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La irracionalidad del amor


(Diálogos pastoriles: anterior, día 23 de junio)

PATRICIO.- Pasada la horrísona tormenta de anoche, hoy los prados resplandecen, frescos, a la luz de este tibio sol mañanero, mientras balan las ovejas pingüemente lanares y alguna de las pacientes vacas entona mugidos en saludo al nuevo día, y de los castaños, robles, pinos y abedules nos llegan los dulces trinos de las avecillas. ¿No es esta la imagen misma de la felicidad? Tanto es así, mis dilectos amigos, que he dejado por unas horas mi trabajo de zapatero remendón para disfrutar de tanta dicha en vuestra compañía.

FABRICIO.- Pues aquí llega Salicio, que no parece compartir esa felicidad... ¿Por qué se escapan de tus ojos, incontenibles, las lágrimas, estimado compañero?

SALICIO.- ¡Oh, zagales, aunque alguno talludito! Hoy es un muy triste día para mí... Venía yo por la calle del arrabal porriñés do mi choza se halla, conduciendo mi pequeño, mas no por eso menos apreciado rebaño lanar, cuando sale de una bocacalle mi Amartilis. Si os digo que mi corazón se detuvo, os juro que no exagero un ápice. Sentía la boca seca y fui tras ella, que no me había divisado, hasta que, haciendo de tripas corazón, la llamé con un hilo de voz. Volviese y fijó en mí sus ojos con una intensidad que casi me provoca un desmayo. "¡Oh, esquiva Amartilis! –dije en cuanto pude recobrarme un poco–. ¿Algún día te dignarás bajar tu altiva mirada hasta este pobre que te adora y que la víscera cordial tiene hecha pedazos por tu causa?" Y comencé a afinar la zambomba para entonar un triste recital. Ella se me acercó con sonrisa enigmática y llegué a creer que por fin la había conquistado, gracias a mi arte, tan apreciado por mi rebaño. Mas ella se llega hasta mí, me arranca de las manos el instrumento... el instrumento musical... y, cambiando súbitamente de expresión, lo rompe y pisotea, y acaba destrozándolo con un considerable y sucio pedrusco que para mi mal allí cerca yacía. Luego da un par de palmadas para sacudirse la tierra del pedrusco y, sin una palabra, da la vuelta y se marcha... En verdad, caros colegas, que jamás me he sentido tan despreciado y miserable, y desde entonces, por más que lo intento como un hombre, no logro contener las lágrimas.

MAURICIO.- ¿Lloras por Amartilis o por la zambomba?

SALICIO.- Confieso que por un momento me enfurecí con la destrozadora de mi espléndida zambomba, compañera deliciosa en tantas soledades como sufre de ordinario un pastor, que no todo en nuestra vida son amenidades... Pero, y en esto veo la fuerza poderosa del amor, que subyuga las más recias voluntades, salvo un primero y fugaz instante de ira, debo admitir que mi amor por Amartilis no ha cesado, se ha intensificado incluso, ¿alguien puede entenderlo?

MAURICIO.- Pues míralo por el lado bueno: sin zambomba, tus ovejas pacerán como es debido, en lugar de distraerse: ahora están en los huesos, pero se pondrán sanas y robustas, y darán abundantes lanas y leches, con perdón. ¡Te harás rico, Salicio!

SALICIO.- ¡Ah, despiadado Mauricio, no sabes qué dices! Si obras como obras, en nombre de tu puñetera razón, solo puede ser porque no has conocido el amor, o más bien porque el amor ha preferido no conocerte... 

**** El abyecto Moratinos viaja a Gibraltar... a rendir pleitesía. Y el PP (léase a la inglesa), le dice que no vaya hasta que cesen "las amenazas" de los contrabandistas del peñón. Competencia de miserables.

**** Soraya: "Hay que expulsar del sistema al que ha metido la mano en la cesta"

Es decir, tenéis que iros todos. Por cierto, la señora sigue sin nuevos posados, y lo mismo el Futurista mayor, que ni siquiera uno. ¿Por qué será? Por pudor, seguro.
 
**** De la Vega presiona: "El Estatut tiene toda la legitimidad democrática"

La misma legitimidad democrática que la de esta grotesca colaboradora del terrorismo y el separatismo, abortista y demás morrallas. Pero a falta de legitimidad, ella tiene a la señora Casas en ese increíble TC. Y eso es lo que cuenta en esta España de cotorras y tiorrillos. De la trola, el choriceo y el puterío. Por Dios, a lo que estamos llegando.

**** Los docentes españoles... de los mejores pagados de Europa

¡De los mejor pagados! ¡Los mejores tenían que ser, pues son también los más sabios y mejores pedagogos! A los resultados nos remitimos.

**** Aguirre responde a Chaves: "Yo amo a los catalanes" 

Excelente, si no los confunde con los catalufos. Lo de Chaves se parece a aquel que, sorprendido robando una cartera, acusa a la víctima: "Usted lo que pasa es que me tiene manía". El patio de Monipodio en que han convertido al país los sociatas con la inapreciable ayuda de los repulsivos señoritos del PP (pronúnciese siempre a la inglesa).

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En Época:

HOMOSEXUALES MILITANTES

A la homosexualidad solía considerársela en medios científicos una enfermedad, hasta que tal calificación fue retirada en un ambiente de presiones, incluso violentas, de los grupos de homosexuales militantes. En mi opinión constituye una tara, por su obvia desviación de la sexualidad normal, una de tantas taras, más o menos superables, como afectan a los seres humanos. De ahí que las exhibiciones de "orgullo homosexual" exhiban poco más que una dosis de histeria pretendidamente jocosa o reivindicativa, y añadan a la tara otra nueva, ésta en la capacidad de valorar racionalmente.

Uno de los fenómenos más típicos de descomposición de la facultad valorativa ha sido y es la pretensión, por parte de ciertos grupos activistas, de representar a tales o cuales colectividades, afirmando que defienden sus derechos y que quienes no estén de acuerdo deben ser hostigados o perseguidos. Así ocurrió (y aún ocurre) con los marxistas en relación con los obreros, aunque la mayor parte de los dirigentes no hubieran trabajado manualmente en su vida. O con los feministas respecto a las mujeres, aunque muchos de los más radicales sean varones tipo Rodríguez el del gobierno, y entre la parte femenina del movimiento haya una proporción desmesurada de lesbianas. O con los nacionalsocialistas con respecto a los alemanes y su cultura, aunque los jefes nazis no destacasen por una cultura abrumadora. O con los nacionalistas vascos o catalanes en relación con las respectivas poblaciones y culturas, para las que representan un verdadero peligro. Por supuesto, ocurre también con los homosexuales militantes: afirman por las buenas representar a los demás homosexuales e intentan imponerles sus modos de pensar (o lo que sea), e imponerlos a la sociedad entera, tratando hasta de perseguir por ley, como "homófobos", a quienes discrepen. Pues todos ellos poseen una fuerte pulsión totalitaria.

Otra cuestión es que esos movimientos logren arrastrar a grandes masas. Emplean para ello un truco mil veces repetido pero que, como el timo de la estampita y otras estafas, nunca deja de funcionar: la combinación del victimismo y el narcisismo, del halago desvergonzado al sector social al que se dirigen, y de la conmiseración por la triste situación que sufre ese sector, debido a que ciertos opresores no le reconocen su valía y derecho mandar. A "mandar", lógicamente, a través de sus autodeclarados representantes.

Porque los militantes de la homosexualidad no se conforman con exhibir un orgullo irrisorio, lo cual sería asunto suyo, ni con la igualdad ante la ley que les garantiza una democracia que ellos, desde luego, no han construido. Pretenden que sus concepciones de la vida, extraídas de su condición homosexual, se impongan a toda la sociedad, y para hacerlo más eficaz quieren –y van consiguiendo, como los separatistas vascos, catalanes y otros– que la gente sea "educada" desde la infancia en tales concepciones. Una parte fundamental de la llamada educación para la ciudadanía consiste precisamente en la divulgación de las ideas (o lo que sean) de esos grupos de presión en las escuelas, a niveles asimilables, a menudo, a la corrupción de menores.

Y, como ocurrió en el pasado con tantos movimientos por el estilo, están logrando por ahora sus objetivos. Véase el grotesco desfile del "orgullo gay": no solo fue pagado, en parte al menos, con dinero público ofrecido corruptamente por políticos que así se definen y que pararon medio Madrid para el "evento", sino que una gran masa de gente acudió a contemplarlo. ¿Qué gente? Básicamente la ya "educada" por la televisión basura, entendiendo por tal no solo la que vive de exhibir las miserias humanas –de preferencia las sexuales–, sino la que, totalitariamente, divulga tales concepciones manipulando las noticias, supuestos documentales, etc. Un síntoma de lo que he llamado en otros artículos "mala salud social".

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comentarios
1 mescaler, día

El Muela sigue sin mencionar el hecho de que UPyD ha participado en los dos últimos Orgullos LGBT (con carroza y todo, al menos en el último). Este silencio me parece muy, pero que muy sospechoso. Saludos, Mescalero

2 mescaler, día

CON LENGUA O SIN LENGUA Arturo Pérez-Reverte Me gusta el centro de Madrid. Es mestizo y cosmopolita: una especie de legión extranjera donde cualquiera puede enrolarse. Es ésta una ciudad bronca, generosa, con una potencia cultural extraordinaria que quisieran para sí otras urbes que van de modernas. Es cierto que casi todos los lugares castizos que amaba han dejado de serlo. En vano busco la huella de Felipe y Mari Pepa, o la de esos pícaros que encarnó en el cine el gran Tony Leblanc por los años 50. Tampoco del Madrid elegante –Pasapoga, Chicote, Fuyma– queda apenas rastro, y el chotis famoso de Agustín Lara dejó de tener sentido. Sin embargo, pasear por el centro es una experiencia intensa de la ciudad, la Europa que representa, el mundo que, para bien o para mal, nos pertenece y espera. No digo que este Madrid me guste más que el otro. Desde luego que no. Falta educación y sobran maneras bajunas. Pero es lo que hay, y lo que queremos que haya. Como tal debo aceptarlo, considerando sus virtudes y ventajas. De lo que no cabe duda es de que se trata de un Madrid más luminoso, justo y libre. Vaya una cosa por la otra. Pienso en ello mientras camino por la acera de la Gran Vía. Hay allí dos viejos roqueros cubiertos de tatuajes, habituales del sitio. También lumis variopintas, un negro que toca el saxo, un limpiabotas mejicano –el rey del brillo, afirma el cajón– y una librería que sigue viva y llena de gente. Frente a un semáforo en rojo se abraza una pareja. Son dos hombres jóvenes. Lo hacen con mucha naturalidad y afecto. Con ternura. Uno le pasa una mano por la nuca al otro, acariciando su cabello. No hay en ellos nada de extravagante, o escandaloso. La actitud es propia de una pareja cualquiera, heterosexual o no. Otra cosa sería –mis reflejos son viejos y automáticos, qué remedio– dos pavos metiéndose la lengua y sobándose sin recato. Eso lo estimaría tan desagradable como si lo hicieran un pavo y una pava. No por cuestiones morales, sino por simple estética. Hay momentos y lugares para cada cosa. Creo. Por eso no me agradan los que se magrean excesivamente en público, sean hombres, mujeres, pareja convencional o pareja de la Guardia Civil. Me parece una falta de consideración. Una ordinariez propia de gentuza. Hay a mi lado un fulano que mira a la pareja con cara de desagrado y luego se vuelve hacia mí, como buscando complicidad. No dice nada, pero es evidente lo que piensa. Menudo espectáculo, etcétera. En ésas el semáforo se pone en verde, todos seguimos adelante, y me quedo con la inquietud de si el que me miró se lleva la impresión de que comparto su enfoque del asunto. Me habría gustado contarle algo personal. Un recuerdo de juventud: parque de ciudad mediterránea y pareja de dieciséis o diecisiete años, chico y chica sentados en un banco, ella con la cabeza apoyada en el hombro de él. Y en ésas, un guarda jurado de los de antes, con bandolera de cuero y chapa dorada, parándose delante para darles la bronca por la actitud. El representante de la autoridad, o sea. El esbirro estúpido de un sistema hipócrita regido por curas que tonteaban con niñitos en el cole y por espadones de comunión diaria, casados con loros resecos que meaban agua bendita, ganándose el sucio jornal de la decencia a costa de dos chicos sentados en un banco. «A ver si tenemos posturas más decentes», fueron las palabras exactas de aquel cerdo vestido de pana marrón. Y cuando –ella, avergonzada, mantenía el rostro oculto en el hombro de él– el jovencito se encaró con el guarda diciendo que la chica estaba mareada y se apoyaba por eso, el otro, chulesco, perdonavidas, con esa insolencia que los mierdas con autoridad suelen mostrar ante los más débiles, respondió: «Pues en cuanto se espabile, largo de aquí. Y ligeritos». Y aquel muchacho, que cuarenta años después todavía recuerda aquello con impotencia y rubor, lamentó no tener edad suficiente para levantarse y, con alguna garantía de éxito, intentar romperle la cara a ese hijo de puta. Calculo ahora, recordando, la suerte que habrían corrido entonces los dos hombres jóvenes abrazados del semáforo. La que corrieron tantos por menos de eso, a manos de representantes de la autoridad, de guardas jurados y guardias ejemplares, custodios celosos de la moral y las buenas costumbres. Cuánto sufrimiento y cuánta amargura irreparables. Cuánta injusticia. Por eso merece la pena lo ganado desde entonces, a cambio de otras cosas, buenas o malas, que se quedaron en el camino. Con miserables como el del parque dedicados hoy –por desgracia, nunca faltarán voluntarios para delatar o reprimir a otros– a menesteres menos evidentes y grotescos. Así que, concluyo, bendito sea este Madrid donde pueden abrazarse dos jóvenes en la calle sin que un sicario a sueldo del obispo o el comisario de turno los importune con su vileza insolente. Puestos a elegir entre esto y aquello, incluso violentando las buenas maneras, prefiero verlos meterse la lengua. Hasta dentro.

3 jjvr, día

En #117 del hilo anterior, resumen del antológico trabajo de puntera investigación periodística de Publico, acerca de las anti-patrióticas actividades de Jose María Aznar como lacayo al servicio de al oligarquía petrolera de los EEUU. Un saludo

4 mescaler, día

Dice el Muela: una democracia que ellos, desde luego, no han construido ¡Cáspita! No sabía yo que teníamos una democracia estrictamente heterosexual. ¿Los homosexuales no aportaron nada? ¿Ni un granito de arena? ¿Qué otros colectivos no han participado en la construcción de la democracia? Sería ilustrativo que el Muela nos facilitara la lista. Saludos, Mescalero

5 mescaler, día

Bueno, no siempre estoy en desacuerdo con el Muela. Aquí nos ofrece una descripción detallada del funcionamiento de los movimientos ultraderechistas: la combinación del victimismo y el narcisismo, del halago desvergonzado al sector social al que se dirigen, y de la conmiseración por la triste situación que sufre ese sector, debido a que ciertos opresores no le reconocen su valía y derecho [a] mandar. A “mandar”, lógicamente, a través de sus autodeclarados representantes. Saludos, Mescalero

6 jjvr, día

La "sospechosa" evolución de las palabras: Heterosexualidad, DRAE Vigésima segunda edición 1. f. Inclinación sexual hacia el otro sexo. Heterosexualidad, DRAE Vigésima tercera edición 1. f. Inclinación erótica hacia individuos del sexo contrario. Contrario, DRAE Vigésima segunda edición 1. adj. Dicho de una persona o de una cosa: Que se muestra completamente diferente a otra; en el otro extremo. Idea contraria. U. t. c. s. 2. adj. Que daña o perjudica. 3. m. y f. Persona que tiene enemistad con otra. 4. m. y f. Persona que sigue pleito o pretensión contra otra. 5. m. y f. Persona que lucha, contiende o está en oposición con otra. 6. m. p. us. Impedimento, contrariedad. Hombre, la acepción menos ofensiva sería la primera y, aun así no se puede decir que una mujer y un hombre sean totalmente diferentes. Prosigamos con nuestro análisis, primero se le pone nombre a la inclinación sexual por antonomasia, luego el nombre va evolucionando de modo casi imperceptible.... de contrario tal vez en un futuro se pase a enemigo. Así, la homosexualidad pasaría a ser: Inclinación erótica hacia individuos del sexo amigo ..y entonces, una inclinación mayoritaria y tenida por normal, cual otras incontables y gracias a Dios olvidadas supersticiones, pasará a ser algo "inconveniente". Acabaremos teniendo que celebrar el día del orgullo hetero, o ¿por que no?, el día del orgullo sad (triste en inglés). Un saludo P.S. Es broma, ¿o no?

7 jlh, día

Nunca me canso de repetir que pérez reverte me da asco. Para ver qué defiende realmente sólo hay que ver quienes son sus amigos: Zeta, Blanco y la cúpula socialista en general, gallardón, Gabilondo, los titiriteiros del “Sí al genocida sadam” … y ahora su nuevo amigo es mescaler, el troll socialista a sueldo que nos ameniza el blog desde hace años, sin descansar ni siquiera los domingos. En esta ocasión el miserable cerdo hijo de pvta pérez reverte (utilizo estas palabras por utilizar su mismo lenguaje y que no se ofenda el sujeto ni quienes le defienden) equipara a las parejas homosexuales con las parejas heterosexuales y las de la Guardia Civil. Lo que me apena es que el “muchacho” no intentase romper la cara al agente de la autoridad que cumplía con su trabajo y con las leyes vigentes. Si lo hubiese intentado se habría llevado lo suyo, por listo. También me llama la atención es que el miserable cerdo hijo de pvta pérez reverte no sepa distinguir entre dos roqueros y dos heavies. Porque lo dos individuos a los que llama viejos roqueros habituales de la Gran Vía son los dos heavies hermanos gemelos que están siempre enfrente de lo que era el Madrid Rock. Se ve que está mayor el cerdo hijo de pvta. Lo único en lo que creo que no puede haber discusión cuando se habla del miserable cerdo hijo de pvta pérez reverte es que está amargado: critica tanto lo antiguo como lo moderno. Pura amargura es lo que destila el individuo. Y pura hipocresía. Insisto: que asco me da pérez reverte.

8 mescaler, día

#7 Gracias por tu aportación, jlh, aunque yo pensaba que los heavies eran un subgrupo de los roqueros. Saludos, Mescalero Ah, se me olvidaba, A. P.-R. no es amigo mío (ni siquiera me cae bien) y normalmente no estoy de acuerdo con lo que dice, esta vez ha sido una excepción.

9 Sorel, día

Buenas tardes. #7jhl Completamente de acuerdo con su argumentación. No se puede poner una vela a Dios y otra al diablo, como bien dice usted, es recibe el nombre de hipocresía. Quizás se le haya subido el sillón de la Academia a la cabeza. Tienen gracia estos tipos que van de castizos y cosmopolitas, cuando, en realidad, son unos snobs de cuidado.

10 Sorel, día

Dice el señor Moa: [...] sino que una gran masa de gente acudió a contemplarlo. ¿Qué gente? Básicamente la ya “educada” por la televisión basura, entendiendo por tal no solo la que vive de exhibir las miserias humanas -- de preferencia las sexuales--, sino la que, totalitariamente, divulga tales concepciones manipulando las noticias, supuestos documentales, etc. Un síntoma de lo que he llamado en otros artículos “mala salud social”. Se olvida Moa de la presencia de cantidades ingentes de extranjeros respondiendo a la llamada de la permisividad (drogas, pedofilia, etc) imperante en Madrid. Tipos que en sus países de origen se comportan con educación, en España la pierden por completo. Saben que éste es el país del puterío por antonomasia gracias al desgobierno de Zapo.

11 mescaler, día

#6 También es divertida la evolución del término "homosexual". Aparece en 1936 (!), remitiendo a "sodomita". En 1950 pasa a significar "el que busca los placeres carnales con personas de su mismo sexo". Delicioso lo de los placeres carnales. En 1956 vuelve a remitir a "sodomita". En 1970 (usual) pasa a ser "persona que tiene relación carnal con otra del mismo sexo". Si es placentera o no, les da igual. Pero en 1970 (suplemento), quiere decir "individuo afecto de homosexualidad" (como si estuviera enfermo), y homosexualidad es "inclinación manifesta u ocult hacia la relación erótica con individuos del mismo sexo", y au práctica. Vamos, que se puede ser homosexual sin llegar a tener nunca esas relaciones, basta con la inclinación. A partir de ese año ya no hay cambios reseñables. Saludos, Mescalero

12 Sorel, día

Repito mi post del 16 de Julio de 2009 a las 17:53. [La España de Zapo] La España del puterio, del aborto como método anticonceptivo, de la exhibición sin pudor de taras sexuales de todo tipo, de los sodomitas zerolíticos, del matrimonio contranatura, de la droga y el botellón, del insulto, descalificación y agravio continuo a la Iglesia Católica, de la TV en la cual tienen cabida las pu.tas y pu.tos de todo pelaje, de la la laminación de la Derecha, etc, etc, etc. Zapo esta es tu España: NO SE DESCARTAN NUEVOS ARRESTOS Detienen a siete menores por violar a una niña de 13 años en Huelva La Guardia Civil ha detenido en Isla Cristina (Huelva) a siete menores -uno de ellos de 13 años, por lo que no se le puede imputar delito-, por la presunta violación de una niña de 13 durante la celebración de las Fiestas del Carmen de esta localidad. ------------------------------------------------- ¡No pasa nada! En el peor de los casos, la pequeña de 13 años puede abortar y los hdp violadores serán internados dos o tres años en un centro de menores del cual saldrán límpios de toda culpa dispuestos a delinquir vez tras vez, sabiendo que sale casi gratis.

13 jjvr, día

Por si a alguno le fuera de aplicación, ya se sabe que el propio afectado es el último en saberlo. Respiro por la herida. Por esta viva herida de mi muerte; por esta mortal llaga de mi vida que años y sueños y fracasos vierte. Respiro por la herida este aire triste empapado de humana pesadumbre. Y un claro viento insiste contra muros de tedio y de costumbre. Antonio José Mialdea Baena Un saludo P.S. Lo que pasa es que, si uno no es un poeta las respiraciones es mejor que se las guarde para su intimidad.

14 bacon, día

jjvr 13 Lo que sugiere tu post podría ser de aplicación a Pérez Reverte http://www.granadahomestay.com/amorgay.htm

15 jjvr, día

# 12 Descuide usted, si se creara algún movimiento en el sentido de pedir el endurecimiento penas o algo así, no tardaría en salir algún político a decir eso que ya hemos oido de que: Hay cosas que no se pueden hacer en caliente Un saludo

16 mescaler, día

Si a un niño de 13 años se le puede imputar un delito, también se le debería conceder la mayoría de edad, con derecho al voto y toda la pesca. No me parecería mal. Saludos, Mescalero

17 jjvr, día

#14 bacon No por Dios, es por un habitual cuya "huesped-fobia" a veces me resulta un poco cargante. Perez Reverté, me parece que escribe bien, pero humanamente no me está resultando especialmente agradable. A mí me parece que a lo mejor es un cuco como muchos más. Un centrista vamos. Un saludo Huésped, 5 del DRAE

18 jjvr, día

#14 bacon Después de leer el enlace, ¿tal vez se podría hablar de asignatura pendiente?. Un saludo

19 bacon, día

mesca 16 No entiendo qué lógica te hace pensar que todos los derechos, obligaciones, responsabilidades, etc. deben ser concedidos o ser asumidos a la misma edad. Con trece años hay cosas que se pueden hacer y cosas que no, y hay cosas que se pueden exigir y cosas que no. No creo que sea muy razonable pretender conceder la mayoría de edad con todas sus consecuencias a los 13 años. En cambio, está claro que con 13 años esos chicos sabían perfectamente que lo que estaban haciendo era una aberración y un crimen. Por tanto, deberían ser castigados de acuerdo a la gravedad del crimen que cometieron. Sí podría ser razonable que su juventud permitiese que su pena fuese menor que la de un adulto. A lo mejor no deberían ir a la cárcel, sino a un centro para menores. Desde luego, no creo que se les deba aplicar la castración química, como querría más de una feminista. Los detalles pueden discutirse todo lo que queramos, pero lo sustantivo es que nuestra legislación es excesivamente permisiva. En parte, supongo, porque los crimenes cometidos por menores apenas existían hace unos años. En parte también porque nuestros políticos han sido unos irresponsables.

20 mescaler, día

#19 Ah, pero entonces estás a favor de la situación actual, y no apoyas lo que desearían los padres de las víctimas, que esos menores se pudrieran durante muchos años en cárceles-cárceles. Saludos, Mescalero

21 Sorel, día

19#bacon Dice usted: Sí podría ser razonable que su juventud permitiese que su pena fuese menor que la de un adulto. A lo mejor no deberían ir a la cárcel, sino a un centro para menores. No puedo estar más en desacuerdo con usted. Un chaval de 13 que viola a una chica indefensa que, con toda probabilidad, sufra problemas psicológicos de por vida; no puede ser internado en un Centro de Menores de esos con T.V., PlayStation y demás comodidades. Lo único que se consigue es la idea de la gratuidad del delito. Si son tan hombres para cometer tales acciones... que sufran la pena como tales. No es permisible más casos como el de Sandra Palo, cuyo uno de sus asesinos y violadores fue detenido nuevamente.

22 mescaler, día

Unos vídeos que os recomiendo: http://www.youtube.com/watch?v=ZG7dA6pw4c8 http://www.youtube.com/watch?v=f-65qUzL3AA

23 Sorel, día

El "buenismo" extendido en nuestra sociedad como un cáncer, puede calificar a tales hdp como pobres enfermos inadaptados en un clima familiar desectructurado y bla, bla, bla... Son simple y llanamente unas bestias deleznables que deben pagar sus actos.

24 bacon, día

jjvr 17 creo que huésped es la palabra de todo el diccionario que más necesita de aclaración, porque designa tanto al que hospeda como al hospedado, es palabra que debe de parecer endemoniada a los extranjeros. Es también palabra que debe de agradar sobremanera a Aído, pues tiene femenino, huéspeda, según veo en el Diccionario, sin que la sin par ministra se la haya tenido que mal inventar. Pérez Reverte no me parece buen escritor, leí La Tabla de Flandes y no deseé leer nada más de él. Me parece una exageración que le hayan hecho académico. Javier Marías, amigo suyo y de opiniones parecidas, y también amigo de arremeter un día contra los progres y otro día contra la Iglesia y la tradición, y que por ello tampoco me cae bien (qué distinto del padre), es objetivamente mil veces mejor escritor. Del hospedado que dices, tendría mejor acogida de este discreto senado si no insultase a diario al que tan liberalmente le acoge, pero él sabrá, la verdad es que es un veterano. 18 la verdad es que soy un poco malo, pero sí, parece que puede haber algo de eso, será la compañía de los titiriteros.

25 bacon, día

20 dije lo que dije, con "a lo mejor incluído" y con "Los detalles pueden discutirse todo lo que queramos, pero lo sustantivo es que nuestra legislación es excesivamente permisiva" también incluído.

26 Sorel, día

Me despido por hoy. Buenas noches.

27 bacon, día

Sorel 21 en uno "de esos con T.V., PlayStation y demás comodidades" seguro que no. Cuando digo que A LO MEJOR no deben de ser encerrados en una cárcel-cárcel lo digo porque a lo mejor es peor el remedio al juntar a esos menores con delincuentes curtidos. No sé si en una cárcel sólo para menores o en un centro con unas características diferentes de las de una cárcel. Tal como dije, considero que lo sustantivo es que nuestra legislación actual es excesivamente permisiva, en lo que coincido con Vd. Al enjuiciar delitos hay circunstancias agravantes y atenuantes, la minoría de edad debe de ser una atenuante, sin que la atenuación sea tanta que parezca, como dice Vd., que el delito sale gratis. Y eso lo digo en caliente y en frío.

28 mescaler, día

Del hospedado que dices, tendría mejor acogida de este discreto senado si no insultase a diario al que tan liberalmente le acoge, pero él sabrá, la verdad es que es un veterano. No pretendo insultar al Muela, y si le insulto no hago más que imitarle, ya que él insulta a todo bicho viviente. De hoy mismo: "abyecto Moratinos" "miserables" "grotesca colaboradora del terrorismo" "cotorras y tiorrillos" "sociatas" "repulsivos señoritos del PP" En cuanto a la buena o mala acogida, la verdad es que me trae al fresco. Saludos, Mescalero

29 bacon, día

Mescalero 28 Sí, Moa es un "cañero", pero en su propio blog, y además lo que dice lo firma con su nombre verdadero. Los que usamos su blog, y además no damos nuestra verdadera identidad, deberíamos tenerle un mínimo respeto, incluso aunque disintamos de sus opiniones.

30 DeElea, día

“La idea de progreso es fundamental para una metafísica de la historia. Desde finales del siglo XVIII y durante todo el XIX, esta idea jugó un papel decisivo en la Weltanschauung de la humanidad europea. No obstante, hay que hacer notar, sobre todo, que esta idea, a pesar de que parece muy nueva y se nos presenta como característica del último período de la conciencia «progresista», tiene raíces religiosas antiguas y muy hondas, como ocurre con todas las verdades, y el hecho de estar esencialmente vinculada a la profundidad misma de la vida histórica nos muestra sus antiguos orígenes. Como hemos explicado reiteradas veces, la idea de progreso no debe confundirse con la de evolución. La idea de progreso presupone que el proceso histórico tiene una meta que le da sentido. Más aún: la idea de progreso presupone que tal proceso tiene una meta que no es inmanente a él, es decir, que no está dentro de él, ni está ligada a ninguna época concreta, a ningún período del pasado, del presente o del futuro, sino que se eleva por encima del tiempo; sólo así puede dar un sentido a lo que existe de un modo germinal en el proceso histórico. Las raíces antiguas de esta idea son de índole mesiánico-religiosa; se trata de la antigua idea judía del desenlace mesiánico de la historia, del Mesías venidero, de la culminación terrena del destino de Israel, que se transformó en el destino de todos los pueblos, la idea del advenimiento del Reino de Dios, que encierra en sí toda perfección, toda justicia y toda verdad, y que ha de realizarse algún día. Esta idea mesiánica y milenarista seculariza y se transforma en la idea de progreso, es decir, pierde su carácter abiertamente religioso y toma un matiz mundano y, a menudo, antirreligioso. Puede decirse con toda razón que la teoría del progreso fue para muchos una religión, es decir, que ha existido la religión del progreso, profesada por los hombres del siglo XIX, y que para ellos ha sustituido a la religión cristiana de la cual habían apostatado. Conviene analizar esta idea, que tantas pretensiones religiosas tiene, a fin de poner de manifiesto sus contradicciones internas fundamentales. En el último período de la conciencia humana, la fe en el progreso fue minada por la duda, los ídolos del progreso se derrumbaron y esta idea comenzó a ser sometida a duras críticas. La contradicción fundamental que hay que poner de relieve en la teoría del progreso, y que aparece bien clara a la luz de nuestra metafísica de la historia, consiste en su infundada conexión con el problema del tiempo, con el pasado, el presente y el futuro. La teoría del progreso es, ante todo, completamente falsa, injustificada desde el punto de vista científico, filosófico y moral, es una adoración del futuro a expensas del presente y del pasado. La doctrina del progreso constituye una profesión de fe, una creencia, pues es imposible fundamentarla a partir de las ciencias positivas. En efecto, tal fundamentación sólo podría hacerse a través de la teoría de la evolución, en tanto que el progreso sólo es, en definitiva, un objeto de fe y de esperanza. La doctrina del progreso es realmente «garantía de cosas que no vemos», es decir, del futuro, y «fundamento de lo que no esperamos». Pues bien, con esta fe y esta esperanza ligadas a la teoría del progreso es imposible resolver el problema más trágico de la metafísica de la historia, el problema del tiempo. Hemos explicado ya la importancia central del tiempo para la metafísica de la historia y hemos intentado mostrar la naturaleza inmutable del mismo, que se divide en pasado y futuro y que es imposible apresar, y en la cual toda realidad queda pulverizada, desintegrada y desgarrada. La doctrina del progreso está también sujeta a este desgarramiento. Ella presupone que las metas de la historia universal serán conseguidas en el futuro, que, en la historia y en el destino de la humanidad llegará un cierto momento en el que se alcanzará una situación de perfección suma y en la que se resolverán todas las contradicciones de la historia humana. Así lo han creído Comte, Hegel, Spencer, Marx. Pero esta suposición, ¿es verosímil? ¿Qué motivo tenemos para creerlo así? Y, en el caso de que lo tuviésemos, ¿por qué esto ha de suscitar en nosotros el entusiasmo, por qué ha de ser aceptado por nosotros como una moral, por qué una esperanza de este tipo ha de ser para nosotros motivo de gozo? No hay razón alguna para todo esto, a no ser el hecho de que la doctrina del progreso lleva en sí de un modo inconsciente una cierta esperanza religiosa en el desenlace feliz de la historia universal. Es la esperanza en que la tragedia de la historia tendrá un final. Superar esta tragedia es la meta del progreso, pero sus teorías positivistas del siglo XIX sofocan y excluyen adrede este tipo de esperanza y de creencia religiosa. Más aún, los teóricos del progreso contraponen la fe y la esperanza en el progreso a las creencias y esperanzas religiosas. Pero si de la idea del progreso se excluye radicalmente este núcleo religioso, ¿qué es lo que queda?, ¿qué razones hay para admitir el progreso? En efecto, si se lo entiende de un modo positivista, el progreso consiste en el hecho de que en el curso del tiempo, en el que se cumplen los destinos de la historia humana, una generación sucede a otra, la humanidad se eleva hacia una cima que para nosotros es desconocida y extraña, va hacia adelante, se eleva paulatinamente hacia un estadio superior, con respecto al cual todas las generaciones precedentes son como los eslabones de una cadena, es decir, son un medio, un instrumento, y no un fin autónomo en sí mismas. La teoría del progreso transforma a cada generación humana, a cada persona y a cada época de la historia, en medio e instrumento para alcanzar la meta definitiva de la perfección, del poder y de la felicidad de la humanidad futura, que, a fin de cuentas, es algo totalmente ajeno a la totalidad de los hombres y de las épocas anteriores. La idea positivista del progreso es esencialmente inaceptable, es inadmisible desde el punto de vista religioso y moral, pues es incapaz de dar sentido al tormento de la vida, de resolver las trágicas contradicciones y los conflictos que desgarran al género humano, a todas las generaciones, a todas las épocas. Esta teoría sostiene de un modo bien notorio que para la enorme masa, la inmensa mayoría de los hombres de todos los tiempos, no hay más destino que la muerte y la tumba. Todos estos hombres sólo viven en un estadio imperfecto, atormentado, lleno de contradicciones. En contrapartida, sólo existirá una generación afortunada de hombres que, sobre los huesos putrefactos de todas las generaciones anteriores, alcanzará la cumbre de la vida histórica; sólo ella tendrá acceso a la plenitud de la vida, a la felicidad y a la perfección supremas. Las demás generaciones son simplemente un medio para realizar esta vida bienaventurada, esta generación afortunada de elegidos que habrá de nacer en un futuro totalmente extraño a nosotros. La religión del progreso considera a todas las generaciones y épocas humanas como desprovistas de valor y de significado, como meros instrumentos al servicio de la generación última. Esta es la contradicción fundamental que encierra la teoría del progreso si la contemplamos desde el punto de vista religioso y moral, y la que la hace inaceptable e inadmisible. La religión del progreso es una religión de la muerte y no de la resurrección y recuperación de todo ser viviente para la vida eterna. No hay ningún motivo para anteponer el destino de aquella generación que en cierto momento aparecerá en la cumbre de la historia y para la cual están preparadas la felicidad y la bienaventuranza, a todas las demás generaciones, a las que sólo han tocado en suerte sufrimientos, tormentos e imperfecciones. Ninguna perfección futura puede justificar los padecimientos de todas las generaciones precedentes. La subordinación de todos los destinos humanos a un banquete mesiánico de la generación que tenga la fortuna de alcanzar la cima del progreso es algo que indigna a la conciencia religioso-moral de la humanidad. La religión del progreso, que se funda en esta adoración de la futura generación feliz, es implacable para con el presente y el pasado, su optimismo ilimitado ante el futuro va acompañado de un pesimismo igualmente ilimitado ante el pasado, y es profundamente contraria a la esperanza cristiana en la resurrección universal de todas las generaciones, de todos los difuntos, de todos nuestros padres y antepasados. La idea cristiana se basa en la esperanza de que la historia terminará con una superación de las tragedias históricas, de todas sus contradicciones, y en que de esta culminación de la historia participarán todas las generaciones humanas, de tal manera que todos los hombres que han vivido en las diferentes épocas serán resucitados para la vida eterna. La idea del progreso característica del siglo XIX sólo admite a este banquete mesiánico a una generación desconocida y afortunada, que es algo así como un vampiro para todas las demás. El festín que esta generación afortunada celebrará sobre las tumbas de sus antepasados, olvidando el trágico destino de aquéllos, no puede suscitar en nosotros ningún entusiasmo por la religión del progreso, pues un entusiasmo así sería realmente vil.” Berdiaev …… ¿se plantearán estas cuestiones los progres de hoy?

31 Perieimi, día

# 30 El simio "progresa" (evoluciona) hasta convertirse en humano -su meta-, y el darwinismo social hinca sus raíces en el marxismo. No puedo estar de a cuerdo en la distinción que hace el ruso en su cosmovisión; probablemente para apartarse de las puertas del Gulag.

32 DeElea, día

“Como hemos explicado reiteradas veces, la idea de progreso no debe confundirse con la de evolución. La idea de progreso presupone que el proceso histórico tiene una meta que le da sentido.”

33 jjvr, día

Dime de que presumes y te diré de lo que careces Es decir: al presumir de no necesitar la aceptación ajena se está declarando lo necesitado que se está de ella.

34 mescaler, día

#33 Como casi todo el mundo, yo necesito la aceptación ajena. Lo que pasa es que no vengo a buscarla aquí. Saludos, Mescalero

35 mescaler, día

#29 El respeto hay que merecérselo, y el Muela no se lo merece. Además, a él le va la marcha. Saludos, Mescalero

36 denebola, día

El sub-humano-defectivo, del que aún esperamos algún argumento (o similar) dice no respetar a quien le abre las puertas de su casa para concederle lo que él (el sub-humano-defectivo) nunca le concedería a Moa. Esto es perfectamente congruente con la calaña del sujeto y no hay que añadir nada más. Sólo apuntarlo.

37 mescaler, día

#36 El que tiene que explicar sus "argumentos" eres tú, denebola. Explicar, por ejemplo, cómo un parlamento puede declararse indisoluble, igual que la Nación Española. ¿Nadie puede disolverlo, con lo que se convierte en un parlamento eterno? Qué cosa más extraña. ¿Si Zapatero te mandara una invitación para visitar La Moncloa, empezarías a respetarle, denebola? Me da en la nariz que no. ¿Y qué me concede el Muela? ¿Libertad de expresión? Me la garantiza la Constitución, no el Muela. ¿Un espacio para opinar? Será porque le interesa; además, esos espacios existen en abundancia en la red, y si él no me lo concede, ya me lo concederá otro. Y él mismo ha reconocido que le interesa, que os sirvo de esparrin para que vosotros os entrenéis. Así que no me vengas con historias. Saludos, Mescalero

38 DeElea, día

1/2 "La civilización es «burguesa» por naturaleza, en el sentido más profundo y espiritual del vocablo. El «burguesismo» es justamente el reino civilizado de este mundo, la voluntad de poder organizado y de goce de la vida. El espíritu de la civilización es un espíritu burgués, que se apega a las cosas corruptibles y pasajeras y no ama la eternidad. El burguesismo es un vivir esclavizado por lo efímero y un odio a todo lo que es eterno. La civilización de Europa y de América, que es la más perfecta del mundo, ha creado el sistema capitalista-industrial, el cual no sólo es un fenómeno económico de enorme envergadura, sino también espiritual, o, mejor dicho, un fenómeno que lleva consigo la aniquilación de toda dimensión espiritual. El capitalismo industrial creado por la civilización destruyó toda idea de eternidad y de lo sagrado. La civilización capitalista de la época más reciente suprimió a Dios y es la más atea de cuantas han existido; ella es mucho más responsable del delito de deicidio que el socialismo revolucionario, que, al fin y al cabo, se limitó a hacer suyo el espíritu de la civilización «burguesa» y recogió su herencia negativa. Es verdad que la civilización capitalista-industrial no rechazó completamente la religión, pero esta actitud sólo fue motivada por razones utilitaristas y pragmáticas. En la cultura, la religión se movía en una dimensión simbólica; en la civilización, ella se vuelve pragmática. Incluso la religión puede ser útil y eficaz para organizar la vida y aumentar su poder. En efecto, la civilización es, ante todo, pragmática, y no en vano el pragmatismo es tan popular en América, el país de la civilización por antonomasia. El socialismo ha rechazado esta pragmaticidad de la religión, pues piensa que el ateísmo es más adecuado para el desarrollo del poder y del goce de la vida por parte de grandes masas de la humanidad. La actitud pragmático-utilitarista hacia la religión en el mundo capitalista fue lo que realmente dio origen al ateísmo y al saqueo espiritual. Un Dios que es útil y eficaz para el desarrollo del capitalismo industrial y favorece sus objetivos no puede ser el verdadero Dios; resulta fácil desenmascararlo. El socialismo, en la medida en que se limita a constatar un hecho, tiene razón. El Dios de las revelaciones religiosas, de la cultura (que es simbólica), ha abandonado hace tiempo a la civilización capitalista, y ésta le ha abandonado a él. La civilización capitalista-industrial se ha apartado hace tiempo de todo lo que es ontológico; es antiontológica, mecánica, ha creado un reino puramente funcional. La mecanicidad, el tecnicismo y el maquinismo de esta civilización se contraponen radicalmente a la organicidad, cosmicidad y espiritualidad de todo ser. La economía no es algo meramente mecánico y ficticio, posee fundamentos morales, divinos, y el hombre tiene el deber de desarrollarse en el plano económico; pero cuando se disocia la economía del espíritu, cuando se la eleva a principio supremo de la vida, cuando se destruye la organicidad de la vida para dar paso al imperio de la técnica, la economía se transforma en un ámbito puramente mecánico y ficticio. El materialismo que está en la base de la civilización capitalista crea un reino mecánico y artificial; el sistema capitalista-industrial de la civilización destruye los fundamentos espirituales de la economía, y, con esto, prepara su ruina. El trabajo deja de tener un sentido y una justificación espirituales y se rebela contra todo el sistema. La civilización capitalista encuentra su merecido castigo en el socialismo, pero también éste continúa la obra de la civilización; en definitiva, es un aspecto más de la civilización «burguesa» y se esfuerza por continuar el desarrollo de ésta sin aportar ningún espíritu nuevo. El industrialismo de la civilización, que sólo engendra ficciones y sombras, mina inexorablemente la disciplina y la motivación espirituales del trabajo, preparando así su propio fracaso."

39 DeElea, día

2/2 " La civilización no es capaz de realizar su sueño: el de un poder universal que se acrecienta indefinidamente. La torre de Babel no podrá ser construida. En la guerra mundial hemos visto ya la decadencia de la civilización europea, el derrumbamiento del sistema industrial, el desenmascaramiento de las ficciones de las que ha vivido el mundo «burgués»: ésta es la trágica dialéctica del destino histórico, de la cultura y de la civilización. Nada puede ser entendido desde una perspectiva estática; es necesario contemplarlo todo desde un punto de vista dinámico, pues sólo así descubriremos que, en el destino histórico, todo tiende a transformarse en su contrario, todo está lleno de contradicciones internas y lleva en sí mismo el germen de su propia ruina. El imperialismo es un producto técnico de la civilización. El imperialismo no es cultura, es voluntad notoria de poder universal, de organización de la vida a escala mundial; el imperialismo «burgués» de los siglos XIX y XX (tanto el inglés como el alemán) está ligado al sistema capitalista e industrial, es técnico por naturaleza. Hay que distinguirlo, pues, del imperialismo de tiempos pretéritos, por ejemplo, del sacro imperio romano o del sacro imperio bizantino, los cuales se sitúan en un plano simbólico y pertenecen a la cultura, no a la civilización. En el imperialismo se manifiesta la dialéctica inexorable del destino histórico: a través de la voluntad imperialista de poder universal se disuelven y pulverizan los cuerpos históricos de los estados nacionales, que pertenecen a la época de la cultura. El Imperio británico significa el final de Inglaterra como estado nacional. La voraz voluntad imperialista lleva en sí el germen de la muerte; el imperialismo, a través de su evolución irresistible, mina sus propios fundamentos y prepara su transformación en socialismo, el cual está obsesionado a su vez por la voluntad de poder y de organización universales y representa tan sólo un momento ulterior de la civilización, otro aspecto de la misma. El imperialismo y el socialismo, tan semejantes entre sí, representan una crisis profunda de la cultura. En la época capitalista-industrial del imperialismo en disolución y del socialismo naciente triunfa la civilización, y la cultura entra en decadencia. Esta decadencia no significa su muerte, pues, en un sentido más profundo, la cultura es eterna. La cultura antigua entró en decadencia y, aparentemente, murió, pero continúa viviendo en nosotros, constituye un estrato profundo de nuestro ser. En la época de la civilización, la cultura se retira a las profundidades; sólo conserva su aspecto cualitativo, no el cuantitativo. En la civilización comienzan a manifestarse procesos de barbarie, de envilecimiento, de pérdida de las formas perfectas elaboradas por la cultura. Esta barbarie puede adoptar diferentes formas. Después de la cultura griega, después de la civilización universal romana, comenzó una época de barbarie, la del primer medioevo. Se trataba de una barbarie ligada a los elementos de la naturaleza, derivada del aflujo de nuevas masas humanas que traían sangre joven y llevaban en sí el olor de las selvas septentrionales. La barbarie que puede despuntar en el apogeo de la civilización europea y mundial no es de este tipo; será una barbarie procedente de la civilización misma, del olor de las máquinas, una barbarie que la técnica misma de la civilización lleva en germen. Esta es la dialéctica de la civilización. En la civilización se agota la energía espiritual y se extingue el espíritu, que es la fuente de la cultura; entonces comienzan a dominar sobre las masas humanas no las fuerzas naturales, bárbaras (en el sentido más noble del término), sino las fuerzas del reino del maquinismo y de la mecanicidad, que reemplazan al ser auténtico. La civilización nació del deseo del hombre de vivir una vida «real», adquirir un poder y una felicidad «reales», en contraposición al carácter simbólico y contemplativo de la cultura. Este es uno de los caminos que llevan de la cultura a la «vida», que conducen a una transformación técnica de la vida. Era necesario que el hombre recorriese este camino hasta el final y descubriese el alcance de las energías técnicas; ahora bien, por esta vía no se alcanza una existencia auténtica y la imagen del hombre queda destruida. 6. Pero a partir de la cultura es posible el nacimiento de una voluntad de «vivir» diferente, de una voluntad de transfigurar la «vida»; la civilización no es el único camino para pasar de la cultura (con su trágica contraposición a la «vida») a la transfiguración de la «vida» misma. Existe también el camino de la transfiguración religiosa de la vida, de la realización del ser auténtico. En el destino histórico de la humanidad podemos distinguir cuatro épocas o estadios: la barbarie, la cultura, la civilización y la transfiguración religiosa. Estas épocas no hay que entenderlas únicamente como sucesivas, pues pueden coexistir, ya que son tendencias del espíritu humano; ahora bien, si consideramos un período determinado de la historia, predominará en él uno de tales estadios. En la época helenística, en la época de la civilización universal romana, había de surgir de las profundidades la voluntad de transfiguración religiosa, y entonces apareció en el mundo el cristianismo. Y apareció, sobre todo, como transfiguración de la vida, circundado del milagro y operando milagros: el anhelo de lo milagroso va ligado siempre a una voluntad de transfiguración real de la vida. Pero el cristianismo, a lo largo de la historia, pasó por los estadios de la barbarie, de la cultura y de la civilización. No en todos los períodos de su destino fue transfiguración religiosa. Durante el estadio cultural, el cristianismo fue, ante todo, simbólico, ofreció solamente imágenes, signos y analogías de lo que es la transfiguración de la vida; durante la época de la civilización se volvió, sobre todo, pragmático, se transformó en un instrumento eficaz para potenciar la vida, en técnica de disciplina espiritual, pero el anhelo de lo milagroso se debilitó y comenzó a extinguirse en el apogeo de la civilización. Los cristianos de la época de la civilización continúan profesando una fe tibia en los milagros del pasado, pero ya no los esperan en el presente, ni poseen una voluntad creyente en el milagro de la transfiguración de la vida. No obstante, es preciso que surja una fe en la transfiguración de la vida, en una transfiguración que no es técnico-mecánica, sino espiritual-orgánica; sólo así se abrirá un camino desde la cultura en decadencia a la «vida» misma, un camino diferente del que ha recorrido la civilización. La religión no puede ser un aspecto secundario de la vida, ha de lograr la transformación ontológica de la vida, a diferencia de la cultura, que sólo realiza esta transformación de un modo simbólico, y de la civilización, que sólo la lleva a cabo en el plano técnico. Pero quizá hemos de pasar todavía por un período en el que dominará una civilización de la pura apariencia." Berdaiev

40 Genjo, día

mescalero, coñazo

41 Perieimi, día

Contra la superstición moderna del trabajo (Más breve) ”Cada día el trabajo acapara crecientemente la buena conciencia en beneficio suyo: el gusto por la alegría ya se llama “necesidad de reposo”; comienza a sonrojarse de sí misma […] Pero en otro tiempo era lo contrario: era el trabajo el que daba remordimiento” (Nietzsche) ”No es el valor de un sistema económico o de cualquier otro el que hay que poner en cuestión, sino la economía en general” La obsesión economicista ”ha tomado el cuerpo y el alma del hombre y que, finalmente, lo ha condenado a una marcha sin respiro, a una expansión ilimitada del hacer y el producir” ”La verdadera antítesis no contrapone el capitalismo con el marxismo, sino un sistema en donde la economía es soberana –cualquiera que sea su forma- en oposición a un sistema que se encuentra subordinado a factores extra-económicos, dentro de un orden más vasto y completo, de tal naturaleza que le confiera a la vida humana un sentido profundo y le permita desarrollar sus posibilidades más elevadas” (Julius Evola)