.
Decirle a mi tovcayo que en Abril puede que no tengan ventaja de campo los Lakers y recordarle que los Lakers llevan tres años ganando todas las playoffs en los que tuvieron ventaja de campo y que perdieron la unica en la que no tuvieron la ventaja
Estos Lakers no son aquellos Lakers... Llevo semanas dándole vueltas, y no veo otra solución que algún cambio que revolucione al equipo y le inyecte nervio (sobretodo defensivo). Ganar 2 anillos y jugar las últimas 3 finales, acomoda al más pintado y estos Lakers han olvidado que los campeonatos se ganan en defensa. Hoy incluso ha salido Mitch Kupchack diciendo que quizás tengan que hacer traspasos. ¿Táctica para poner las pilas o seria amenaza? Yo preferiría los egundo, pues solo un cambio puede volver a los Lakers al nivel de Boston o San Antonio. Y ya puestos, sin tener ninguna noticia al respecto, ¿Por donde podrían ir los tiros? Partiendo de la premisa que Kobe y Pau son intocables. ¿Blake y Barnes que no parecen aportar demasiado? ¿Fisher ya envejecido? ¿Artest que sigue tarado e irregular? Yo puestos a jugarmela, jugaría a garndes y me desharía o de Bynum o de Odom e intentaria traerme un base de tronío como Chris Paul. Pero no se como encajaría esto con el límite salarial. Hagan sus apuestas...