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'Scrubs', otra joya marginada en España

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En Scrubs, y con la excusa de la narración en primera persona de su protagonista, el médico interno John J.D. Dorian (Zach Braff), tanto los diálogos como la acción se suceden ante el espectador a la velocidad del rayo. Es sólo una de las varias aportaciones interesantes de esta sitcom ideada por uno de los creadores de Spin City, Bill Lawrence, que se mantuvo en el aire desde el 2 de octubre de 2001 hasta el 6 de mayo de 2009, y que sin duda aportó un punto de vista fresco y original no sólo a aquel género, sino también al de los dramas médicos televisivos.

Y no me entiendan mal. Interesante tampoco equivale a novedoso. Scrubs es, al fin y al cabo y como la mayoría de las telecomedias, una producción coral en la que los enredos románticos e íntimos de los protagonistas se entrecruzan con su actividad profesional como médicos, para finalmente dar lugar a una enseñanza moral que nos llega de primera mano, con la voz en off de su protagonista.  También como en todas las comedias de situación, Scrubs está filmada, en su mayoría, en decorados o interiores, y la duración de cada episodio es de menos de 25 minutos. Hasta aquí, entonces, todo parece normal. ¿Qué es lo que distingue la serie de la avalancha de telecomedias que invaden las parrillas televisivas todos los años?. Pues simplemente que tiene más encanto, locura y diversión que casi todas ellas.

Sin duda y para empezar, lo es por  su estilo visual y su puesta en escena, que rompe las limitaciones teatrales de las comedias de situación para adentrarse en territorios mucho más dinámicos. Su apuesta por el absurdo y la velocidad, por la comedia física y el puro gesto, y su punto de vista abiertamente cómico de la actividad médica, sigue resultando refrescante en medio de tanto material ha dado a la televisión en territorios más dramáticos. Por no hablar de sus actores. Al menos, dos de ellos.

Pero antes de seguir, déjenme que les relate mi experiencia personal con la serie, que me llevará a exponer por qué muchos de ustedes todavía no conozcan la serie. Un servidor descubrió Scrubs en formato DVD hace ya seis o siete años, cuando Buena Vista comercializó  la primera temporada de la serie en nuestro país, cuando aún no había sido emitida en ninguna cadena generalista. Ni que decir tiene que la sorpresa fue mayúscula. No sólo por la frescura de las interpretaciones, sino también por la locura de las tramas y su trepidante puesta en escena, que sin duda supusieron para quien esto escribe el descubrimiento de un nuevo formato de sitcom. Desconozco como fueron las ventas, pero desde luego no debieron de ser suculentas, ya que las siguientes temporadas nunca llegaron a nuestro territorio, y no hablemos tampoco de su exhibición en las cadenas españolas. Ya saben: siempre nos quedará Amazon.

Y es que como tantas y tantas series, Scrubs ha sido maltratada por las generalistas de este país. Apenas ha podido verse en un horario fijo en Canal +, Cuatro y Neox, de modo los espectadores despistados apenas han tenido ocasión de encontrarse con la serie y de que esta les convenza por sí misma pese a sus nueve largas temporadas. Esa y no otra, no lo duden, es la razón de que personajes como JD o el Doctor Cox no formen parte del imaginario colectivo de los espectadores. Ustedes verán cómo lo hacen, pero yo no la dejaría pasar.

Mi….lo que sea

Como extensión de esa narración en primera persona, todos los capítulos de Scrubs (llamada así por los los trajes esterilizados que utilizan los protagonistas) se titulan “Mi…”. Mi Primer día, Mi héroe, Mis quince segundos, Mi primera ruptura. No obstante, de vez en cuando se sucede uno que rompe esa cadencia para aportar el punto de vista de otro: Su historia, La historia de ella… destinados a aportar nuevos datos sobre algún personaje secundario que nunca descubriríamos desde el punto de vista de J.D.

Hablábamos de los protagonistas de la serie. J.D., el protagonista de nuestra historia, está interpretado por Zach Braff, un desgarbado actor norteamericano que parece nacido para hacer comedia. Pero no debemos olvidarnos de John C. McGinley, uno de esos secundarios de los que probablemente no conozcan el nombre pero sí su rostro, visto en mil películas que van desde Le llaman Bodhi o Identity a La Roca. McGinley es un experto en interpretar sujetos bordes, y en Scrubs demuestra una vis cómica simplemente impresionante. La dificil relación paterno filial que se establece entre ambos, el médico interno y la figura del maestro, es de las más interesantes de una serie poblada por secundarios igualmente hilarantes.

Sin ironías

Scrubs fue, durante sus mejores años, que fueron bastantes, una serie tremendamente divertida sin tener que recurrir a la sátira, por mucha ironía o el sarcasmo que destilasen sus diálogos. En ella se trataban abiertamente las consecuencias de las enfermedades más graves sin demasiadas reservas, aunque –sorpresa- el punto de vista fuera (absolutamente siempre) abiertamente optimista. De la misma manera, los guionistas pedían a la audiencia congraciar con los sentimientos de los personajes, por muy infantiles que estos pudieran parecer. Y lograban que pasásemos por el aro sin discusiones.

Scrubs era, por ello, una telecomedia especial, apta para el consumo friki pero a la vez familiar, un territorio muy grato para este cronista, que además nunca ha llegado a conectar con series que podríamos considerar sus suplentes en la parrilla como es el caso de las actualmente muy populares The Big Bang Theory o, en menor medida, Cómo conocí a vuestra madre. En Scrubs, el tratamiento de los personajes y sus extravagancias no se desliza por el resbaladizo territorio de lo friki, sino que resulta simplemente original.

Y otra enorme ventaja, quizá la mejor de todas:  el interés no depende exclusivamente de los dimes y diretes románticos del protagonista, sino de las puras y duras ocurrencias de los personajes.

Scrubs como tal duró ocho temporadas, las últimas en franca decadencia. Al principio de la última de las tandas, Zach Braff, que para entonces ya había incluso dirigido la apreciable Algo en común, decidió abandonar la serie, y sus apariciones fueron reduciéndose paulatinamente. Scrubs continuó una novena temporada sin su protagonista antes de ser (acertadamente) cancelada debido a una audiencia decreciente, que en ese momento se situaba en apenas tres millones de espectadores estadounidenses.

Si buscan una telecomedia fresca y diferente y no la han visto, apresúrense a desenterrarla. Que nadie se olvide de Scrubs.

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comentarios
1 ochocara, día

¡Oh, sí! A todo aquel que guste del humor absurdo le recomiendo las 3 primeras temporadas. ¡Simplemente geniales! A partir de ahí, no sé si hubo cambio de guionistas (o alguno de ellos lo dejó), que se perdió por completo. Y no creáis que fue algo paulatino... Ya el primer episodio de la cuarta temporada pega un bajón espectacular y la serie ya no recupera nunca el nivel. Tras la octava temporada, optaron por continuar la serie con otros actores –incluso hicieron un emotivo episodio de despedida– pero fue tal el fracaso que tuvieron que volver los actores originales. Tuvo un spin–off.

2 casadevante, día

¿Marginada? yo la estoy viendo ahora mismo en neox. Todos los días en torno a las 13.30 (horario inmejorable) ponen un par de capítulos. Mi personaje favorito es el conserje. Muy cerca le siguen Kelso y el Dr. Cox. En neox tienen todas las series que mencionas, pero sin ninguna duda, two and a half men, dos hombres y medio, es la mejor. No he visto todavía ningún capítulo desde la marcha de charlie, salvo su entierro, pero como demuestran las audiencias, está abocada al fracaso con la marcha del compositor de jingles, que precisamente vuelve a la tele el 28 de junio con "Anger management". Dos series que he descubierto este año y que me han parecido muy buenas, aunque en el peor horario posible, han sido "La guerra en casa" en Neox, y "Reglas de compromiso", con el gran Jeff Bingham.

3 aburrido354, día

Si el autor conoce y le gusta Scrubs, entonces a la fuerza tiene que conocer Community. La mejor comedia de los últimos años, y la verdadera innovadora frente a las típicas The Big Bang Theory y Como Conocí a Vuestra madre, y basada casi siempre en el metahumor y el humor absurdo.

4 Miguel, día

¡ Te has dejado otra cosa importante ! En esta serie están basadas las famosas House y Anatomía de Grey. Toda la puesta en escena y los personajes de House están copiados burdamente. Igual pasa con Anatomia de Grey. Y por supuesto, Scrubs es espectacularmente mejor.

5 Francisco J., día

Desde luego , una de las mejores series, pero nada que esperar de la programación en la T.V. ningún respeto a los televidentes, lo mejor es ver las series en las páginas de internet y mejor si se pueden ver V.O.S.

6 Pedrete, día

LA BUENA MUERTE Mucho se habla hoy en dia de la eutanasia, disfrazando el termino de hipocritas acepciones politicamente correctas que en realidad son mentiras descaradas, parta que no pretendo un debate sobre el tema y que tengo mi opinion sobre el tema y el encarnizamiento medico. Pero cuando el hombre crea algo (siempre que no sea la propia vida humana) es algo finito, quizas dure veinte siglos o diez años, pero somos asi, incapaces de hacer cosas eternas. Y que quieren que les diga, pero igual que achatarre mi coche cuando no daba mas de si, apesar de los vinculos emocionales que me unian a el, estoy convencido que cuando algo hecho por la mano del hombre llega al final de su vida util es mejor terminar con ello de forma piadosa y sin traumatismos, cuando algo hecho por nosotros llega al final de su vida util, no la prolonguemos innecesariamente. Una serie de television por buena que sea, por buenos momentos que nos haya hecho pasar, por muchos momentos de evasion de nuestra propia realidad, por mucho que nos hayamos identificado con las situaciones y personajes, tiene un recorrido y apartir de ahi nos empieza a defraudar, a cansar o aburrir soberananmente. Ya sea por que se casan los personajes y termina la tension sexual no resuelta o por cambio de guionistas que hacen que pierda aquella chispa que nos atrajo hacia ese pequeño universo del que acabamos formando parte y que alargado demasiado acabamos aborreciendo o de un recuerdo y deseo de mas, terminamos por olvidarnos de aquello que nos hizo parte de ella. Cada uno tendra su opinion de cuando deben terminar con una serie yo por ejemplo soy partidario de no sobrepasar las cinco temporadas, con exepciones como "el ala oeste de la casa blanca", dos mandatos presidenciales son ocho años. Pero salvo eso, antes de que la criatura empiece a languidecer por las necesidades del mercado y la produccion hay que darle una buena muerte. Estamos a expensas de los despiadados ejecutivos de television que haran lo que les de la gana. En fin es solo una idea, pero me parece a mi que a "scrubs" le paso algo asi, alargarla solo para hacer caja no me parece razon suficiente para no dejarnos un buen recuerdo...

7 Patricia, día

Una de mis series favoritas sin duda. He visto todas las temporadas y no hay capítulo en el que no te rías. Los actores son geniales, el reparto no podía ser mejor y la música muy acertada. Que pena que otras series triunfen y una que vale la pena haya pasado tan desapercibida.

8 Jose Fernando, día

Una serie genial pero pierde tanto si no esta en versión original. Quizás por ello no ha tenido en España en gancho que debiera.