El día que Jaycee Carroll se convirtió en Don Jaycee Carroll
20 años ha tenido que esperar el Real Madrid para volver a ser Campeón de Europa. Una larga y dura travesía por el desierto en la que los blancos estuvieron muchos años lejos de la élite del baloncesto europeo. Un regreso que ha tenido en las figuras de Sergio Llull, Sergio Rodríguez, Rudy Fernández, Felipe Reyes y el técnico Pablo Laso las caras más visibles de este resurgir blanco. Pero no hay que olvidarse de Jaycee Carroll.
En su primer año en el Real Madrid, allá por el mes de febrero de 2012, Jaycee Carroll le dio la Copa del Rey al Madrid en Barcelona contra el eterno rival con una segunda parte que desde aquel momento forma parte de la historia del Real Madrid de baloncesto. Primero porque sirvió para que los madridistas volviesen a celebrar una Copa del Rey 19 años después. Y segundo, porque esos 22 puntos en la segunda mitad fueron la carta de presentación de una de las mejores muñecas del panorama europeo. Se esperaba mucho de Carroll, pero hasta aquel partido no había brillado del todo. En 20 minutos sacó a relucir todo su arsenal ofensivo.
El fake más famoso en Twitter del baloncesto es español lo define a la perfección. "Yeisi es amor". Así es como el popular Pablo Lolaso describe las rachas diabólicas que surgen de la muñeca de Jaycee Carroll cuando éste entra en trance, cuando uno se da cuenta que da igual desde dónde tire y con cuántos rivales colgados del brazo. Sabes que el resultado va a ser el mismo: el balón acabará besando la red y los puntos subirán al marcador del Real Madrid. La final de Copa en el Sant Jordi fue uno de esos momentos.
Luego llegaron días complicados, como la Final Four del 2013 que perdió el Real Madrid contra el Olympiacos. No fue el mejor partido de Carroll, que se vio superado en defensa en todo momento y en ataque falló los tiros abiertos que tuvo. Tampoco brilló en la final de la Liga ACB contra el Barça. El título fue para el Madrid, pero Brad Oleson se convirtió en la pesadilla de Carroll y consiguió cerrar una de las vías que más daño hacía a los azulgranas cuando se enfrentaban al Real Madrid.
A nivel individual, la temporada 2013-2014 tampoco le fue bien a Jaycee Carroll. Tras un inicio algo dubitativo, cuando parecía entonarse, se lesionó y tuvo que pasar por el quirófano. Adiós a la temporada. No en lo que a partidos se refiere, porque volvió a jugar, pero sí por sensaciones. Se le notaba falto de ritmo, y lo que es peor, sin confianza en sí mismo. En la final de la Euroliga contra Maccabi del año pasado, la segunda derrota consecutiva del Madrid en la gran final, Carroll apenas tuvo protagonismo. Jugó los minutos de la basura. Incluso en verano había sectores que ponían en duda su continuidad en el equipo para la próxima temporada.
Pero Jaycee Carroll continuó en el Real Madrid, y aunque no le resultó nada fácil, a base de trabajo se asentó otra vez dentro de la rotación. Cuando a mitad de temporada los fichajes de Nocioni, Ayón, Rivers y Maciulis se cuestionaban, también se ponía en duda la capacidad de Carroll para seguir formando parte de un equipo que aspiraba a todo. Después de la derrota en Bilbao, el norteamericano fue uno de los focos principales sobre el que llovieron las críticas. Sin acierto en ataque, su defensa era una losa para el equipo. Los rivales sacaban muchas ventajas con el jugador al que defendía Carroll.
Toda persona tiene su orgullo y como no podía ser de otra manera, Carroll se puso a trabajar en la faceta que más problemas tenía: la defensa. Mejoró tanto que incluso Pablo Laso lo utilizó para defender a los bases rivales en los duelos fundamentales del Top16 y la fase final de la Copa del Rey. Presionando toda la pista, Carroll dificultaba mucho el inicio del juego del rival. Y la mejora no solo llegó en defensa, sino que las rachas de tiro volvieron a acompañar al escolta de Laramie. Volvía a ser un jugador muy importante para los esquemas de Pablo Laso. Y esta vez, era importante tanto a nivel ofensivo como defensivo. Para muestra, el partido contra el Barcelona del 12 de abril en el que Carroll anotó la friolera de 19 puntos en el último cuarto.
Todo iba sobre ruedas hasta el pasado 26 de abril. Aquel día el Real Madrid recuperó el liderato de la Liga ACB, pero perdió por lesión a Jaycee Carroll. Cuando mejor estaba, cuando se acercaba el momento clave de la temporada, el escolta del Madrid sufrió un esguince en el tobillo. Apenas llevaba 8 minutos en pista y ya había anotado 10 puntos, pero tras anotar su tercer triple pisó el pie de Bertans y se lo torció. El Palacio enmudeció. Otra vez lesionado a tres semanas de la Final Four.
Al final el asunto se quedó en un susto y Carroll volvió a jugar antes del fin de semana marcado en rojo en la agenda del Real Madrid: la Final Four. La tercera consecutiva que iba a jugar el Madrid de Laso, cuarta en los últimos cinco años. Esta vez, con una ventaja añadida. La fase final se disputaría en casa, en el Barclaycard Center.
Contra el Fenerbahçe de Obradovic Carroll no tuvo su mejor día en ataque. Fue titular y entró con la misión de atacar a la estrella de los turcos, Andrew Goudelock, y apretarle al máximo en defensa para hacerle sufrir y que no se sintiera cómodo. No brilló en ataque Carroll, pero sí que hizo una gran labor defensiva y el Madrid consiguió meterse, por tercera vez en tres años, en la final de la Euroliga. Enfrente, el Olympiacos de Vassilis Spanoulis, probablemente el jugador de Europa que mejor sabe jugar este tipo de partidos.
En la gran final, Laso volvió a apostar por Carroll como titular. Y el norteamericano volvió a bailar con la más fea, Spanoulis. Lo anuló por completo en el primer cuarto, pero los del Pireo estaban por delante. El Madrid consiguió darle la vuelta al partido y lograr diferencias de hasta 11 puntos. Pero los griegos tienen más vidas que un gato y le dieron la vuelta al partido. Y ahí apareció Jaycee Carroll. El Carroll que es amor, el Carroll que rompe un partido cuando peor pintaban las cosas para el Madrid. 11 puntos en solo 2 minutos y 20 segundos con 3 de 3 en triples y una canasta bajo el aro griego. El Madrid volvía a respirar y lo hacía de la mano de Jaycee Carroll. El final de la historia ya lo conocen: el Madrid ganó 78 a 59 y volvió a reinar en Europa 20 años después. Casualidades de la vida, la última Copa de Europa blanca fue en Zaragoza y tuvo que esperar a jugar en España para volver a ganarla.
¿Qué hubiera pasado si Carroll no hubiese entrado en ebullición cuando el Olympiacos tenía el control total del partido y se lo estaba llevando a su terreno? Quizás el Madrid no tendría hoy su Novena Copa de Europa y se hablaría de otro duro golpe a la moral de la parroquia blanca. Pero la realidad es la que es: Carroll apareció y el Madrid venció.
A partir de hoy, con la Novena bajo el brazo, el norteamericano, que desde su llegada ha tenido algo especial con la grada blanca, ha dejado de ser para la afición madridista Jaycee Don Carroll para convertirse en Don Jaycee Carroll.
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