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La hora de Paniagua: Corrupción en la NBPA

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El Departamento de Trabajo de los Estados Unidos, lo que en el sistema español sería la Inspección de Trabajo, publicó la semana pasada los números y las cuentas de la NBPA, el sindicato de jugadores de la NBA. Los resultados de esa publicación, a los que ha tenido acceso GIGANTES, son muy ilustrativos y producen una cierta inquietud.

Desde luego, quien sale peor parado, al hilo de esos resultados, es el secretario general del sindicato, Mr. Billy Hunter.  Los números publicados por el Departamento de Trabajo nos muestran un sindicato financieramente saneado, cierto, pero en el que también aparecen evidencias claras de que la NBPA navega hoy en día por las aguas turbulentas de la corrupción. De la corrupción ética y moral, sin duda. Y, muy probablemente también, de la corrupción financiera.

No hace falta recordar que la temporada pasada hubo un lockout, un cierre patronal, que a punto estuvo de cargarse la temporada de la NBA 2011-2012. Independientemente de que la razón estuviera o no en el lado de los jugadores -que yo creo que sí lo estaba- hay una cuestión en la que casi todo el mundo está de acuerdo: la estrategia del sindicato de jugadores, tanto antes como durante el cierre patronal, fue francamente mala. La refriega entre los dos bandos llegó a enquistarse tanto que finalmente se perdió casi un 25 por ciento de la temporada. Además, es obvio que el nivel de juego bajó muchísimo durante los 66 partidos de temporada oficial que acabaron por jugarse. Y eso sin olvidar el alarmante número de jugadores que cayeron lesionados respecto a otras temporadas, digamos, normales.

Sin embargo, hubo un hombre a quien las cosas le fueron realmente muy bien. Billy Hunter, el líder del sindicato NBPA, vio recompensados sus (supuestos) esfuerzos en pro de la asociación de jugadores con una subida salarial bastante inusual en estos tiempos: 600.000 dólares, exactamente, dejando su sueldo anual en 3 millones de dólares redondos. La subida le fue concedida, o auto asignada, el día 1 de julio: casualmente, el día en el que se inició el cierre patronal.

Que las prácticas de Mr. Hunter en el sindicato son dudosas es algo sabido. De hecho, Derek Fisher, el jugador que preside la NBPA, pidió cuentas, y públicamente además, al señor Hunter provocando un conflicto monumental en el sindicato. Como siempre ocurre en estos casos, la asociación de jugadores se fragmentó en dos bandos: la aristocracia de la NBA se puso del lado de Mr. Hunter, mientras que la clase baja de la Liga defiende a Fisher en su deseo de que haya, por lo menos, un poco de luz sobre algunas prácticas sospechosas de Míster Hunter.

Esas prácticas están siendo investigadas por la Fiscalía Federal de los Estados Unidos, por cierto. Lo cual, como se imaginará el amigo lector,  no es ninguna broma. Lo cierto es que las evidencias de nepotismo, y de presunta corrupción, parecen abrumadoras. El señor Hunter ha contratado a su hija y a su nuera para que trabajen en la NBPA, sin que estén especialmente cualificadas para ocupar esos puestos. El señor Hunter ha realizado inversiones financieras cercanas a los 10 millones de dólares, siempre en representación del sindicato eso sí, en una firma de brokers en la que su hijo ocupa un cargo en el consejo de administración. Además, el señor Hunter ha realizado, en nombre de la NBPA, pagos importantes a un firma de abogados de Washington DC en la que, casualmente, trabaja otra de sus hijas. No hay nada todavía nada probado por la Fiscalía, pero, como he escrito antes, estas prácticas, dudosamente éticas y probablemente delictivas, de Mr. Hunter hace tiempo que son vox populi.

Durante mucho tiempo, muchos de mis colegas agentes con base en los Estados UNidos me han hablado de cómo el Comisionado David Stern “tenía (o tiene) en el bolsillo a Billy Hunter”. Según la mayoría de ellos, eso explicaría porqué los jugadores han acabado perdiendo todos los combates que han disputado contra la NBA en todos estos años en los que Mr. Hunter ha estado al frente del sindicato. Sin embargo, yo siempre he sostenido que la cuestión no es tanto que Mr. Stern tenga a Mr. Hunter en el bolsillo, sino que la clave ha estado siempre en el bolsillo de Mr. Hunter.

Me explico. Independientemente de que Mr. Hunter pueda ser un tipo corrupto o no –lo cual tampoco sorprendería mucho porque estamos en una era en la que la corrupción cabalga a sus anchas por doquier- lo más importante para mí es cómo presta sus servicios Míster Hunter al sindicato; para quién trabaja realmente Míster Hunter.

Y aunque el señor Hunter tenga la función de trabajar para todos sus asociados por igual, la realidad que se desprende de los resultados de todas las batallas recientes en las que el hombre ha liderado a los jugadores, perdiendo todas, es que sirve a la clase alta de la NBA. Es decir, a los jugadores con contrato máximo; a no más de 20 o 30 jugadores en total. El resto, 275 jugadores, o sea, los afiliados que componen la clase media o media-baja de la Liga NBA, son los que siempre pierden en los cierres patronales y en las huelgas que llevamos vividas. No es menos cierto que eso sucede, en gran medida, por culpa de la manifiesta incapacidad de esa masa silenciosa del sindicato para involucrarse en estos asuntos laborales; al fin y al cabo en su incapacidad para dar un paso al frente y forzar el despido de su líder sindical; en su incapacidad para intentar que mejore un poco su estatus dentro del sindicato NBPA y para que esa mayoría silenciosa deje de ser una masa que paga, que vota y que calla: justo en ese orden.

En ese contexto, y esto es también un dato muy importante en esta historia, tanto el Departamento de Trabajo, como la propia Fiscalía Federal, están investigando no solo la presunta mala praxis del Doctor Hunter, sino también la propia estructura del sindicato; su acta de constitución y su reglamento de régimen interno; la propia esencia de lo que es este sindicato NBPA.

La percepción de la gente hacia los sindicatos nunca ha sido especialmente buena en los Estados Unidos. Pero, desde luego, este tipo de actuaciones empeoran todavía mucho más esa percepción.

Y desde luego, algo tiene que ir mal, muy mal, en la NBPA, cuando su líder sindical “emplea” a su propia familia en puestos importantes del propio sindicato, cuando concede favores a empresas vinculadas a sus hijos e hijas, o cuando se sube el sueldo de manera obscena, justo en el preciso momento en el que acaba de empezar un durísimo cierre patronal que afecta gravemente al sindicato al que él dirige y representa.

Mucho me temo que el señor Billy Hunter es un ejemplo palmario de todo lo que va mal en el mundo sindical hoy en día; aquí y allá. Por culpa de hombres como Míster Hunter, que dicen representar los intereses de sus afiliados –quienes por cierto pagan una cuota de 10.000 dólares anuales por cabeza- y que luego no tienen como máxima prioridad la de representar los intereses de sus afiliados sino los suyos propios.

Este tipo de líderes sindicales no merecen representar a nadie. Salvo, tal vez, a ellos mismos.

Miguel Ángel Paniagua (publicado en GIGANTES)

Miguel Ángel Paniagua en Twitter: @pantxopaniagua

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comentarios
1 jose, día

Aunque no son pruebas concluyentes, los indicios son argumentos que justifican iniciar una investigación. El final del artículo es demoledor. Hacía tiempo que no veía a nadie mojarse tanto en una columna de opinión. Da gusto leer al Sr. Paniagua.

2 Vpam, día

Amén.... Creo que han estado muy cerca de cargarse la NBA y se la cargarán me temo tanto por el lado de Propietarios como de Jugadores Ni puede haber ganancias del 700% ni jugadores cobrando más de lo que generan Espero que la crisis ponga a todos en su sitio. Por cierto, una sugerencia al Sr. Paniagua. ¿Es posible un articulo sobre la ACB? Gracias Grande Paniagua

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