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La vuelta de Messina

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No entramos en la razón o no que puedan tener casi tres cuartas partes de la gente que acudió al Palacio de Deportes a ver el Madrid – CSKA de Euroliga y que pitaron a Ettore Messina. Si me piden mi opinión la daré y afirmaré que creo que es merecida esa pitada por el mal recuerdo que dejó, en general, el técnico en el equipo blanco. También es cierto que la afición es soberana y que el mismo entrenador se refirió en rueda de prensa a ese detalle. "la gente puede expresarse como quiera. Lo respeto. Me quedo con el cariño de los jugadores y de Florentino Pérez".

Pero el dato objetivo es que Ettore Messina volvió a Madrid. No lo hacía profesionalmente desde el 5 de marzo de 2011. Ese día, sábado por la mañana, dio una rueda de prensa en la que anunciaba su marcha del club blanco. Dimitía porque no podía más. Y no podía, entre otras cosas, con unos medios de comunicación que para el italiano "le dejaron exhausto de tanta crítica". Ahora en Moscú, no tiene ni la mitad de presión porque otro dato objetivo, quizá el más en este artículo, es que el Madrid de baloncesto no es cualquier cosa. Se trata del equipo más laureado de Europa.

En el partido disputado este jueves el CSKA demostró ser un equipazo. Tiene el estilo Messina marcado a fuego. Posesiones largas, desesperantes en algún caso. Pero, ojo, si el rival quiere jugar en un último cuarto espectacular a más ritmo, el bloque ruso se amolda también. Todo un ejército de talento, quizá en algunos casos demasiado diversificado, pero un equipazo. Hubo prórroga en el Palacio, hubo épica, hubo baloncesto a pleno ritmo.

Quizá quería Messina vengarse a su modo del Madrid. A su modo digo porque no hay razón, a no ser que se me escape algo fundamental, de vengarse de un club en el que te han tratado bien y del que has decidido marcharte tú. Tampoco hay razón para vengarse de la prensa porque, críticas aparte, injustas o justas, el sueldo de un técnico del Madrid de basket y más Messina, lleva consigo aguantar una presión que, es evidente, el italiano no aguantó.

Y da la sensación de que la época en el Madrid del laureado entrenador transalpino, es un oasis en su carrera. Como una mancha, para él, en su currículum. Es la sensación de ser bueno, ser el mejor, dejar de serlo un año y medio en Madrid, y volver a serlo. No contamos la experiencia Laker de Messina porque fue a aprender a Los Ángeles afirmando en alguna ocasión que él ya sabía que iba a volver a Europa tras pasar un año allí. Si hacemos caso de eso, ha vuelto con ganas a Moscú y en la capital rusa se está viendo un equipo serio, competitivo, favorito o uno de ellos al cetro en Londres el 12 de mayo. Siempre ha sido así este año, a excepción de algunos partidos malos, qué curioso ante tres españoles en la Euroliga, sus únicas derrotas en la competición.

Se vieron cosas muy buenas de Messina en el partido de este pasado jueves. Se vio una intensidad defensiva que tenía al Madrid en 42 puntos al comenzar el último cuarto. Se vieron jugadas de bloqueo y continuación soberbias. Se vio una magistral acción de banda al final de la prórroga con aclarado para Khryapa que falló, pero tiró sólo el triple que podía haber empatado el partido. Es Messina, con sus pros y sus contras, pero Messina. Perdedor ayer en el Palacio, pitado, casi odiado, pero Ettore Messina dará guerra. Quizá vuelvan a verse en Londres allá por mayo. Y entonces, cuidado.

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Dani Blanco en twitter @blancopineda

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