Nacionalismo manifiesto contra monseñor Munilla
Varias veces hemos hablado sobre el papel desarrollado por la Iglesia en el País Vasco, en general, y en Guipúzcoa en particular. Nos vuelve a tocar ante el vergonzante manifiesto de los 131 sacerdotes; no podemos callar ni como católicos ni como ciudadanos (tampoco como políticos).
Este manifiesto muestra de forma fehaciente, para el que no lo haya visto hasta ahora, cómo el nacionalismo ha ido tejiendo su tela de araña por todos los estamentos de la vida vasca, tanto el político, como el social, como el religioso. Ahora 131 sacerdotes, al parecer sin encomendarse ni a Dios (hace tiempo que no lo hacen) ni al diablo, sacan un manifiesto que vuelve a arremeter contra el nuevo obispo de San Sebastián monseñor Munilla sin que éste ni siquiera haya tomado posesión; y en clara desobediencia, además, al obispo en funciones, monseñor Uriarte, quien dijo públicamente (no sabemos si también privadamente) que había que reconocer a Munilla como legítimo pastor y recibirle como tal. Si los 131 también están en abierta oposición al Papa, entonces, ¿a quién obedecen? ¿Quién es su pastor? ¿Quién ha sido la cabeza pensante de este escrito infame que no hace otra cosa que remarcar las razones aportadas por los nacionalistas para arremeter contra monseñor Munilla?
Este manifiesto muestra también el daño que una parte de la Iglesia en el País Vasco ha hecho a la sociedad y a la Iglesia en general. Cuando en una sociedad tan religiosa como la vasca se escucha un día y otro desde el púlpito cómo se da el mismo trato de favor a las víctimas que a los verdugos, cómo no se condena claramente los asesinatos, cómo se niega el realizar un funeral por un asesinado, cómo se distingue en el trato entre "los nuestros" y "los otros", no nos podemos extrañar de que una parte de la sociedad haya seguido sus directrices y se dedique a mirar hacia otro lado, a no tener clara la diferencia entre un asesinado por ETA o uno que muere al ir a atracar... como hemos visto en una reciente encuesta realizada en Guipúzcoa, donde se valoraba ambas como muertes sin ninguna distinción. Se ha hecho tanta política nacionalista desde los púlpitos que el verdadero mensaje cristiano ha quedado relegado a unos pocos sacerdotes.
Estoy convencida que si por los jeltzales fuera, se crearía una iglesia vasca independiente y hecha a imagen y semejanza de, por ejemplo, monseñor Eguíbar. Pero no va a ser así. El nuevo obispo tiene la fuerza, la ilusión y la suficiente claridad de ideas como para no dejarse amedrentar por manifiestos, declaraciones o actitudes excluyentes. Sería bueno que el año nuevo 2010, junto con la esperanza, que nunca debe perderse, trajera también aires de cambio y libertad a la Iglesia en Guipúzcoa. Que así sea.
Sra. Otaola, hemos escrito lo prácticamente lo mismo, con pocas hora de diferencia. Uno de los aspectos que me parecen más tristes de toda esta tragedia del pueblo vasco es la actitud connivente de buena parte de la iglesia católica vasca con el entorno de ETA. Y el papel del Vaticano, sin el valor suficiente para condenar adecuadamente a estos proetarras de sotana, es lamentable para los creyentes de dicha iglesia. Un fuerte abrazo y mucho ánimo. http://elrepublicanodigital.blogspot.com/2009/12/la-iglesia-de-sabino-arana-contra-el.html
Querida Regina: En la Iglesia del País Vasco huele a podrido. ¿Dóde están los que defienden al Obispo Munilla? Que salgan y sean valientes.Es hora de plantar cara al nacionalismo asesino en todos sus frentes!!!!
Gracias por expresar siempre las cosas verdaderamente importantes de forma tan clara. Tendremos que rezar y apoyar a Mons. Munilla. Hacen falta nuevos aires para hacer revivir la diócesis de San Sebastián y es de agradecer que Mons. Munilla acepte el reto de enfrentarse a una grave situación que se ha ido enquistando durante muchos años.
REGINA, ahora recuerdo un comentario de la línea editorial de una cadena de radio casi desaparecida. Hace más de dos años y lo recuerdo. ¿Por qué? Era extrañísimo.Una crítica a La Oreja de Van Gogh, pues en una de sus canciones decían que iban a adorar al diablo, o algo así. Poco menos que excomulgaban a los del grupo y, de paso, a todos los que escuchaban esas canciones. Ahora, con lo de los curitas vascos, seguro que publican un editorial clarificador, duro e implacable en contra de quienes olvidan el voto de obediencia y se sublevan contra su obispo. Está claro que los de pobreza y castidad los perdieron hace mucho, con las subvenciones. Salud.
Enhorabuena por este magnífico post. Esperemos que el Señor ayude a Mons.Munilla pues le esperan dias de verdadera pasión; muchas voces ya han comenzado a calumniarle y algún periódico como ""Publico"" está difundiendo sin rubor ni verguenza esas infamias, aunque todavía peores resultan las que salen de sus mismos sacerdotes que juraron fidelidad a su obispo y parecen haberla olvidado. Te invito a visitar mi blog. http://fj-lasideasdejeugenio.blogspot.com en donde acabo de publicar, humildemente, éso si, un post de apoyo a Monseñor MUNILLA. Te envio un abrazo, junto con mi mas incondicional adhesión a tu inmensa labor.
El evangelio y los curas manifestantes son absolutamente incompatibles. En Aragón diríamos que esos curas son un contradiós
Muy buenas tardes, Regina: Soy Auro. ¡Por fin he podido conectarme a tu blog! No sabes la cantidad de problemas que tuve no sé si por la conexión o por qué para comentarlo y eso que lo leo asiduamente y lo tengo en RSS. Con respecto a tu post, la verdad es que tienes toda la razón del mundo. Es una de las cosas que siempre me he preguntado, cómo podéis aguantar con lo fervientes que sois al dogma cristiano que un par de sacerdotes vendidos al nacionalismo os den lecciones. Simplemente saber cómo aguantáis y seguís con vuestras creencias sin echaros ni un momento atrás demuestra la fuerza inmensa que tenéis. Por cierto, supongo que te habrán enviado la invitación para ir al nombramiento del señor Munilla como obispo. Es el día 9. Un fuerte abrazo y espero que a partir de ahora esto sea una constante de comentarios a tu blog.
Enhorabuena Doña Regina y feliz año nuevo. Que este nuevo año, con gente como usted y el padre Munilla, las cosas empiecen a cambiar en la tierra de mis abuelos. Desde Cádiz, ciudad liberal y cuna de nuestras libertades, reciba mi más sincero respeto.