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Recordando 'Corrupción en Miami'

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La tertulia de esta semana en Es la mañana de Federico me ha animado a reanimar mi entusiasmo por Corrupción en Miami, una de las series trascendentales de los ochenta, década adorada o denostada sin términos medios, y en cuya espectacularidad y desencanto habitan algunos de los logros más revolucionarios de la producción audiovisual de aquella época. El impacto de los valores estéticos de la serie, desde la manera de vestir de sus protagonistas al uso de la música electrónica y temas pop en su banda sonora, fueron elementos que ayudaron a renovar el adocenado panorama televisivo de los ochenta, dejando atrás el bienintencionado simplismo pop por el que se iba deslizando entonces la producción catódica. No obstante, sus virtudes narrativas resultan tanto o más interesantes que las aparentemente superficiales, debido precisamente a que éstas iban en todo momento asociadas de manera inseparable a lo anterior. El gran mérito de Corrupción en Miami, impresión que se refrenda tras su ingesta masiva gracias al DVD (la serie está editada en su totalidad en España) es precisamente ese cambio de prioridades, su voluntad de ensalzar los valores plásticos de la imagen alejándose de los asociados tradicionalmente a la televisión, revigorizando con ellos la dureza y oscuridad del género policial y de acción tanto en la pequeña como incluso en la gran pantalla.

Unos valores que, sin duda, se deben más al productor ejecutivo de la serie, Michael Mann, que a su propio creador, el guionista Anthony Yerkovich, entonces recién salido de la casa de Stephen Bochco y su Canción triste de Hill Street. Mann, cineasta avezado pero de producción poco abundante, triunfaría algunos años después con ese opus del género representado por el thriller Heat, películón de tres horas protagonizada por Al Pacino y Robert DeNiro que de manera nada casual comparte con Corrupción en Miami gran parte de la ética y éstética de esta Miami Vice. El norteamericano impregnó el diseño original de Yerkovich de un cuidado visual inédito hasta entonces en televisión, que con el tiempo resultaría avanzado incluso si hablamos del territorio cinematográfico (por aquella época, Mann ya tenía en cocina la interesante Hunter, la primera encarnación cinematográfica del personaje de Hannibal Lecter, además de algún curioso filme de terror más interesante por intenciones que por resultados) por no hablar de rematadamente personal, dado el posterior devenir de su carrera. Es por ello que el futuro director de Collateral o Miami Vice, la algo subvalorada adaptación al cine de esta serie, permanece en el imaginario colectivo como el verdadero padre de las aventuras de los dos polis de incógnito más famosos de la historia, interpretados, por cierto, por dos actores no precisamente brillantes fuera del papel, pero que juntos empapaban de “flow” un show imprevisible.

http://www.youtube.com/watch?v=BFzvrbu32DQ

El aspecto cinematográfico de las aventuras de Sonny Crockett y Rico Tubbs, uno un poco más moreno que el otro, era precisamente eso… cinematográfico. Mann logró un presupuesto sin precedentes de la cadena para narrar las aventuras de los dos polis, para reproducir el ambiente opulento del narcotráfico a gran escala, y lo dedicó por entero a la búsqueda de exteriores, al minucioso diseño de planos y la elección de objetivos de cámara, y también -ojo- a la búsqueda de temas musicales, imprimiendo a Miami Vice de una personalidad que acabaría impulsando a la serie al Olimpo de los datos de audiencia. Un triunfo que, por cierto, no fue ni mucho menos inmediato: la serie fue programada por NBC los viernes por la noche y compitiendo con un peso pesado como Falcon Crest, lo que perjudicó increíblemente sus datos de audiencia al inicio. Sólo la suerte, la confianza en el producto y -también- las modificaciones en los guiones, destinadas precisamente a subrayar aún más la dureza de las tramas (cuyos violentos desenlaces negaban el interés del cliffhanger y a menudo el final feliz), por no hablar de la incorporación de un extraordinario Edward James Olmos, lograron que el asunto calase… y vaya si caló.

Corrupción en Miami cambió la moda de la época, cambió la estética de las películas y de las series y, todavía más, construyó un modelo de hombre, el representado por los dos policías protagonistas, que es tanto un reflejo de la minuciosa relectura que Mann realizó de la serie negra y el thriller como también una verdadera expresión de una nueva masculinidad, un malo-macho definido por amistad varonil, el trabajo (Sonny y Rico apenas tenían vida personal propia y el primero vivía en un barco, en un alarde apatía cool) y su individualismo, por mucho que su moral combativa estuviera pintada a golpe de claroscuros. Las aventuras de los dos policías MTV, como fueron bautizados en la época, no eran sólo un espectáculo trivial de colores pastel, que también sino que representaban un mundo relativamente nuevo en las teleseries, mucho más oscuro, áspero y en el que no siempre (casi nunca) acababa en final feliz.

Corrupción en Miami, pese a la irregularidad de sus tramas, al evidente desgaste de sus últimos años (pongamos dos), a que parte de sus méritos estéticos parezcan superados, sigue siendo en general un policial extraordinariamente bueno, un ejercicio hard-boiled reforzado por una atmósfera art decó colorista pero implacable, definida a golpe de sintetizador por la partitura de Jan Hammer (un tipo de modales amanerados que componía sus trallazos en una granja de vaquitas) y en la que, hablando claro, pero todo era oscuro pero sexy, inteligente al margen de la calidad de sus guiones. Mann y Yerkovich entendieron el valor del icono, o que una imagen vale más que mil palabras. La de los dos caballeros cruzando una ciudad deshabitada a lomos de un Ferrari, cargando sus armas a ritmo de In the air tonight de Phil Collins, resume a la perfección la potencia y tremenda épica crepuscular de Corrupción en Miami, por muy alejada que esté en la superficie del inabarcable realismo de The Wire. Viva el lino.

http://www.youtube.com/watch?v=WoHdC9hCQNA

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comentarios
1 Ben Grimm, día

Aqui os dejo uno de mis cortes favoritos de la serie... Por cierto, dicen por ahi que Don Johnson y Edward James Olmos se caian fatal mutuamente, de ahi la forma de tratar Castillo a Crockett... http://www.youtube.com/watch?v=XMfbMoJnY5g

2 Ben Grimm, día

Y por si nadie sabe por qué razon cambiaron de coche... http://www.youtube.com/watch?v=IkJvfET2-L0

3 duran3d, día

Lo que más me gustaba de esta serie era la intro. El contenido de la serie era bastante sosillo. Por cierto, hablando de dicha intro siempre me he preguntado qué hacía un jugador de pelota vasca (cesta punta) en Miami.

4 Isismoking, día

Se llama Jai-alai, es la versión americana del cesta-punta, llevada a USA por inmigrantes vascos. Y es uno de los mayores deportes en Miami. Un saludo

5 enrique, día

Para aquellos fans de Miami Vice que sepan que hubo un capitulo que no salio, y que fue grabado en España "Miami Vice, the Vigo Connection". http://vimeo.com/7958601 http://www.youtube.com/watch?v=dJHIXjRV96E http://www.youtube.com/watch?v=O0bGPw0KLkY

6 Ben Grimm, día

En aquella época se jugaba mucho (y se apostaba mucho) en el cesta punta en Miami. http://en.wikipedia.org/wiki/Jai_alai#United_States_of_America

7 Hector, día

Yo tenia el recuerdo de esta serie grabada a fuego en mi cabeza, sobre todo por la estetica que Michael Mann imprimio en ella (sello de la casa como se puede ver en Heat, Collateral, incluso en el remake para el cine). Cai en la tentación de volverla a ver cuando salio la pelicula y tuve que dejarla a los pocos minutos. Toda esa frescura, esa innovacion, ese aire de modernidad no ha envejecido bien. Mesas sin ordenadores, sin moviles, ... para mi le ha restado tanta frescura que creo que no la volvere a ver hasta que pasen 20 años cuando sea como ver una serie de los años 60 o 70.... snif snif...

8 ocean, día

genial serie,el resto solo copias,fue moderna,interesante y ni hablar de su musica,acción y coches y mujeres....