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El infierno de los jemeres rojos

Denise Affonço estuvo allí.

Hace cuatro años que me alimento de cucarachas, de sapos, de ratas, de escorpiones, de saltamontes y termitas para calmar mi estómago hambriento por el régimen forzado de los jemeres rojos; hace cuatro años que voy descalza, haga el tiempo que haga, por los arrozales, para labrar, sembrar, replantar y segar, cavar fosas o construir diques, todas las mañanas, con tan solo unos granos de sal gruesa y agua fría en el estómago como desayuno, el cuerpo inflado de edemas, enfebrecido por el paludismo, con la prohibición absoluta de quejarme y de llorar a mis muertos.

Ella lo pudo contar. Su marido, su hija de 9 añitos, su cuñada, sus sobrinos, el veinte por ciento de la población camboyana, no. En el próximo programa hablaremos de ello(s).

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En el anterior, el del pasado sábado, hablamos de ciencia con Jorge Alcalde, de la rabia de Barack Obama, del señor Guenassia y, a-cabáramos jajajá, del catálogo Ikea 2011. Y de Edgar Allan Poe y con Gina.

¿Los audios? Aquí y aquí. Ojalá os gusten.

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Lecturas: Los libros y la locura, y otros ensayos, de GK Chesterton:

Los libros, como todos los (...) objetos que son amigos del hombre, son capaces de convertirse en sus enemigos, de rebelarse y aniquilar a su creador.

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comentarios
1 Anavmor, día

He leído las primeras páginas de "Correr" (Jean Echenoz) y me han dado ganas de calzarme unas zapatillas y lanzarme al Retiro a emular a Zátopek... " - I - Los alemanes han entrado en Moravia. Han llegado a caballo, en moto, en coche, en camión, pero también en calesa, seguidos de unidades de infantería y de columnas de avituallamiento, más algunos vehículos semioruga, poca cosa más. Aún no ha llegado el momento de ver los enormes panzers Tiger y Panther conducidos por tanquistas con uniforme negro, que será un color sumamente práctico para disimular las manchas de aceite. Unos Messerschmitt monomotores tipo Taifun sobrevuelan la operación, con la única misión de vigilar desde lo alto que todo transcurra apaciblemente, ni siquiera van armados. No es más que una pequeña invasión relámpago como quien no quiere la cosa, todavía no estrictamente una guerra. Es tan sólo que los alemanes llegan y se instalan, nada más."

2 jlh, día

Hace muchos años me leí un libro sobre la peli Los gritos del silencio (The killing fields): http://es.wikipedia.org/wiki/The_Killing_Fields No recuerdo si el libro estaba basado en la película, o la película en el libro, pero el caso es que cuentan lo mismo. Es horrible lo que el socialismo hizo en Camboya … y en tantos otros sitios. Es obvio que si en España no hicieron lo mismo fue gracias a Franco y a los valientes que lucharon a su lado. Y uno se pregunta ¿Cómo puede haber gente que apoye a estos repugnantes genocidas socialistas? Pues a lo largo de mi vida creo que todas las personas que he conocido que apoyaban a regímenes genocidas como el castrista, el chino, la URSS, etc, no eran malas personas, sino imbéciles. Y es que creo que esa es una de las bases en las que se sustenta el socialismo: saber manejar a los imbéciles como a marionetas. Y, dado que en el mundo hay millones de imbéciles, la fuerza que logran hacer todos esos imbéciles movidos con mano férrea por los socialistas, es enorme.