Si la propuesta es buena nunca es tarde para no pasar página. El baloncesto de elite vuelve a llamar a la puerta de Carlos Jiménez para enrolarse en las filas del Unicaja de Repesa y cubrir así la baja momentánea de Sergi Vidal. El madrileño aparece en la escena del Carpena como un personaje secundario pero dado su currículo se le considera una apuesta segura.

Contamos cómo se fructifica su incorporación. En Málaga parece haberse instaurado un clima de incertidumbre permanente. Algo que se creía olvidado y que la lesión de Vidal volvió a evidenciar. Pubalgia y quirófano: dos meses de recuperación como mínimo. Tras una gran inversión en fichajes el presupuesto anda escaso y se valoran diferentes opciones: traer alguien a coste cero, tirar de cantera… o Jiménez.

Rápidamente Jasmin Repesa se hace con el control de la situación y propone a un conocido suyo como Bojan Bogdanovic. La lesión de Vidal le viene que ni pintado para incorporar justo lo que necesita en el plantel: un alero alto y especialista francotirador. El jugador se hace querer, Repesa le pone por las nubes y empieza a gestarse su llegada al Carpena. Se encuentran con la negativa del Fenerbahçe. Llegado a ese punto de desencuentro el Unicaja no aprieta demasiado, teniendo en cuanto que solo se podía resolver con un dinero, disponible, pero destinado a emergencias.

En esos momentos Carlos Jiménez ya conoce de la tentativa del equipo malagueño para que vuelva a los terrenos de juego. En el Unicaja se valora positivamente la poca inversión que conlleva el alero y, además, confían en que puede aportar en los factores intangibles que han quedado huérfanos tras la salida de Berni Rodríguez y Garbajosa. Queda hacerles ver a Jiménez y a Repesa que es lo mejor para todos, a pesar de que en público acusan a los propios medios de incitar el rumor.

La cuestión de Jiménez se resuelve en su propia cabeza, que ordena el compromiso y la responsabilidad como prioridades. Y es que el alero mantiene un idilio con Málaga, su ciudad de residencia, y donde ocupa un puesto en la cantera de Los Guindos.

Por su parte, el técnico croata acepta la única opción de poder hacer su plantilla más competitiva ante la lesión de Vidal. La ambición primera del croata por traer a Bogdanovic es justificable en un profesional de su exigencia deportiva. El mismo criterio que le va a llevar a sacar lo que quede de baloncesto en el madrileño.

En lo personal, Jiménez tiene la oportunidad de quitarse el mal sabor de boca que le llevó el descenso del Estudiantes, y firmar una retirada digna de su trayectoria. Quién sabe si incluso podría prorrogar su contrato temporal. Lo hará sin el diez a la espalda, que ahora es propiedad de Txemi Urtasun. Sin embargo, cuando salte al Martín Carpena las gradas estarán pobladas con la mítica camiseta de Jiménez que ya parecía tener su sitio relegado a la mejor historia del Unicaja.

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Javi Rando en Twitter: @javirando