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Rob Lowe es JFK, y la "implosión" del negocio del cine

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El actor Rob Lowe aparece transformado en John F. Kennedy en la primera imagen oficial de Killing Kennedy, una producción televisiva del canal National Geographic en la que se narra el magnicidio del famoso presidente, y que se estrenará en el mes de noviembre, justo en el 50 aniversario de su asesinato. En la imagen, como puede verse, Lowe interpreta a un JFK cabizbajo y circunspecto, con la bandera de barras y estrellas detrás suyo, lo que anticipa el tono dramático de la producción.

Killing Kennedy llega por obra y gracia de Scott Free, productora propiedad del director Ridley Scott (Prometheus, Blade Runner), y antaño también del fallecido Tony Scott, y responsable también de series televisivas como la adaptación de Los Pilares de la Tierra o el thriller Numbers. Se trata de una adaptación del libro Killing Kennedy: The End of Camelot, escrito por Bill O’Reilly y Martin Dugard y publicado en 2012.

Lowe, por su parte, no es ningún novato a la hora de encarnar políticos. Tras su caída en desgracia en 1988, cuando fue grabado manteniendo relaciones sexuales con varias mujeres, una de las cuales resultó ser menor de edad, el actor ha conseguido recuperar su carrera en la pequeña-gran pantalla. Sus papeles en El ala oeste de la Casa Blanca, donde interpretaba al líder del gabinete de comunicación Sam Seaborn, o incluso a un senador republicano en el drama Cinco Hermanos, han conseguido devolverle al candelero de las producciones de ficción.

El resto del elenco de Killing Kennedy no es para nada despreciable: Ginnifer Goodwin (la Blancanieves de Érase una vez) da vida a Jacqueline Kennedy, Michelle Trachtenberg (Buffy, Cazavampiros) es Marina Oswald, y Will Rothhaar interpreta a Lee Harvey Oswald, que se convertiría en el asesino del presidente. La serie sigue en paralelo los caminos de ambos personajes y sus respectivos matrimonios hasta el fatal momento en noviembre de 1963, con el asesinato de JFK.

Apocalipsis cinematográfica

La ficción política parece estar atravesando un momento privilegiado en la pequeña pantalla. Esta misma semana, sin ir más lejos, el mismo Steven Spielberg desveló en una conferencia en la Universidad de California que su multipremiada Lincoln estuvo “muy cerca” de estrenarse como una producción televisiva en la HBO… El realizador pronunció esas palabras junto a George Lucas, el retirado ideólogo de Star Wars, que fue aún más lejos para asegurar que las películas como el propio drama político de Spielberg acabarán por desaparecer de los cines y estrenarse directamente –y de manera más económica- en televisión de pago.

“Va a producirse una implosión, una gran crisis”, se aventuró a decir Spielberg. Y ocurrirá cuando “tres o cuatro o tal vez incluso una media docena de películas de gran presupuesto se estrellen contra el suelo, algo que va a cambiar el paradigma”. Según Lucas, el precio de las entradas de cine subirá notablemente, las salas cerrarán y las que queden se harán todavía más grandes para acoger al público mayoritario que sólo acudirá al cine a ver grandes producciones como El Hombre de Acero

Mientras esto ocurre, los dramas más pequeños y el cine adulto e independiente apenas se estrenará en cines, reservándose su espacio propio en la televisión de pago, que además será más económica y accesible que una entrada para las salas, reservadas ya para los grandes y espectaculares blockbusters de la temporada.

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