Menú

La hora de Paniagua: El Informe Lin (I)

0

La historia de Jeremy Lin –el ya exbase de los Knicks que generó la locura en Nueva York, la llamada “Linsanity”- y su pase definitivo a los Houston Rockets son un ejemplo de cómo el mundo del deporte ha cambiado; de cómo se han modificado parámetros que en otros tiempos no muy lejanos eran esencialmente intocables. Al menos en la NBA.

Veamos.

El técnico jefe de los Knicks, Mike Woodson, quería que Lin se quedara en el club. El manager general, Glen Grunwald, era igualmente partidario de su permanencia. El jugador, por su parte, había indicado al club, de manera inequívoca, que prefería quedarse en Nueva York, siempre que los Knicks igualaran la oferta de los Rockets, claro. La decisión final, igualar el dinero que le ofrecía Houston al popular jugador chino-americano era de Mr. James Dolan, el singular dueño del club neoyorquino. Faltaría más. Pero “Míster Dolan y “decisión final”, juntas en la misma frase, suelen ser casi siempre sinónimo de tumulto en la Casa Knicks. Esta vez no ha sido la excepción.

El señor Dolan decidió prescindir de Jeremy Lin a una hora escasa del cierre de ofertas para jugadores con la etiqueta de “agentes libres”. Pero la verdad es que tenía ya tomada la decisión desde el día antes. En realidad, fueron unos analistas financieros los que determinaron el destino de uno de los jugadores más populares que han tenido los Knicks en los últimos años. Así que, ahora, una vez consumado el fichaje de Lin por los Rockets, solo el paso del tiempo nos dirá si la decisión de Mr. Dolan ha sido acertada o equivocada.

Lo más singular de esta historia es que ha sido un informe financiero –al que ha tenido acceso quien esto escribe- el que ha prevalecido sobre cualquier otro informe o criterio deportivo propuesto por gente que ha decidido estas cuestiones de fichajes y no fichajes en los clubes deportivos desde el origen de los tiempos.

El proceso empezó el pasado mes de junio cuando el entrenador de los Knicks, Mike Woodson, contactó con Lin en la Costa Oeste de los Estados Unidos para mantener una reunión. En este encuentro, una cena en el Mastro’s Steakhouse de Beverly Hills –cuya carne es una delicia por cierto- el Coach Woodson fue muy claro con su jugador: “Serás titular y serás un jugador clave en el equipo la temporada que viene”. Ni que decir tiene que Jeremy Lin compró la idea de su entrenador con absoluto entusiasmo.

Por su parte, el manager general del club, Mr. Glen Grunwald, en perfecta consonancia con su técnico, manifestó más o menos lo mismo al jugador y a su entorno –y lo filtró también a la prensa más afín, por cierto-: “Queremos a Jeremy Lin sí o sí”.

Al final, los Knicks no hicieron una oferta formal al jugador –en realidad, no se la han hecho en ningún momento del proceso- y optaron por ver en qué lugar le situaba el mercado. Entonces los Rockets de Houston, que habían despedido a Lin el pasado mes de diciembre, le hicieron una excelente propuesta; en realidad dos propuestas. La primera, tres años de contrato garantizado, con un cuarto año opcional, por el montante total de $28,8 millones de dólares. La segunda, la oferta que finalmente presentaron oficialmente, era de 25 millones de dólares por 3 temporadas: a razón de 5 millones el primer año, 5,2 millones el segundo, y un tercer año que se dispara hasta los $15 millones. Esta tercera temporada era, por supuesto, la carga de profundidad contractual que le disparó Houston a los Knicks en su puja por Lin.

Exactamente a las 11 de la noche del pasado martes 17 de Julio, una hora antes de la hora decisiva en la que los Knicks debían decidir si igualaban o no la oferta de los Rockets, Jeremy Lin recibió un SMS de Mr. Grunwald en el que le comunicaba de manera muy sencilla lo que el club había decidido: “Queríamos que te quedaras, pero la cosa no ha funcionado. Saluda a tu familia y te deseo mucha suerte en el futuro".

Así, con una frase tan simple, acababa la “Linsanity” en Nueva York. Jeremy Lin era jugador de los Rockets de Houston para los tres próximos años.

Otra frase, igualmente muy sencilla, expresaba el deseo íntimo del jugador al día siguiente de su confirmación como nuevo miembro de los Rockets: “Honestamente, hubiera preferido quedarme en Nueva York”.

Pero Míster James Dolan había decidido que su club no igualaría la oferta del Houston. Y lo decidió basándose no en los deseos de su entrenador, ni tampoco en los de su manager general. Por supuesto, tampoco en el de los otros jugadores de los Knicks, que manifestaron, más o menos abiertamente, su deseo de seguir contando con Jeremy Lin como compañero. Ni, por supuesto, tampoco lo hizo apoyándose en el deseo de los aficionados, que en proporción de 2 a 1, apoyaban en todas las encuestas realizadas por los medios de comunicación neoyorquinos que los Knicks hicieran el esfuerzo y que el popular jugador se quedara en el equipo.

La realidad es que James Dolan decidió el destino de Lin, y quien sabe si el destino de su franquicia a corto-medio plazo, tomando como base un informe realizado por analistas financieros de la compañía Gamco, la segunda accionista mayoritaria de los Knicks. La Gamco es solo es superada por la Madison Square Garden Corporation -propiedad de la familia Dolan- en términos de mayoría accionarial. Pues bien, ese informe, exclusivamente financiero, fue decisivo en la determinación del destino final de Lin, según reconoció el propio señor Dolan a los ejecutivos de los Knicks.

El informe, implacable y aséptico como lo son casi todos los informes financieros, que Mr. Dolan usó como apoyo decisivo en su proceso de decisión –y que a mi me llegó el día después de autos en formato PDF- es inequívoco en sus conclusiones: “Recomendamos que no se fiche al jugador”. La semana que viene, sin falta,  desmenuzaremos este informe, sus fundamentos financieros y sus contundentes conclusiones.

Pero la verdadera moraleja de la historia es que los analistas financieros han prevalecido sobre los criterios deportivos de los técnicos y ejecutivos deportivos de los Knicks y sobre el propio deseo del jugador. Y, francamente, no sé bien si esta, digamos, victoria de los analistas de la Gamco Corporation sobre los expertos deportivos de los Knicks significa algo realmente bueno para el porvenir del legendario club neoyorquino. (Continuará)

-----------

Miguel Ángel Paniagua (publicado en GIGANTES)

Miguel Ángel Paniagua en Twitter: @pantxopaniagua

0
comentarios

Herramientas