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La dignidad se llama Jaime Mayor Oreja

 

En España ayer no había nada más importante que la charada escenificada por los batasunos. Acudieron todos los medios habidos y por haber. Televisiones, radios, periódicos han dado una cobertura sin límite a los terroristas. Actitud diametralmente opuesta a lo que hicieron el sábado con la manifestación convocada por Voces contra el Terrorismo en la que participaron decenas de miles de personas, entre ellas un sinfín de víctimas reales del terror etarra. Este trato discriminatorio a las víctimas, el silencio mediático (a excepción de los de siempre) y todo el foco publicitario sobre los criminales, ya evidencia por sí solo la denigrante situación a la que se expone la Nación.

En esta amoralidad por la que se precipita nuestro sistema democrático encajan perfectamente las palabras de Felipe González aseverando que Jaime Mayor Oreja no quiere acabar con ETA, que la necesita para poder salir en los medios y porque si no "no tendría discurso político". Es de traca. Esto se lo dice alguien que nos es conocido a los españoles familiarmente como "la X de los GAL" a un ex ministro de Interior que luchó eficazmente contra la banda sólo con los medios que la ley permitía. Esto se lo dice un ex presidente de un gobierno, muchos de cuyos miembros utilizaron los fondos reservados para su enriquecimiento personal, a un hombre como Mayor Oreja que ha trabajado denodadamente para acabar con ETA, un hombre cuyos valores deberían hacer sonrojar a aquel que no los tiene, un hombre que dice la verdad frente a un ex presidente que nos engañó infinidad de veces.

Si hay un hombre de una pieza en el panorama político actual, que dice lo que piensa sin tapujos y sin rubor sobre los chanchullos negociadores con los terroristas, es Jaime Mayor Oreja. Si ETA está, como afirma el Ejecutivo socialista, más débil que nunca, no se debe a la labor hecha por Felipe González precisamente, sino al trabajo desarrollado por el gobierno de José María Aznar con un ministro de Interior como Jaime Mayor.

Mejor estaría González calladito y más ante un asunto en el que él fracasó estrepitosamente. Un Felipe González que considera digno de alabanza un final feliz de ETA y que ningunea a las víctimas. ¡Qué asco me da!

La dignidad está con Jaime Mayor, es decir, está en apostar por la derrota de ETA y por la justicia para las víctimas y la defensa de su memoria y su dignidad. Un hombre al que España deberá reconocerle en algún momento los grandes servicios prestados a la democracia y a la Nación.

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comentarios
1 zzzz, día

Ud sí que es una valiente Doña Regina. Don Jaime tendrá una moral muy recta, pero Ud además da la cara en primera fila.

2 alterego, día

Doña Regina es sinónimo de dignidad y valor, su opinión me importa mucho más que la de la gran mayoría de políticos, incluso de los de su partido.