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El peaje moral de “la Paz”

La aprobación en el Parlamento vasco de la proposición no de ley relativa al reconocimiento de las "víctimas de motivación política" vuelve a poner de manifiesto la legitimidad política, en igualdad de condiciones con los demócratas, que todo el arco parlamentario nacionalista más el PSE quiere conferir a ETA-Batasuna a fin de que su regreso a las instituciones democráticas se haga digerible.

De ahí que se feliciten de haber conseguido la práctica unanimidad de la cámara vasca: han logrado un paso importante hacia lo que ellos llaman "normalización", que no es más que extender la amnesia sobre los crímenes de ETA entre la sociedad vasca con el manido recurso a "la existencia de un conflicto político".

Ahora se trata de contentar a los batasunos más recalcitrantes, haciéndoles ver "lo que se ha conseguido en el Parlamento", y hasta queda abierta la posibilidad de crear una asociación de víctimas policiales. Por eso Aralar habla de "día histórico" y dice que "hay que reconocer todos los sufrimientos" y añade que la aprobación de esta proposición amplía el foco sobre el colectivo de víctimas, que hasta ahora se había centrado sólo "en una parte".

Según afirman sus defensores, este reconocimiento servirá para la reconciliación en nuestra tierra. Y poco a poco se buscará imponer de nuevo la idea de que aquí ha habido una guerra civil en las últimas décadas. "Estábamos en guerra, vosotros matabais y nosotros deteníamos" o asesinábamos, podría haber llegado a sentenciar el Gobierno socialista de seguir desarrollando esta tesis del "contencioso vasco", tan querida por los etarras y los que asumen sus tesis.

Pero no ha sido así, ni mucho menos: al terrorismo de ETA se le ha opuesto el Estado de Derecho, y cuando algún Gobierno ha querido buscar atajos criminales contra los etarras ha encontrado la firme denuncia de los demócratas porque son los primeros que han entendido que el terrorismo de Estado debilitaba la causa de la democracia y las víctimas del terrorismo.

Lo que ha ocurrido esta semana en el Parlamento vasco, con el apoyo del PP, nos vuelve a poner frente a la realidad de una estrategia desnortada que sigue el único criterio de "no quedarse fuera de la foto" porque "es mejor formar parte de la solución que del problema". Frases vacuas, sin fibra moral, que sólo pueden ser entendidas en el pequeño círculo de la política parlamentaria vasca pero que, desde luego, los ciudadanos no pueden ni quieren asumir, porque apuntan a la deserción política más que al triunfo del consenso.

Por su parte, el Ejecutivo de Patxi López, capaz de hacer todavía muchas "cosas que nos helarán la sangre", elaboró el trabajo presentado en el Parlamento bajo el epígrafe "informe sobre víctimas de vulneraciones de derechos humanos y otros sufrimientos injustos producidas en un contexto de violencia de motivación política" cuyos autores han sido "agentes del Estado que han actuado con evidente abuso de poder..."

Leyendo este contenido del trabajo de marras, me pregunto si también entraremos en ese epígrafe de víctimas de motivación política todos los españoles que hemos visto cómo nuestros derechos han sido vulnerados por la negociación con ETA y el subsiguiente chivatazo a la banda terrorista, es decir el "caso Faisán", donde "presuntamente" fueron agentes del Estado los que actuaron vulnerando los derechos de todos los demócratas.

De hecho, a mí me parecería muy bien que el Partido Socialista apechara con sus responsabilidades políticas y penales en lo que atañe a la "guerra sucia" contra ETA, pero desde luego no en nombre de la sociedad vasca ni en el de las víctimas del terrorismo. No somos nosotros los que debemos pagar las deudas morales contraídas por los socialistas, ni el escandaloso peaje moral de la claudicación por mor de "la Paz" de Zapatero.

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comentarios
1 fernand5, día

¿Aún no ha roto Vd. el carnet del partido?