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El peso de la historia

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Toca a su fin esta edición 2013 de la Copa del Rey, en la que, un año más, el anfitrión no se alzará con el trofeo. Y es que, aunque el deporte, y más esta competición, suele ser muy dado a la sorpresa, es cierto que la historia reciente del torneo del KO en lo que a baloncesto se refiere ha limitado el porcentaje de sorpresas respecto a épocas previas, como en aquella mítica noche de 1984 que hace poco recordábamos en la web (pincha aquí para leerlo). En la jornada de semifinales, quizá se impuso la lógica, pero está claro que la experiencia, la historia, jugó un peso determinante en su resultado.

Parecía una gran oportunidad para el Caja Laboral de llevarse un triunfo en el Buesa Arena. El Barça llegaba con 50 minutos en las piernas de máxima intensidad el pasado jueves, algo que podía pesar a los catalanes cuando el partido se decidiera. Además, en la primera mitad, todo parecía pintar bien para los vascos, que ataban en corto a Mickeal y Lorbek, no sufrían especialmente ante Tomic o Navarro, y se permitían el lujo de tener hasta un invitado sorpresa al acto, un Tibor Pleiss que, tras tardar unos minutos en darse cuenta de que había demasiado sobre la cancha, dejó atrás su habitual frialdad y sus mejorables manos para cuajar unos minutos magníficos que, junto al acierto ofensivo de Nemanja Bjeliça permitían a los anfitriones mantener la iniciativa.

Y así seguimos hasta el minuto 30, con Vitoria soñando con una final en la que sería favorito. Pero, en un calco de lo pasado hace un año en la misma semifinal pero en el Palau Sant Jordi, cuando el Barça dio el apretón definitivo en defensa, al Caja Laboral se le fue la luz. Demasiado individualismo y tiros exteriores no todos bien seleccionados condenaron al Baskonia, especialmente cuando el renqueante Juan Carlos Navarro volvió a aparecer en la recta final para firmar veinte tantos y matar el partido. La historia pareció pesar demasiado, en cuanto al `dejavu´ vivido, y en cuanto al verdugo de tantas ocasiones. La mayor experiencia de la plantilla culé resulto crucial para ganar un duelo en el que, a la primera complicación seria, su rival no tuvo la necesaria capacidad de reacción.

Por cierto, que pudo sorprender no ver ni un segundo a Carlos Cabezas sobre el parqué. Bien cierto es que no pasa por su mejor momento el malagueño, pero, dada la irregularidad de Heurtel, y el horrible partido de un Omar Cook que apenas aportó nada a los suyos, especialmente en ataque,quizá Zan Tabak pudo haber jugado la carta de un Cabezas que otras cosa no, pero finales y partidos decisivos lleva unos cuantos en las espaldas.

De la otra semifinal, lo que nos queda claro es que el Valencia Basket llega mucho más descansado que el Barça a la final. Los `taronja´ apenas han tenido oposición en su camino a la final, en cuartos ante un Estu sin fe (pincha aquí para recordarlo), y el sábado ante un Herbalife Gran Canaria que, aunque duela a algunos, decepcionó. Muchos esperábamos ansiosos el duelo interior entre Faverani y Xavi Rey tras sus respectivas exhibiciones en cuartos de final, más no existió tal contienda. Las dos rápidas faltas del `5´ canario hipotecaron completamente las opciones de los suyos, y como muestra el enorme cabreo de Pedro Martínez cuando la segunda le fue señalizada. El entrenador catalán sabía que ahí se complicaba enormemente, y acertaba.

De hecho, el partido fue un aquelarre de los pívots valencianos. Lishchuk, y especialmente Doellman y Faverani, hicieron el daño necesario bajo los aros como para crear enormes espacios exteriores a los Rafa Martínez o Pau Ribas para ajusticiar a un Granca en el que en la primera mitad apenas compareció Ryan Toolson. Y cuando los canarios subieron el listón en la segunda, llegando a ponerse a ocho, el primer signo de relajo fue duramente castigado de nuevo por el equipo de Velimir Perasovic. Así que, quién sabe si quizá la historia volvió a pesar duramente en este segundo encuentro sabatino, pues la experiencia de buena parte de la plantilla valenciana en partidos de máxima exigencia resultó crucial ante un rival que no alcanzó, ni de lejos, el nivel para el que está capacitado.

Para la final, es evidente que el favorito claro es el Barça Regal. Mucha más plantilla y mayor experiencia. Bueno, y Navarro, que siempre está cuando se le busca. Pero dos puntos a favor del sueño valenciano: el citado camino hasta la final, y el precedente esta temporada, con los de Pascual hincando la rodilla en La Fonteta. Por ello, habrá final.

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José M. Puertas en twitter: @josempuertas

(Fotos: ACB)

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