Air Jordan y su vuelo número 63
Por Antonio Rodriguez
Tal día como ayer, hace 25 años, en el Boston Garden aún se podía respirar. No era el calor sofocante que provocaba el colapso en los rivales de los Celtics en aquel viejo recinto, más propio del mes de Mayo y Junio, cuando se olía a Final NBA. Porque aquel equipo casi siempre olía a Final. De hecho aquel año, Larry Bird lideraba una plantilla que no conoció derrota alguna hasta llegar a las mismísimas finales ante los Houston Rockets: 3-0 a Chicago, 4-0 a Atlanta y 4-0 a Milwaukee fue la inmaculada serie de 12 jugadores que, curiosamente contaban con 8 de raza blanca, algo inusual.
Por otra parte, otro equipo más modesto, Chicago Bulls, llegó a jugar los "playoffs" por los pelos y con polémica entre sus dirigentes. Michael Jordan volvió a las pistas un 15 de Marzo, tras cuatro meses de baja por una lesión en el pie, para conseguir ese logro con un equipo deshauciado. El entrenador por aquel entonces, Stan Albeck, tenía una difícil situación en la que se le prohibió en esa última recta de liga regular, que Jordan jugase más de 20 minutos por noche. Se volvía loco haciendo cábalas e intentando hacer dos quintetos para diferentes momentos de partido: uno con Jordan, otro sin él. Al final, haciendo oídos sordos a médicos y gerencias, escuchando al propio Jordan ("yo conozco mi cuerpo más que nadie. Y sé que puedo jugar más"), le dio libertad absoluta y le valió el pasaporte a las eliminatorias finales. Eso sí, Albeck tuvo que pasar peaje: fue destituido. Jordan adoraba la actitud y el trato con aquel entrenador.
Y en el Boston Garden, en la inauguración de aquella eliminatoria entre Boston y Chicago, Michael Jordan consiguió 49 puntos en una exhibición absoluta de potencia, calidad y deseo de ganar. Hizo todo tipo de malabarismos, canastas espectaculares y esfuerzos para ello. No lo logró, pero aquel joven de 22 años dejó huella en el santuario bostoniano.
Tal día como ayer, hace 25 años, en el Boston Garden aún se podía respirar. Y en aquel ambiente, Michael Jordan logró anotar 63 puntos, marca histórica que aún permanece como máxima anotación individual en la historia de los "playoffs". En esta ocasión, ni fue tan espectacular ni sus canastas formarían parte de vídeos. Se trataba de ganar. Sin ser un jugador que aún se sintiese nada cómodo con el triple, aquella estelar actuación la fue completando con suspensiones, con bandejas, algún que otro mate y muchos tiros libres, resultado final de la desesperación rival por parar a ese chico que provocaba un sinfín de faltas. Boston volvió a ganar 135-131 tras dos prórrogas. Sin embargo, los Bulls ya no fueron los mismos en el Garden.
63 puntos que superaban la marca de 61 lograda por Elgin Baylor en 1962. Jordan reconocía haber oído el nombre, pero nunca haber visto ni tan siquiera una imagen del mítico alero de los Lakers. Larry Bird hizo historia con aquella frase de "Hoy Dios se ha disfrazado de jugador de baloncesto" en referencia a la exhibición de Jordan. ¿Saben cual fue la frase más destacada de Michael aquella noche?: "De la manera en la que jugamos hoy, no nos podemos venir abajo ahora". Había que ganar. Así de simple.
Por eso, 25 años después, no lo recordamos como una aislada exhibición, sino como el inicio de un camino que sí será recordado.
Aquello fue un "Hola, soy Michael Jordan y vengo a dominar la NBA" en toda regla.
Recuerdo que en los Juegos de Los Ángeles, jugando contra España -en el primer partido, el del grupo, no la final-, Jordan, en el último segundo de la primera parte, sobre la bocina, uno o dos pasos por delante de la línea de medio campo, se levantó en una suspensión perfecta y, zas, la enchufó. No tiró con una mano echándose hacia delante, como se solía -y se suele- hacer cuando se tira de tan lejos. No, no: suspesión perfecta, levantándose mucho, lengua fuera, golpe de muñeca y adentro. Y todavía era un chavalín universitario.
Bueno, he de decir que así es como recuerdo la canasta. Desde el lado izquierdo, metido en campo de ataque un par de pasos. Pero puede que me traicione el recuerdo, porque no he vuelto a ver ese partido. Creo que valió dos, porque todavía no había triples, ¿verdad?
Siempre fui de Magic aunque he de reconocer que Jordan fue y será único. Nunca me cayó bien..... Recuerdo las finales contra los Lakers en el programa "Cerca de las estrellas" los viernes por la tarde con Ramón Trecet.... Qué tiempos!
Más o menos Josepho, fue un balón que rebotó en la canasta de España, y llegó muerto al centro del campo, entonces lo agarró Jordan y la enchufó...