
Las distintas varas de medir
Estamos todos pendientes de los cambios en el desgobierno de ZP y se olvida a los que ya estaban y siguen estando. Me voy a referir al ministro de Educación, señor Gabilondo, del que todavía no he oído ni leído ninguna palabra en apoyo de la libertad de expresión, en este caso de Rosa Díez.
Son varias las ocasiones en las que alumnos de una universidad pública española abuchean e insultan a un representante político. Sucedió con María San Gil, sucedió con Aznar y vuelve a suceder con Rosa Díez. Ante estas expresiones totalitarias de alumnos universitarios, qué menos que el ministro de Educación diga públicamente que esto no se puede ni se va a permitir en ninguna universidad española seguido de una amonestación al decano de turno por consentir comportamientos que están en los antípodas de un Estado democrático. Me parece espeluznante que haya universitarios que sólo permitan de buenas formas dar charlas a los que comulgan con sus ideas, que insulten a quienes representan otras ideas y que el ministro de Educación se calle y mire para otro lado. Con esa actitud está promoviendo que otros hechos similares vuelvan a ocurrir con total impunidad: promueves aquello que permites que suceda por acción u omisión.
¿Donde están las palabras de aliento o de descalificación a quien ha promovido estos actos de los Pepiños o las Aídos de turno? Se rasgan las vestiduras ante un comentario realmente deleznable del alcalde de Valladolid, por el que ya se ha disculpado al reconocer que se extralimitó, pero no dicen nada de los que no sólo agreden verbalmente a una representante política sino que además le revientan el acto. Al parecer, esto no importa porque a quien se abuchea ya no pertenece al PSOE.
También ha llamado poderosamente mi atención el hecho de que el señor Griñán, presidente de la Junta de Andalucía, dijera que si su presidente ZP le hubiera dicho que Rosa Aguilar fuera ministra de Trabajo, él, Griñán, "no la hubiera dejado". Viendo la imagen y su consabido comentario, poco afortunado, da la sensación de que Griñán es dueño y señor de sus consejeras y que éstas sólo pueden acceder a otros cargos si él se lo permite. ¿Haría este comentario el señor Griñán sobre alguno de sus consejeros? Apuesto a que no. Algunos todavía no han interiorizado que la valía (o la incapacidad) de una mujer es independiente del género. Hay mujeres que valen, y otras que no; lo mismo pasa con los hombres y para constatar ambas cosas no hay más que revisar las caras de este nuevo Gobierno que nace viejo.
Quiero terminar diciendo que conozco a las dos mujeres, a las dos Rosas, y que abstracción hecha de su ideario político, que no comparto, sí merecen mi respeto y reconocimiento a su labor y a su persona. El militar en partidos diferentes no hace que me ponga una venda ante situaciones que considero deben ser denunciadas.
"Quien no espera nada no se ve desengañado" Doña Regina, como si no los conociera, no espere ni un solo gesto de decencia de la rojería española. Y no se yo si puede esperar alguno de la actual direccion del PP....