Camino a Nashville (I)
Porque Marzo no es, solamente, cuestión de baloncesto masculino, empezamos hoy el camino hasta Nashville, donde se jugará la Final Four de la NCAA femenina. Si en las competiciones masculinas hay una rivalidad con el Futbol Americano, por la parte femenina, el baloncesto es una reina dominadora de las atenciones deportivas. Además, hay que comprender que hablamos, también, de un proyecto de igualdad y participación social, basado en la Ley "Title IX", que obliga las universidades estadounidenses a ofrecer opciones de práctica deportiva para los dos géneros.
Connecticut es, una vez más, el favorito para llegar al título, como lo hizo en 2013. Comandada por el mítico Geno Auriemma desde 1985, las Huskies jugaron todas las últimas seis Final Four, ganando cuatro de ellas. Auriemma suma ocho títulos y catorce Final Four en su carrera y puede superar a Pat Summit este año, y quedarse como el entrenador con más títulos en la competición. Para hacerlo, Connecticut presenta un cinco donde todas las jugadoras son ya campeonas universitarias. Y es que, para reclutar jugadoras, Geno Auriemma tiene una sola exigencia, el talento. Solo eso puede explicar que de las cinco titulares, solo una, la pívot de equipo, tenga una media debajo de los 37% en tiro de tres. Pero aunque Stefanie Dolson sólo anota un 30% de sus tiros de lejos, es una de las jugadoras más dominadoras en el juego interior. Breanna Stewart, por su parte, tendrá un año más para continuar mejorando su tiro y su juego. Al contrario de los masculinos, donde el "One-and-Done" es casi regla habitual, la competición femenina mantiene sus jugadoras durante los cuatro años de elegibilidad, lo que permite un crecimiento de sus calidades y hace que la competición tenga un interés continuado porque permite seguir jugadoras durante un largo periodo de tiempo.
En sus 34 partidos completados sin perder, su mayor rival ha sido Louisville, contra quién ha jugado tres veces. Una victoria por 18 puntos, en febrero, y dos más por 20 puntos de diferencia, en marzo, la última de ellas en la final de la Conferencia American, donde ambas comparten protagonismo. Las dos esperan, aún, volver a jugar una vez más en la presente temporada, ya que existe incluso la posibilidad de que queden en la misma región del Campeonato de NCAA. Louisville tiene una de las mejores historias del baloncesto universitario femenino. Las hermanas Schimmel, Shoni y Jude, son descendientes de nativos americanos y por todos los pabellones donde jugaron esta temporada, tuvieron el apoyo de otros nativos americanos que las miran como modelos. Shoni termina su carrera universitaria este año y está entre las aspirantes al Draft de WNBA, donde podría entrar en la primera ronda. Es la líder de las Cardinals, pero su mal rendimiento en los partidos con Connecticut, dejan algunas dudas. Uno de esos partidos quedará en la memoria de todos los seguidores del baloncesto femenino. Era la última noche de competición en la fase regular y las Louisville Cardinals eran visitadas por las Huskies. 22000 personas llenaron el KFC Yum! Center para homenajear a los nativos americanos. Algo inimaginable en otras competiciones, ya que, por ejemplo, el partidos más visto de la final de WNBA del año pasado tuvo poco más de 13000 espectadores.
En unos días volvemos para seguir ¡Camino a Nashville!
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Luis Cristovao en Twitter: @luis_cristovao