La hora de Paniagua: Mercado NBA: Como la vida misma
Aseguraba el otro día el Comisionado de la NBA, Mr. David Stern, que su previsión es que esta temporada, la 2012-2013, al menos 20 equipos de la Liga den beneficios. Lo cual es un gran avance si consideramos que hace tan solo quince meses, la mitad de los equipos que componen la National Basketball Association perdía dinero a espuertas.
Recordemos que fue esencialmente por eso, por las sangrantes pérdidas, por lo que los propietarios de clubes de la NBA iniciaron un lockout- un cierre patronal- que duró cinco meses y que estuvo a punto de dinamitar la pasada campaña en su totalidad.
Es cierto que el gasto de los clubes, sobre todo en nóminas, se había disparado hasta límites preocupantes. Y no es menos cierto que muchas franquicias de la Liga no eran capaces de generar ingresos suficientes para lograr que sus pérdidas fueran, al menos, mínimamente llevaderas. Pero los principales culpables de esa situación fueron, creo que quedan ya pocas dudas al respecto, los propios dueños. Su dudoso criterio a la hora de pagar determinados salarios estratosféricos a jugadores que jamás llegaron a rendir como se esperaba les dejó sin horizonte alguno de beneficios. Y, por supuesto, les dejó también sin victorias.
El señor Stern, que casi siempre parece encontrar el eufemismo adecuado para difuminar adecuadamente la realidad, ha definido a esa falange de dueños gastadores y hasta cierto punto irresponsables como: “un grupo de hombres consumidos por la pasión de vencer; hombres que se gastaron mucho dinero; tanto, que todo ese gasto llegó a comprometer los beneficios de sus clubes”.
En otras palabras, Mr. Stern nos dice, sin decirlo, que el lockout del año pasado hubo que hacerlo para, esencialmente, salvar a los propietarios de sí mismos.
Como es bien sabido, el cierre patronal acabó con los jugadores capitulando tras casi doscientos días de lucha y con la implantación de un nuevo Convenio Colectivo decididamente favorable a los dueños.
Así que, ahora que ya casi ha concluido el primer verano de transacciones tras la puesta en marcha de este nuevo acuerdo, cabe preguntarse: ¿ha cambiado mucho el mercado de la NBA con este nuevo Convenio Colectivo?.
Veamos. La verdad es que este nuevo Convenio firmado entre la NBA y el sindicato NBPA es un ejemplo muy claro de sutileza y de efectos retardados. En principio, puede parecer que el acuerdo ha tenido muy poco efecto en el modus operandi de la NBA desde su introducción el año pasado. Los jugadores de la Liga siguen recibiendo contratos siderales y algunos propietarios siguen tomando decisiones dudosas y se disponen a pagar el máximo permitido a jugadores cuyo nivel tal vez no se corresponda con el de la verdadera élite de la Liga: Brooke Lopez (Brooklyn Nets) es el ejemplo que encuentro más a mano para ilustrar esta idea.
Sin embargo, parece claro, el mercado NBA ha cambiado y ha alterado su dinámica.
Es evidente que el grupo de megaestrellas de la NBA –me refiero a los Kobes, Lebrons y Durants de este mundo- siempre van a recibir contratos máximos, o superiores al máximo permitido, dado que son, indiscutiblemente, jugadores franquicias en sus clubes. Por su parte, la clase alta/media-alta de jugadores también parece haberse beneficiado con este nuevo Convenio Colectivo. Me refiero a jugadores como Nicolas Batum, Andrei Kirilenko, Gerald Wallace o Ryan Anderson. Todos ellos han conseguido firmar contratos muy importantes este verano. Contratos cuyo valor ha provocado, de nuevo, esas eternas discusiones sobre si realmente este tipo de jugadores merecen percibir semejantes cantidades de dinero en relación con las habilidades que muestran en las canchas de juego de la NBA cada noche.
Sin embargo, la clase media-baja/baja de la Liga NBA –compuesta sobre todo por jugadores veteranos cuyas edades sobrepasan, en su mayoría, la treintena- es la que más se ha visto afectada. Aunque nunca jamás me ha gustado citarme a mí mismo, debo decir que intuí que ocurriría esto –las hemerotecas están ahí y no dejan mentir- incluso cuando otros muchos analistas, mucho más expertos que yo, aseguraban lo contrario. La mayoría de ellos afirmaba que, salvo las estrellas –es decir, salvo la aristocracia de la Liga- todos los demás jugadores, todas las demás clases de la NBA, desde la alta burguesía hasta la clase más baja, sufrirían los efectos de este nuevo Convenio Colectivo de manera contundente y significativa.
Pues bien, el tiempo, y ha transcurrido tan solo un año desde el cierre patronal, ha demostrado que solo los jugadores de clase media-baja/baja de la NBA están siendo seriamente afectados por este nuevo acuerdo. Así, el espacio entre el pool de jugadores cuyo nivel se corresponde con el salario mínimo y el de los jugadores que están un par de peldaños por encima de ese nivel, se ha acortado tanto que muchos jugadores de clase media/media-baja de la Liga están firmando contratos por el salario mínimo para veteranos de la Liga.
Quince meses después del inicio de lockout, diez meses después de la firma de la paz entre patronal y jugadores, y nueve meses después de la implantación del nuevo Convenio Colectivo entre la Liga y la NBPA, la realidad del mercado NBA es esta: los ricos son más ricos y la clase alta no se ha visto especialmente afectada por las medidas surgidas del Convenio. Sin embargo, la clase media y la clase media-baja prácticamente han desparecido como tales y están virtualmente fusionadas en una suerte de clase baja. Una nueva clase que no lo está pasando nada bien y que, en la mayoría de los casos, tiene serias dificultades para encontrar un puesto de trabajo en alguno de los 30 equipos que componen la Liga NBA.
No sé si le sucederá igual al amigo lector, pero a mí toda esta nueva realidad del Mercado NBA y cómo el nuevo orden afecta a las clases de la Liga me suena bastante familiar.
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Miguel Ángel Paniagua (publicado en GIGANTES)
Miguel Ángel Paniagua en Twitter: @pantxopaniagua
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