Por Claudio Rueda

Ya llegó, ya esta allí. Después de 2 años y decenas de fintas y contra fintas, de negociaciones y presiones, Ricky Rubio está en la NBA. Viendo en la situación en la que llegaba cualquiera podía pensar que había mas dudas que esperanzas puestas en él y razón no le faltaría. Tras una primera temporada sólida en el Barça, llegó una segunda si no desastrosa bastante mala, coronada por un más que discreto Europeo. Ricky por primera vez en su larga carrera (20 años pero 6 como profesional) parecía un jugador inseguro, sin confianza, su tiro que nunca había sido una maravilla ahora era una obsesión, negativa pidiendo perdón por el fallo casi antes de que el balón saliera de su mano. El "chico maravilla", cuyo baloncesto tenia la clara etiqueta de baloncesto natural y creativo, ahora era robótico y predecible. Si fuera un médium, había pasado de canalizar los espíritus de Pete Maravich a los de Eric Snow. Y en USA se hacían eco de ello. Sólo en la fría Minneapolis parecían ignorantes de todas las alarmas que presentaban a Rubio como un Bust de primer orden. Si sus debilidades ya eran bastante importantes ahora parecía que sus puntos fuertes habían desaparecido.

Pero aun así y con el Lockout a punto de comenzar Ricky decidió que ya era hora de dar el salto. En junio firmó y en julio se encontró con un Lockout que iba a durar hasta noviembre. Entre medias una noticia, que a la postre puede ser determinante para su carrera. Nos llegaba desde las Twin Cities: Kurt Rambis y su experimento Jacksoniano, fuera; Rick Adelman y su estilo rápido e intuitivo, dentro.

Dos partidos de pretemporada ya dejaron claro que el sitio de Ricky era y es la NBA. Sus números sin ser espectaculares fueron sólidos, pero lo que realmente transmitió fue confianza, una regresión a ese jugador que hacia mejores a sus compañeros mientras desplegaba un baloncesto alegre, bonito y efectivo. Los dos primeros partidos oficiales sirvieron para mostrar algunos flashes, un triple por aquí, varios pases por allá y una sensación de llevar al equipo en pista con un "poise" y liderazgo ajenos a un chico de 21 años saliente de una depresión deportiva. Pero lo bueno vino en el mejor de los escaparates, contra Miami, donde un enorme Rubio cogió las manijas del equipo y a punto estuvo de tumbar al gigante de la NBA y su Big Three (este año sí es un autentico Big Three). 12 puntos, 12 asistencias, 6 rebotes y 2-2 en triples... y lo más importante: dirigiendo el equipo, mandando y haciéndose escuchar. A partir de ahí, digamos que cada partido han sido 2 pasos hacia delante y uno para atrás. Hemos visto que la anotación no va a ser un problema; que los tiros exteriores, aun lejos de ser una garantía, los enchufa; y que de repente es un "slasher" bastante decente. Tras 10 partidos, sus números son 10 puntos con 47% en FG, 48% en 3pt y 70% en FT; 4 rebotes; 8 asistencias con 3 pérdidas y 1,6 robos. Todo en 28 minutos jugando de falso titular (jugada maestra de Adelman, por cierto) y la sensación de que es el segundo mejor jugador de este equipo solo por detrás del Dr. Amor. El equipo juega mejor, el público y la prensa lo adoran y sus compañeros lo disfrutan.

Pero ¿y cómo un jugador tan joven puede pasar del nivel del Europeo al nivel de los partidos contra Miami o Washington?  Pues aquí expondré, lo que en mi opinión, más ha influido.

• Espacios: Un campo más grande con los mismos jugadores significa mayor espacio jugadores más separados en defensa y mayores cortes en ataque, ideal para un juego de pase arriesgado.
• Táctica: Vaya por delante que cualquier critica a Xavi Pascual se deshace al chocar contra su palmares. Pero está claro que estaba utilizando la herramienta equivocada para el trabajo que hacía, una sierra mecánica para cortar el pan. Además los esquemas ofensivos parecían hechos para suprimir los talentos naturales de Ricky. En cambio Adelman utiliza un juego rápido, en el que la base tiene una mayor libertad de dirección.

• Objetivos: No es lo mismo estar en un equipo cargado de estrellas consagradas y que cada año lucha por ganar absolutamente TODAS las competiciones a un equipo joven y en crecimiento cuyo objetivo es pasar de las 25 victorias.
• Reglas: Se pasa por encima, pero los 3 segundos defensivos han hecho casi tanto por Ricky como Derrick Williams. Sin torreones fijos en el centro de la zona se abren los espacios para el pase y lo que es mucho más importante para Ricky, para la penetración. Y esto para un jugador cuyo tiro es cualquier cosa menos fiable es maná del cielo. El "handcheck" es otra que ayuda lo suyo.
• Compañeros: Vale no me malinterpretéis, el Barça posiblemente sea de las 3 plantillas mas completas (y mejores) de toda Europa. Pero está hecha del corte “Basket Control”, con jugadores excelentes en estático. Al bueno de Ricky le pones dos tiradores, dos gacelas y un estilo rápido y le estarás dando las herramientas adecuadas. 
• Moral: Ya lo mencionaba el gurú Rafa Salinas (@_penitenciagite en Twitter): gran parte de la falta de acierto en el tiro de Ricky venía de su mente no de su mecánica. Bricky ha pasado a ser Ricky en cuanto ha notado el calor del cariño y aprecio de compañeros, entrenador, fans, prensa y liga. Baste decir que en 6 de  sus últimos 7 partidos ha anotado en dobles figuras.
• Marketing: ¿Qué habría sido de Sergio o Rodolfo si hubieran caído en el contexto de equipo y expectación de Ricky? Sus carreras NBA habrían sido bastante diferentes, de eso estoy seguro. Y es que entre franquicia, liga y prensa han vendido muy bien a Ricky (sin quitarle merito que al final tiene que hacer algo para que lo puedan vender) y que huele a campaña perfectamente orquestada para que su nombre se oiga bien alto y claro en los cuatro rincones del mundo NBA.

Sea como sea la NBA ya es SU liga y a poco que mejore será un claro candidato al ROY y con suerte y trabajo candidato claro al All-Star en unas pocas temporadas... Ah, y por supuesto hacer que el baloncesto sea más divertido. Y eso es impagable.