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Violencia de generación espontánea

Los ataques terroristas de la última semana no aportan nada nuevo a la "estrategia" de ETA -léase "izquierda abertzale"-, pero todas las fuerzas abertzales más los socialistas se hacen ahora los sorprendidos por la reacción etarra a sus reiteradas ofertas de diálogo y reinserción. Debemos advertir que si se no se le diera pábulo una vez más a ETA con el recurso a deslindar las intenciones de los batasunos y las de los etarras, esta actitud mendaz y cobarde no podría producirse más porque resultaría absurdo creer en las buenas intenciones de ETA cuando habla como Batasuna y luego pretender condenar a ETA cuando se expresa como "kale borroka".

En realidad, es un nuevo éxito de ETA que todos los partidos, después de cada ataque, se dirijan a la "izquierda abertzale" para pedirle que condene los actos de sus compañeros de organización criminal. Es la perversión de la sentencia "que tu mano derecha no sepa lo que hace la izquierda", pero funciona a las mil maravillas por estos lares. Así, tenemos que volver a oír de los proetarras que el terrorismo callejero no forma parte de su estrategia, mientras que los representantes de EA asumen de hecho que eso es así, que la "izquierda abertzale" con la que pactan no tiene nada que ver con esa especie de violencia de generación espontánea que, de todas formas, seguirán intentando vendernos como "producto del conflicto".

En esa dirección pensaban apuntar también los socialistas vascos cuando sugerían la posibilidad de "grupos incontrolados" como protagonistas de los ataques en Zarauz la semana pasada, cuando es manifiesto que ni en Batasuna ni en los "taldes" de terrorismo callejero se hace nada sin que ETA lo sepa, lo apruebe o, más bien, lo ordene de manera explícita. Es tan manifiesto que, una vez más, asistimos al triste y ridículo espectáculo de unos representantes políticos exigiendo a la "izquierda abertzale" que condene el terrorismo para poder incorporarse a la política. Entonces, ¿es que son la misma cosa? ¿Acaso es responsabilidad de Batasuna poner fin a la violencia terrorista de ETA y "los chicos de la gasolina"?

En realidad, ETA es una organización de la que dependen Batasuna como mero apéndice en las instituciones y los "kaleborrikos" como grupos de asalto con camisas a rayas en vez de con camisas pardas o negras. Algo que sabemos todos desde hace 30 años, lo menos. Aunque a estas alturas de la película ya casi nos hayamos acostumbrado al sempiterno diálogo con los criminales: "La izquierda abertzale debe condenar la violencia si quiere hacer política". ETA lleva haciendo política desde los inicios de la Democracia gracias a todas estas y otras coartadas que tan irresponsable como decididamente le proporcionan los partidos abertzales y los mismos socialistas con Eguiguren al frente. Sólo se acabó con este trato de favor en tiempos de Aznar, pero por lo visto en los últimos años eso suponía demasiado esfuerzo y tal vez hasta peligro para los habituales palmeros de "la solución dialogada".

De hecho, podría suponer un riesgo físico tratar a los etarras como criminales en vez de como "compañeros de viaje" hacia la independencia, pero sobre todo representa para todos ellos un riesgo muy real de perder privilegios, protección, capacidad de control de la sociedad vasca y el mismo contenido del negocio de la negociación política con los terroristas. Porque si la violencia no viene justificada por la existencia del "conflicto", igual resulta que se acaba con ETA y desaparece con ella el "conflicto". ¡Y entonces de qué van a vivir los augures de las intenciones de "ese mundo", los "mediadores" y los distintos abogados del Diablo!

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