Ataques de entrenador
Domingo, 24 de noviembre de 2013, Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid, a las 18 horas. Real Madrid y Tuenti Móvil Estudiantes (qué duro se hace decirlo, pero qué bien le viene en estos tiempos a nuestro baloncesto que se llame así el `Estu´) celebran el derbi madrileño en una nueva jornada de la Liga Endesa. Todos esperan que aquello sea poco menos que una merendola de domingo a favor de los blancos, cuya superioridad a día de hoy sobre los colegiales es más que patente.
Sin embargo, los del Ramiro arrancan el partido respondones, y consiguen que los de Pablo Laso no comiencen el partido a toda pastilla, anotando apenas seis puntos en los cinco primeros minutos. En ataque, el sustento visitante es Dejan Ivanov, autor de los siete puntos que permiten a los colegiales liderar el encuentro (6-7), a los que el búlgaro añade un rebote y una falta recibida. En ese momento, Txus Vidorreta decide hacer el primer cambio del partido, dando entrada a Guille Rubio y sentando, precisamente, a Ivanov.
Algo más de hora y media más tarde, el duelo concluye con victoria local por 72-57, dejando al Real Madrid más líder y al `Estu´ en una preocupante posición en la clasificación con apenas un triunfo, en la zona del (teórico, ya se sabe), descenso a la Adecco Oro.
Probablemente muchos de los lectores de este artículo piensen que menuda chorrada se me ha ocurrido, pero, ¿Qué necesidad tenía Txus Vidorreta de sentar en ese preciso instante a Dejan Ivanov, el hombre que había anotado todos sus puntos? Valoremos para ello varias circunstancias:
1)Ivanov no estaba cargado de personales (no había cometido ninguna).
2)Los puntos del Real Madrid no habían llegado en la zona (un triple de Llull, un tiro libre de Mirotic, y un contraataque de Dani Díez).
3)Pablo Laso no había movido el banquillo aún, dando entrada a ningún jugador cuyo perfil no "casase" con el de Ivanov a la hora de defenderle.
4)Ivanov no estaba lesionado.
Con todo esto, ¿Por qué hace Vidorreta el cambio? Se me ocurren apenas dos opciones:
a)Porque "le toca" sentarse ya que así está establecido en el patrón del partido.
b)Porque Vidorreta observa algo en la cancha que se escapa al ojo del aficionado.
Sea cual sea el motivo del cambio, a mí la verdad es que me chirría. ¿Por qué hay que sentar a un jugador que está enrachado, siendo el referente anotador del equipo? Si es "porque le toca", me parecería un error de bulto, que demuestra una excesiva rigidez en Vidorreta al no saltarse algo el guión del partido en base a lo que está ocurriendo en la cancha. Pero me cuesta pensar que esto sea así, y en tal caso entiendo que el técnico colegial observó en la cancha algo que el resto de los que estábamos allí no pudimos ver. Y en estos casos, francamente, tampoco creo que el entrenador de turno (Vidorreta en este caso) termine de estar acertado. Sentar a un tipo en racha, que no había cometido errores de bulto, que no está cargado de personales ni lesionado, me pareció entonces, y hoy me lo sigue pareciendo un craso error.
Habrá obviamente que reseñar que Ivanov finalmente jugó algo más de veintiún minutos, alcanzando los nueve puntos y seis rebotes. Es decir, en los dieciséis minutos que volvió a la cancha,tan sólo anotó dos puntos, y la mayoría de sus lanzamientos al aro madridista acabaron en fallo.
Cosas como esta a mí me resultan francamente difíciles de entender. Considero a Txus Vidorreta un entrenador sensacional, no hay más que ver sus resultados en Bilbao, Alicante, o el año pasado en el Estudiantes. Y no pretendo hacer ver que se equivocara al hacer cambio, que sus motivos tendría, seguramente. Tampoco evidentemente, señalar como la clave de la derrota este cambio, algo que sería de lo más absurdo.
Pero para mí, una semana más tarde, aquel cambio sigue siendo un misterio por resolver.¿Por qué hay que sentar a un jugador que está caliente? Son las cosas que uno a veces no termina de entender de ciertas decisiones de los entrenadores, que es un hecho que consiguen cercenar (al menos en ese momento) una racha positiva y de confianza de un jugador, que seguro que en aquel momento pensó aquello de "¿Qué narices habré hacho para irme al banquillo?". Lo que viene siendo un ataque de entrenador. Algo que hoy personalizo en Vidorreta, por ser el ejemplo más reciente, pero que es demasiado habitual en nuestro deporte.
Con lo que necesitado que está el baloncesto europeo de alegrías, de estrellas, de rachas, de partidazos… Y a veces desde dentro nosotros mismos lo evitamos.
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José M. Puertas en twitter: @josempuertas