Howard y los tiros libres
Hay una sensación en Los Angeles de miedo tras la lesión de Kobe Bryant el otro día. No es para menos. Los Lakers esperan a Gasol, que ya entrena bien, para la posible recuperación del español de cara a estos playoffs, si los angelinos se clasifican, pero veremos si el de Sant Boi llegaría al comienzo o si habría que esperarle algunos días de fase final.
Por eso, ahora mismo y hasta que se acabe la baja indefinida de Kobe, el equipo de D’Antoni vive una extraña realidad. Cuando ya los motores no paraban y daban a los Lakers como seguros en playoff algo se atasca y es grave. Sobre todo si hay que estar confiado al cien por cien en Dwight Howard, tan pronto desaparecido como estelar. Hace unas noches 39 puntos en su vuelta a Orlando.
En ese partido sucedió algo que es destacable. El último cuarto casi no existió, dejando paso a una serie de personales sobre el pívot, que le llevaron al tiro libre hasta 39 veces en todo el encuentro. Es legal pero me parece hasta éticamente reprobable que se utilice una táctica así en un partido de baloncesto. Según estoy escribiendo esto, ya veo los que se me abalanzan, no sin razón, a decir que sería deseable que los jugadores entrenaran más la técnica del tiro libre y así estas cosas no pasarían. Pues evidentemente si jugadores como Shaquille O’Neal o Howard tiraran mejor no habría táctica que valga, pero yo voy más al hecho de sacar partido disfrutando de que un tipo tire de forma horripilante un tiro libre. Pues qué quieren que les diga, no me gusta.
Aún así Howard anotó 25 de los 39 lanzados, algo superior a su terrible media que no da más de un cincuenta por ciento de acierto. Así no se puede ser un pívot dominante...O si, pero de otra manera como lo era Shaq, una bestia con esta rémora. Howard también destaca en el poderío físico y en la anotación de cerca, pero falla en esto. Aún así los Lakers han de confiarle un trabajo duro, que casi gracias a él se metan en playoff.
El otro día me decía un amigo que él no disfrutó en el tramo final del partido viendo estas cosas.Continuos tiros libres de un jugador desencajado y sudando hasta la extenuación para meter alguno. Hay días en que a Howard se le ha quedado un tiro libre sin tocar el aro. Deprimente, igual que a O’Neal aquella noche en la que en un séptimo partido tuvo que sacar fuerzas de flaqueza para no morir en el intento de llevar a los Lakers a una final NBA. Esa noche fue Dunleavy, técnico entonces de los Blazers el que le hizo la jugarreta. Legales tácticas, pero muy sucias. El reglamento debería cambiar.
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Dani Blanco en twitter @blancopineda