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Arrepentidos de qué

 "En Nanclares no hay presos de ETA" y el ministro se queda tan contento, pero para el resto de los españoles, que no sabemos a ciencia cierta qué se traen entre manos unos y otros, las preguntas que surgen son numerosas: ¿realmente hay arrepentimiento? ¿En qué se basa ese arrepentimiento, cuáles son las causas y las consecuencias morales del mismo? ¿Cómo es posible que ahora, si es verdad que lo están haciendo, puedan pagar las indemnizaciones a las víctimas de sus atentados? ¿Tanto dinero se gana en la cárcel? ¿Quiénes son las víctimas a las que presuntamente se les ha pedido perdón por los crímenes de ETA? ¿Por qué no es posible contar con un informe como pide el SUP que ofrezca todos los datos sobre cada etarra receptor de beneficios penitenciarios? Si todo es tan legal y tan normal como afirma el Gobierno, ¿por qué no nos lo cuenta? ¿Es posible que las víctimas de los terroristas o de los que ahora pretende Pérez Rubalcaba que son ex terroristas no sepan nada y se tengan que ir enterando por la prensa?

Tanto secretismo, tanto apoyo de unos a otros, nos lleva a los demás a desconfiar abiertamente de todo lo que está sucediendo otra vez en torno a ETA, porque de nuevo prima el oscurantismo frente a la transparencia, el doble-lenguaje tan caro a los socialistas y las verdades a medias para seguir mintiendo sin que se note demasiado. Ahora va a resultar también que Patxi López y Rodríguez Zapatero están enfrentados, cuando lo que el PNV le ofrece al presidente del Gobierno es lo que el PSE le ha ofrecido al PNV todos estos últimos años: apoyo presupuestario a cambio de prebendas económicas y políticas, con la negociación política con ETA-Batasuna siempre de fondo para lograr "un cambio de marco jurídico" que supere y suplante la Constitución como en el caso del Estatuto catalán.

La misma relación mantienen José Montilla y Rodríguez Zapatero, no precisamente de "amor-odio" sino de franca y estrecha colaboración para alcanzar los mismos fines: sostenerse mutuamente en el Poder y que los socialistas controlen las dos regiones que ahora mismo deciden el Gobierno de España: Cataluña y País Vasco. La "escenificación del disenso" viene bien para disfrazar las componendas, mientras simultáneamente permite pactar y coaligarse con distintos y extraños compañeros de cama: de CiU y PNV a PP (aunque sólo de mentirijillas, para dimisimular), y de ERC y BNG a la propia Batasuna a la que no hace tanto los dirigentes del socialismo vasco llenaban de arrumacos y parabienes.

Los españoles debemos asimilar de una vez por todas que la única aspiración de los socialistas es controlar absolutamente todos y cada uno de los resortes del Estado para lograr el poder total, evidentemente a costa del Estado de Derecho y de la misma Democracia. Todas las jugadas y jugarretas del presidente del Gobierno y sus ministros no tienen más objetivo que cerrarle el paso al PP en todas las instituciones que pueda, para lo que se ha empeñado incluso en parcelar la propia Soberanía Nacional a fin de que les resulte más fácil a sus delegados regionales controlar el Congreso que al mismo Congreso controlar los desafueros de unos y otros dirigentes autonómicos, ya metidos de hoz y coz en la subversión constitucional.

A este paso dentro de poco saldrá Pérez Rubalcaba a vendernos que ETA en realidad ya no existe porque todos sus miembros están en la calle... Y el único que estará entre barrotes entonces será el Estado de Derecho, compartiendo celda con la Soberanía de los españoles.

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comentarios
1 silmo, día

Repongo lo fundamental de un comentario de fecha anterior: Habría que exigir lo antes posible la promulgación de una ley que impida el acceso a las instituciones políticas a cualquier condenado por integración en banda terrorista, por muy verbalmente arrepentido que ahora se muestre. De otra manera todo sería una escandalosa tomadura de pelo a la justicia y a las víctimas de la barbarie. Cincuenta años de terrorismo, chantajes y robos, casi novecientos muertos, miles de heridos y cientos de millones de euros en destrozos patrimoniales no pueden saldarse con una simple renuncia verbal a la violencia. Sin delitos de sangre, inhabilitación por veinte años, a contar desde el fin del cumplimiento de la condena. Con delitos de sangre, inhabilitación a perpetuidad. Bueno sería que el PP y las organizaciones de víctimas lo propusieran para evitar que Otegui y los suyos rentabilicen económica y políticamente los sangrientos crímenes etarras. También los medios de comunicación deberían hablar de ello.

2 coitadin, día

Regina, ¿Tú crees al PP capaz de explicar que el PSOE ha dado y está dando un golpe de Estado en una nación donde los derechos humanos sólo se respetan en los terroristas y la Constitución hace tiempo que no se respeta? Yo no. Date una vuelta por Cataluña