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Conferencia en Varsovia y Cracovia: nacionalismos vasco y catalán comparados (I)

(Parece que el blog no permite escribir la conferencia entera, por lo que la completaré el próximo día. Ustedes disculpen) 

Pueden caber muy pocas dudas de que los politicastros e intelectualorros progres, ayudados por la pasividad de la derecha, han reducido hoy a España a  un país de pandereta --aliado-lacayo de la OTAN y la UE, y culturalmente irrelevante--. Es asombroso, por ejemplo, que haya tan poca información en profundidad sobre los nacionalismos regionales, que constituyen desde la transición el primer desafío político para el país; es asombroso que el primero y creo que único libro, que trata con cierto detenimiento los nacionalismos vasco y catalán conjuntamente y en relación con la evolución política española sea el mío "Una historia chocante". Es asombrosa la ausencia de cualquier debate medianamente serio al respecto. Ello no tiene por qué continuar, pero continúa. Hace años di una conferencia sobre ambos nacionalismos en institutos universitarios de Varsovia y Cracovia. A los alumnos –alumnas sobre todo-- les sorprendió bastante, porque había cundido por  allí, en forma de tópico, la propaganda separatista, sin que se hubiera hecho el menor esfuerzo desde España por corregirla. Incluso una chica española progre, y como tal bastante imbécil, estuvo defendiendo a la ETA. No era vasca, sino de Madrid. He visto también muchas veces en España cómo la gente se quedaba muda, por pura ignorancia nacida de la ausencia de esfuerzo intelectual, ante la más burda demagogia de los separatistas. O replicaban con tópicos no menos burdos. Hace algún tiempo Paco Caja fue llevado a Vigo por Cristina Losada, a presentar su libro sobre "la raza catalana". La asistencia fue mínima, y eso que allí el separatismo también se va convirtiendo en un problema muy serio.  En fin, aquí tienen ustedes el texto:

 

UNA COMPARACIÓN ENTRE LOS NACIONALISMOS  CATALÁN Y VASCO

 

  Trataré aquí de sintetizar las ideas de estos movimientos, así como su actuación a través de ciertos sucesos clave que manifiestan su carácter y papel político.  Tales nacionalismos se definen, lógicamente, en relación con España, tenida por el enemigo a derrotar en el nacionalismo vasco, y negada simplemente en el catalán. Son un fenómeno históricamente reciente, pues nació a finales del siglo XIX, cobró impulso con el "Desastre" de 1898 y desde entonces se configuró en Cataluña y  en Vascongadas  como un factor importante  en la vida política española, excepto durante las dictaduras, que ocupan casi la mitad del siglo.

 

   Estos movimientos derivan  de los regionalismos, productos del Romanticismo del siglo XIX, con su exaltación de algunas tradiciones, del "espíritu popular" y de la Edad Media. Los regionalismos arraigaron en varias partes de España, pero sin tono antiespañol, y sólo en Cataluña y País Vasco derivaron en nacionalismos fuertes. ¿Por qué ocurrió así, y no prendió algo similar en Galicia --donde el nacionalismo ha tenido poco empuje--, o en Valencia, Baleares, Andalucía, Canarias, etc., donde el nacionalismo pudo haber explotado motivos lingüísticos u otros?  Una explicación suele hallarse en el empuje industrial  vasco y catalán. Sin embargo es obvio que el nacionalismo no tuvo nada que ver con las industrializaciones, ambas anteriores a él, y que las habrían perjudicado seriamente, al romper el mercado español. La burguesía catalana  mostraba celo españolista en pro del mercado, y el nacionalismo vasco exaltó más bien una idealizada sociedad rural y bucólica.  La industrialización influyó, pues, de modo indirecto, como un sentimiento de superioridad bien explotado por los nacionalistas. Como observa Cambó,  "El rápido enriquecimiento de Cataluña (…) dio a los catalanes el orgullo de las riquezas improvisadas, cosa que les hizo propicios a la acción de nuestras propagandas"(1). Es decir, los nacionalismos fomentaron y explotaron ese sentimiento de orgullo, combinándolo con otro de victimismo, pero no fueron, desde luego, los causantes de aquella riqueza.

 

   Otra explicación podría estar en la memoria de los antiguos fueros. Pero en realidad de ellos quedaba en Cataluña, en el siglo XIX, poco más que un rescoldo sentimental, y su abolición  por Felipe V había derivado algo más tarde en la recuperación económica catalana, al abrirle de lleno los mercados del resto de España y de América. En Vascongadas, la abolición de los fueros en 1876, a causa de la guerra carlista,  también facilitó la expansión industrial vasca, y,  como muestra Juaristi (2),  la reivindicación foral tuvo escaso eco inmediato. No obstante, como motivo sentimental y político invocado a posteriori, no dejó de tener también cierta  relevancia.

 

     Suele aludirse  asimismo  a las peculiaridades culturales e  históricas, a los "hechos diferenciales". Pero esas diferencias preexistían de largo tiempo atrás, y también en otras regiones, y no habían dado pie a tales movimientos. El catalán o el vasco corrientes, aunque conscientes de esas diferencias, se sentían españoles. Como recuerda Cambó, todavía en 1898, "cuando salíamos del Círculo de la Lliga de Catalunya, encendidos  de patriotismo catalán, nos sentíamos en la calle como extranjeros, como si no nos hallásemos en nuestra casa, porque no había nadie que compartiese nuestras aspiraciones"(3). Aún más expresivo resulta Sabino Arana, con sus imprecaciones y amenazas a los malos bizkaínos: "El yerro de los bizkaínos de fines del siglo pasado y del presente (…) es el españolismo". "Nuestros padres  vertieron su sangre en Padura (se refiere a una supuesta batalla de hace once siglos)  para salvar a Bizkaya de la dominación española, por la libertad de la raza, por la independencia nacional. Nosotros ¡miserables! hemos vendido el fruto de esa sangre a los hijos de sus enemigos y hemos escupido al sepulcro de nuestros padres. ¡No sabían los bizkaínos del siglo noveno que con la sangre que derramaban por la Patria, engendraban hijos que habían de hacerle traición!".  "Vosotros, cansados de ser libres, habéis acatado la dominación extraña" "Si no queréis abandonar esos caminos por donde os llevan los enemigos de Bizkaya; si os obstináis en ayudar al verdugo de Bizkaya (…) ¡Que vuestros nietos os maldigan y os execren!".  "¡Cuándo llegarán los bizkaínos a mirar como a enemigos a todos los que les hermanan con los que son extranjeros y enemigos naturales suyos!" Y así sucesivamente. Arana nunca defrauda.

 

    Observemos, además, que el ancestral sentimiento español de vascos y catalanes marca una diferencia clave con nacionalismos como los de Europa central, donde las minorías integradas en los  imperios austríaco, turco o ruso, como los checos, los serbios, los búlgaros o los polacos nunca se sintieron austríacos, turcos o rusos. La integración del País Vasco o de Cataluña en España tampoco procede de invasiones o conquistas, como las de aquellos pueblos centroeuropeos, o la de Irlanda, Quebec, etc.

 

    Por tanto, los factores señalados  no explican gran cosa. Los nacionalistas supieron  aprovecharlos, pero no conducían de por sí a una idea de separación. La impresión de que existía un caldo de cultivo muy favorable a los nacionalismos en Cataluña y Vasconia es difícil de sostener. Los apóstoles de las nuevas ideas trataban de oponer  el sentimiento vasco o catalán al sentimiento español, cuando antes la gente  no encontraba esas cosas contrarias, y, en realidad,  desarraigar o debilitar en parte importante de los vascos y los catalanes el sentimiento hispano, requirió un esfuerzo muy arduo y una habilidad muy notable. 

 

***

     La  tarea exigía dirigentes capaces y entregados, y creo que en buena medida el éxito de ambos nacionalismos se debe  precisamente a eso, a que encontraron sus profetas, sus líderes fervorosos e iluminados, por así decir, consagrados en cuerpo y alma a una misión  a su juicio redentora. No encontramos en el nacionalismo gallego u otros a  personajes tan enérgicos y diestros como Arana,  Prat de la Riba o  Cambó. Una tradición ya larga explica la historia por causas materiales más o menos cuantificables, pero en cuanto indagamos los hechos topamos siempre con imponderables como el carácter de los dirigentes. Por ejemplo, sin Lenin resulta inimaginable la revolución rusa, socialista en un país agrario y sumamente atrasado, cuando la mayoría de los propios jefes bolcheviques vacilaba ante el golpe revolucionario, si es que no lo rechazaba. El caso interesa porque son precisamente los marxistas quienes más han insistido en la primacía de las llamadas "condiciones materiales" u “objetivas”.

 

    Tanto Arana en Vasconia  como Prat de la Riba en Cataluña, muestran en sus escritos la convicción absorbente de haber descubierto una nueva luz  destinada a alumbrar en lo sucesivo la marcha de los vascos y los catalanes. Cambó  resolvió siendo joven consagrar sus energías y su notable inteligencia a la causa nacionalista, al punto de renunciar al matrimonio en aras de ella. Ese espíritu exaltado lo sintetizará Prat de la Riba en su célebre frase: "La religión catalanista tiene por Dios a la patria".  Arana  deploraba "cuán difícil  y penosa es la labor que nos hemos impuesto, de soltar la venda que ciega los ojos de los bizkaínos!", pero advirtió en su discurso de Larrazábal que, si fracasara, abandonaría Vizcaya, y "si tan triste caso llegara, juro (…)  dejaros también un recuerdo que jamás se borre de la memoria de los hombres". No sabemos qué recuerdo sería, aunque en su intención debía de ser terrible. En cualquier caso no cabe dudar de su determinación.

 

      Los métodos para desespañolizar a catalanes y vascos se parecieron. Un ataque  inclemente a España o a Castilla, más una historia de agravios,  y simultáneamente un halago desmesurado a lo autóctono: "Había que saber que éramos catalanes y que no éramos más que catalanes",  dice Prat, para lo cual debían combinarse "los transportes de adoración" a Cataluña con el odio a los supuestos causantes de sus males, los castellanos, pese a que Castilla había dejado hacía mucho de representar un poder  hegemónico o director en España. "La fuerza del amor a Cataluña, al chocar contra el obstáculo, se transformó en odio, y dejándose de odas y elegías a las  cosas de la tierra, la musa catalana, con trágico vuelo, maldijo, imprecó, amenazó".  Había que "resarcirse" de una supuesta "esclavitud pasada". "Tanto como exageramos la apología de lo nuestro, rebajamos y menospreciamos todo lo castellano, a tuertas y a derechas, sin medida".  O, como observa más sobriamente Cambó,  "El rápido progreso del catalanismo fue debido a una propaganda a base de algunas exageraciones y de algunas injusticias: esto ha pasado siempre y siempre pasará, porque los cambios en los sentimientos colectivos no se producen  nunca a base de juicios serenos y palabras justas y mesuradas" (4).

 

    En resumen, escribe Prat: "Son grandes, totales, irreductibles, las diferencias que separan a Castilla y Cataluña, Cataluña y Galicia, Andalucía y Vasconia. Las separa, por no buscar nada más, lo que más separa, lo que hace a los hombres extranjeros unos de otros, lo que según decía San Agustín en los tiempos de la gran unidad romana, nos hace preferir a la compañía de un extranjero la de nuestro perro, que al fin y al cabo, más o menos, nos entiende: les separa la lengua". De creer a Prat,  nadie entendía el español común fuera de Castilla, si acaso Andalucía o Canarias, y un catalán preferiría --o más bien debía preferir, de acuerdo con la nueva doctrina--  la compañía de su perro a la de un castellano, un gallego o un vasco. Su visión histórica resalta cuando opone  "el gótico y el románico de nuestros monumentos"  a "la Alhambra o la Giralda", como si a Cataluña la caracterizasen el gótico y el románico, y al resto de España la tradición árabe.  Para él, "Bien mirados los hechos, no  hay pueblos emigrados, ni bárbaros conquistadores, ni unidad católica, ni España, ni nada".  Debía erradicarse lo que él llama la “monstruosa bifurcación de la conciencia catalana”, que hacía sentirse español al catalán.  España no pasaba de ser un aparato estatal, sin sustancia  de nación.

 

   Tanto Prat como Arana se consideraban católicos fervientes, pero Arana va más allá que Prat, y exclama indignado: "¡Católica España! Y ¡afirmarlo ahora que cualquiera (…) lee periódicos y libros! (…) No es posible, en breve espacio, mencionar siquiera concisamente los hechos pasados y presentes que prueban bien a las claras que España, como pueblo o nación, no ha sido antes jamás ni es hoy católica". 

 

     Arana decía ver en  la mayoría de los españoles "el testimonio irrecusable de la teoría de Darwin, pues más que  hombres semejan simios poco menos bestias que el gorila: no busquéis  en sus rostros la expresión de la inteligencia  humana ni de virtud alguna; su mirada solo revela idiotismo y brutalidad". Ante tan lamentable hecho, el inteligente y virtuoso Arana clamaba entre asombrado y furioso: "euskerianos y maketos ¿forman dos bandos contrarios? ¡Ca! Amigos son, se aman como hermanos, sin que haya quien pueda explicar esta unión de dos caracteres tan opuestos, de dos razas tan antagónicas". Estas frases condensan el programa aranista: sustituir la amistad y fraternidad por una dura  hostilidad. Así advierte al  vasco renuente a sus doctrinas: "si el maketo, penetrando en tu casa, te arrebata a tus hijos e hijas  para quitar a aquellos su lozana vida y prostituir a éstas… entonces, no llores". La  raza bizkaína,  "singular por sus bellas cualidades, pero más singular aún por no tener ningún punto de contacto o fraternidad  ni con la raza española, ni con la francesa (…) ni con raza alguna del mundo", "la nación más noble y más libre del mundo",  sufría   "humillada, pisoteada y escarnecida por España, esa nación enteca y miserable". Y fulminaba a sus  paisanos: "Habéis mezclado vuestra sangre con la española o maketa, os habéis hermanado y confundido con la raza más vil y despreciable de Europa". En fin,  "era antes vuestro carácter noble y altivo, a la vez que sencillo, franco y generoso; y hoy vais haciéndoos tan viles y pusilánimes, tan miserables, falsos y ruines como vuestros mismos dominadores", concluye con nobleza y generosidad peculiares. 

 

    No extrañará que Arana contestara con desprecio a los primeros tanteos fraternos del nacionalismo catalán: “Cataluña es española por su origen, por su naturaleza política, por su raza, por su lengua, por su carácter y por sus costumbres”. “Ustedes, los catalanes, saben perfectamente que Cataluña ha sido y es una región de España”. Por tanto, señala sin piedad: “Maketania comprende a Cataluña”, y para más claridad,  “Maketo es el mote con que aquí se conoce a todo español, sea catalán, castellano, gallego o andaluz”.  En consecuencia, aclaraba a lo nacionalistas catalanes, “jamás haremos causa común con las regiones españolas”.  Naturalmente no excluía “entendernos en la acción definitiva” contra España, pero  en todo caso, “jamás confundiremos nuestros derechos con los derechos de región extranjera alguna”.

   

    Así pues, si España no existía, según Prat, o era tan irrisoriamente inepta y ruin como decía creer Arana, la misión que ambos se atribuían debía haber resultado muy cómoda. Y muy difícil, en cambio, explicar dónde había estado durante siglos Cataluña, o cómo se había producido la supuesta sumisión de los vascos. Pero estas dificultades nunca les preocuparon mucho. Sea como fuere, el halago exaltado a un grupo social, combinado con el señalamiento de un enemigo culpable de todos  los males, sugestiona fácilmente a mucha gente, si se insiste en ello con tenacidad *. Y así fue. 

  

***

A estas campañas ayudó de forma decisiva el  "desastre" del 98, como recordaba Cambó. Si en el terreno económico aquella derrota tuvo poco efecto, y el desarrollo español incluso se aceleró luego, supuso  en cambio una profunda quiebra moral y psicológica,  que dio alas a los movimientos radicales, desde el socialismo revolucionario y el anarquismo a los nacionalismos. Así fue posible que a los pocos años Prat asegurase, con alguna base: "Hoy ya, para muchos, España es sólo un nombre indicativo de una división geográfica".

 

   Aun con estas similitudes, y con un nivel intelectual no muy destacable en ambos naconalismos, existen  fuertes diferencias entre el programa nacionalista de Prat y el de Arana. El primero  anhelaba  "más que la libertad para mi patria. Yo quisiera que Cataluña (…)  comprendiera la gloria eterna  que conquistará la nacionalidad que se ponga a la vanguardia del ejército de los pueblos oprimidos (…) Decidle  que las naciones esclavas esperan, como la humanidad en otro tiempo, que venga el redentor que rompa sus cadenas. Haced que sea el genio de Cataluña el Mesías esperado de las naciones". Ello no le impedía proclamar al mismo tiempo una vocación imperialista, pues el imperialismo "es el período triunfal de un nacionalismo: del nacionalismo de un gran pueblo".  Cataluña debía convertirse en el elemento hegemónico de un imperio ibérico extendido desde Lisboa al Ródano, para luego  "expandirse sobre las tierras bárbaras".

  

Claro que este programa, aparte de resultar ya anacrónico, traería fuertes tensiones, quizá incluso bélicas, con Portugal y con Francia. Además, ¿qué autoridad moral podían tener los nacionalistas catalanes, tras proclamarse tan radicalmente distintos, para dirigir al resto de los españoles? Prat invoca “sentimientos de hermandad”,  lo cual lo lleva por otro camino a la “monstruosa bifurcación”  de la conciencia catalana que él quería eliminar. Y siendo tan diferentes y no habiendo recibido más que males de Castilla,  ¿por qué no volcaban su entusiasmo fraternal con los franceses, en lugar de con los españoles? Por otra parte, ¿qué pasaría si el resto de España no aceptaba el liderazgo del nacionalismo catalán? Porque aunque Cataluña era la parte más dinámica del país, no dejaba de ser una parte menor, y si veía al idioma común como extranjero renunciaba al principal cauce de influencia. Sólo quedaba,  en última instancia, intentar liderar y liberar a los llamados “países catalanes”, aunque los valencianos y baleares no mostrasen mucho entusiasmo al respecto.

   

Y a Arana, desde luego, ni se le ocurría pensar en los catalanes como vanguardia de los "pueblos oprimidos" o  de cualquier otra cosa.  Su plan, al revés del de  Prat, propugnaba el autoencierro para el  "pueblo más noble y más libre del mundo". La mayor distinción de los vascos, sería,  después de la raza, el vascuence, "broquel de nuestra raza, y contrafuerte de la religiosidad y moralidad de nuestro pueblo", pues "donde se pierde el uso del Euzkera, se gana en inmoralidad". Por eso, "Tanto están obligados los bizkaínos a hablar  su lengua nacional como a no enseñársela a los maketos o españoles". Nada, pues,  de  moralizar por vía lingüística a los maketos: "Muchos son los euzkerianos que no saben euzkera. Malo es esto. Son varios los maketos que lo hablan. Esto es peor" "Si nuestros invasores aprendieran el euzkera, tendríamos que abandonar éste, archivando cuidadosamente su gramática y su  diccionario, y dedicarnos a hablar el ruso, el noruego" Etc.  

  

  Con todo su entusiasmo por el vascuence,  la lengua materna de Arana era el castellano. De ella renegó, aunque la escribiera con no mal estilo. Dada la dificultad del idioma vernáculo, no debió de llegar a dominarlo, como indica su creación de la palabra Euzkadi, juzgada por sus seguidores un hallazgo genial. Según el político nacionalista Eguileor "el anhelo" de la "raza más vieja de la tierra (…) se condensa  maravillosamente en una sola palabra, la que no acertó a sacar durante cuarenta siglos  nuestra raza del fondo de su alma, palabra mágica creada también por el genio inmortal de nuestro Maestro: ¡Euzkadi!". El filólogo vasco Jon Juaristi observa que el término es un dislate, compuesto de “una absurda raíz euzko,  extraída de euskera, euskal, etc., a la que Arana hace significar "vasco",  y del  sufijo colectivizador  -ti /-di, usado sólo para vegetales. Euzkadi se traduciría  literalmente por algo parecido a bosque de euzkos, cualquier cosa que ello sea". Ya Unamuno criticó la "grotesca y miserable ocurrencia" de un "menor de edad mental", que equivaldría a cambiar la palabra España por  "Españoleda, al modo de pereda, robleda…" (5)

 

  Y lejos del imperio ibérico de Prat, enseñaba Arana: "Si a esa nación latina la viésemos despedazada por una conflagración intestina o una guerra internacional, nosotros lo celebraríamos con fruición y verdadero júbilo". Deseo lógico porque "aborrecemos a España no solamente por liberal, sino por cualquier lado que la miremos".

   

Otra diferencia es que el nacionalismo vasco será siempre muy derechista, salvo pequeñas  variedades,  hasta que en los años 60 del siglo XX se asiente una rama de izquierdas, en torno a ETA. En cambio  al nacionalismo catalán, también de derechas al comienzo,  le nacería pronto un sector más izquierdista, violento y radical. Con el tiempo, el nacionalismo de Cambó encontraría  "en el patriotismo español  la ampliación natural y complemento necesario del patriotismo catalán", en expresión de Valls Taberner en 1934 (6). Por el contrario,  la izquierda acentuaba  el talante separatista o al menos exclusivista.

  

También difería el estilo de las propagandas: bronco el de Arana, más solapado el de  Prat, como él mismo advierte: "Evitábamos todavía usar abiertamente la nomenclatura propia, pero íbamos destruyendo las preocupaciones, los prejuicios y, con calculado oportunismo, insinuábamos en sueltos y artículos  las nuevas doctrinas".  En Prat y sus seguidores predominó un victimismo algo quejumbroso y sentimental,  que conmemoraba derrotas históricas reales o supuestas, junto con un sentimiento de superioridad ultrajada. Este último sentimiento destacaba más en los sabinianos,  con menos victimismo y mayor agresividad: Arana inició su predicación recordando nebulosas victorias bélicas o “glorias patrias” contra "el invasor español", y llamando con mucha claridad a renovar aquellas hazañas, aunque al mismo tiempo  venía a privar a los vascos de otras glorias más demostrables, alcanzadas por ellos como parte de España y españoles.

 

    Las ideas de Prat y las de Arana sobre España y sobre sus respectivas regiones son el substrato permanente de ambos nacionalismos, aunque los años les hayan traído matices o aditamentos. Por ejemplo, invocar el racismo se volvió tan impopular después de la II Guerra Mundial, que el PNV suele evitarlo, pero ese componente sigue muy vivo bajo algunas apariencias externas. También ha sido la teorización de Prat la que ha dado al nacionalismo catalán su ambivalencia y vaivén entre la idea de dirigir al conjunto de España y la de retraerse  en exclusiva a Cataluña o a los “paisos catalans”.     

     

 ***

  Pese a los éxitos nacionalistas, el sentimiento español era y es  muy persistente, por basarse en una historia compartida de muchos siglos,  en una profunda mezcla demográfica y cultural,  en el tronco católico de su cultura,  en una densa interrelación económica,   y en la conciencia de que la lengua común, pese a su origen castellano, no es patrimonio de ninguna región, pues todas han contribuido a darle forma. Además, la lengua común permite  a las regiones comunicarse entre sí y ampliar a muchos países las relaciones y empresas de todo tipo. No extrañará que el propio Arana admita: "Hemos convencido a muchas inteligencias; hemos persuadido a pocos corazones. Lo cual demuestra, en último término, que ya no hay corazones en Euskeria. ¡Pobre Patria!". En cuanto a los nacionalistas catalanes, su flojera en varios momentos cruciales demostrará lo mucho que había de pose en  sus  maldiciones, imprecaciones y amenazas, que decía Prat.

  

La consecuencia inmediata de estos nacionalismos es doble. Por una parte tienden a separar y crear hostilidad entre los vascos o los catalanes, y el resto de los españoles, y por otra dividen a vascos y catalanes en "buenos" y "malos", según acepten o no sus doctrinas, al modo como ciertos falangistas usaban el mismo criterio para distinguir entre buenos y malos españoles. Los nacionalistas se proclaman automáticamente representantes del pueblo, piense lo que quiera la mayoría de él. Ello tiene, desde luego, poca relación con la democracia tal como normalmente se concibe. Con tal enfoque, las elecciones, por ejemplo, son un método aprovechable, pero nunca serán admitidas las votaciones adversas. Ocurre algo parecido con los comunistas, autoproclamados representantes del proletariado, voten lo que voten los obreros, y que utilizan las elecciones de modo similar.

  

   Estos nacionalismos no sólo alientan un sentimiento contra España, sino también contra el liberalismo: "antiespañol y antiliberal es lo que todo bizkaíno debe ser", adoctrinaba Arana, y el nacionalismo catalán fraguó en buena medida en círculos eclesiales que veían en el liberalismo una amenaza.  Hubo también una raíz más o menos carlista., pues tanto en las Vascongadas como en Cataluña tuvo el carlismo fuerte influencia, y ante el triunfo liberal, algunos derivaron hacia el nacionalismo como una forma de salvar lo salvable del antiguo régimen. Sin embargo no debemos olvidar que el carlismo era muy españolista, y defendía los viejos fueros como propios de la  unidad española, en contraste con el centralismo traído de Francia.  Por lo demás, no hubo evolución nacionalista en Navarra, Álava  y otras regiones  y provincias donde el carlismo tenía profundas raíces.

  

También influyó  en el antiliberalismo la llegada de trabajadores de otras regiones, a menudo desarraigados e ignorantes, alejados de la religión por el debilitamiento o pérdida de lazos familiares,  la explotación y   las condiciones de vida, con frecuencia miserables. En ellos prendieron las doctrinas socialistas y anarquistas que les prometían un mundo feliz y les señalaban un enemigo. Muchos vascos y catalanes de clase media veían en esa inmigración una fuente de inmoralidad,  subversión y violencia, y, si bien se beneficiaban de ella,  le oponían un pasado ideal de catolicidad  y moralidad estrictas, aún persistentes en sus regiones, pero  supuestamente  perdidas en el resto de España. Buena parte del clero  desempeñó un papel importante en el auge nacionalista en las dos comunidades.

    

En Vasconia, el PNV mantuvo un intenso antiliberalismo, que,  en una rama de él,  la ETA, concluyó en un revolucionarismo de tipo marxista. En Cataluña la evolución siguió otro rumbo: el nacionalismo liderado por Cambó evolucionó lentamente hacia un regionalismo españolista, y sus contradictorias aspiraciones, imperialistas y emancipadoras de los "pueblos esclavos", derivaron hacia un liberalismo templado. También hubo en Arana una evolución españolista hacia el final de su vida,  pero quedó neutralizada por sus seguidores. El nacionalismo catalán de izquierda, de irregular trayectoria, cuajará en 1931, al fusionarse tres partidos menores en la Esquerra Republicana de Catalunya. Al comenzar la República, la Esquerra desbancó al catalanismo de derecha, y acentuó su nacionalismo hasta, a veces, un  separatismo abierto. La Esquerra  tomó un tinte jacobino,  un liberalismo inspirado en la Revolución francesa, exaltadamente anticlerical y  muy distinto del liberalismo conservador, de raíces más bien anglosajonas, por simplificar de algún modo.

 

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  Repasaré ahora, aunque muy someramente, la historia de estos nacionalismos, transcurrida a través de  cinco etapas generales: el régimen liberal de la Restauración, hasta 1923, la dictadura de Primo, hasta 1930, poco después la República y la guerra, hasta 1939; luego la dictadura de Franco, hasta 1975,   y finalmente la democracia actual.

  

La Restauración permitió el nacimiento,  expresión y   organización de los nacionalismos. Entonces cobró protagonismo sobre todo la Lliga catalana, liderada por Cambó, con el programa de Prat de la Riba: dominar en Cataluña para convertir España en una confederación ibérica e impulsarla a un nuevo imperialismo. Pero el plan se mostró irrealizable. Lejos de dominar Cataluña, los nacionalistas se dividieron, y gran  parte de la  población apoyó a los anarquistas o a los republicanos, mientras que la participación en la política general española  apareció pronto como una necesidad para la derechista Lliga, la cual influyó notablemente en la vida del país y   participó en gobiernos.  Alfonso XIII llegó a ver  en Cambó un posible salvador  de la monarquía liberal.

   

   Con todo, el nacionalismo catalán jugó más bien como disolvente de la Restauración, desestabilizándola a veces, incluso en conjunción con grupos extremistas. Desde la crisis revolucionaria de 1917, el régimen sufrió un progresivo e imparable deterioro, acelerado por el desastre de Anual en Marruecos y el auge del terrorismo. Pero los enemigos de la Restauración, incluyendo al nacionalismo catalán, no ofrecían una verdadera alternativa a aquel régimen. Al final, como reconocerá  Cambó,  "se había destruido un artificio y no se había creado  ni una realidad ni otro artificio que viniera a sustituirlo" (7).

   

Por su parte el nacionalismo vasco desplegó por entonces su propaganda y organización,   desentendiéndose del resto de España. Su historia, en contraste con la del nacionalismo catalán, es más bien doméstica. Surgió en él una tendencia más autonomista, llamada "euzkalerriaca", que relegaba la secesión a un tiempo lejano, y otra  más radical, llamada "sabiniana", pese a la última evolución españolista del fundador.

  

    En 1923 la situación del régimen  se hizo insostenible. Según Cambó, "toda la sociedad española vivía en plena indisciplina ", y los gobiernos y partidos  habían perdido el respeto de la población,  porque no eran respetables. Fue la crisis definitiva, y dio entrada a una nueva época, la dictadura de Primo de Rivera. Esta dictadura,  dice el líder catalanista, fue causada  "por la incapacidad de los poderes constitucionales para cumplir su misión". Más concretamente: "La dictadura española nació en Barcelona, la creó el ambiente de Barcelona, donde la demagogia sindicalista  tenía una intensidad y una cronicidad intolerables. Y ante la demagogia sindicalista fallaron todos los recursos normales del poder, todas las defensas normales de la sociedad" (8). Quedó de relieve, pues, que los grupos antiliberales,  incluyendo a los nacionalistas, habían logrado hacer la vida imposible al régimen que les permitía desarrollarse,  pero no alzar una alternativa frente a él.

  

    Siempre ha habido sospechas de que la Lliga catalanista impulsó o alentó el golpe de Primo. Pero después Cambó rehusó colaborar con la dictadura, aunque tampoco se le opuso, y el dictador  reprimió los nacionalismos. Fue una represión suave, como la sufrida por otros partidos, salvo el comunista y en algunos casos el anarquismo. El PSOE colaboró con Primo. Éste  admitió una amplia libertad de expresión, y no puso obstáculos a la publicación en catalán. Bajo la dictadura,  se pasó de siete a diez diarios en catalán  y aumentó considerablemente la publicación de libros en ese idioma. La célebre  institución del "día de Sant Jordi", con el libro y la rosa,  data también de la dictadura.  En Madrid se produjo un movimiento de apoyo a la literatura y el idioma catalán. En el País Vasco  fue proscrito el PNV, pero no la Comunión nacionalista, algo más moderada (9). 

  

   La resistencia u oposición nacionalista a la dictadura de Primo fue prácticamente nula, aunque hubo en Cataluña lo que algunos,  exagerando mucho, han llamado "nacionalismo insurreccional", materializado en algún proyecto de atentado contra el rey, fácilmente desarticulado, y, sobre todo, en el suceso de Prats de Molló, preparado  por Macià. Éste era un personaje apasionado y teatral, antiguo coronel muy españolista, convertido al secesionismo. Formó el partido Estat Catalá, y buscó apoyo en Moscú. Pero protestaron varios ricos catalanes emigrados en América, que le pasaban fondos, y el fogoso ex coronel hubo de distanciarse de los comunistas. Reclutó entonces un grupo de nacionalistas,  anarquistas e italianos, a quienes concentró en noviembre de 1926 en Prats de Molló, cerca de la frontera,   con el supuesto fin de invadir Cataluña y arrastrar a la población a la lucha. Arrestados sin problema por los guardias franceses,  el juicio subsiguiente en París sirvió para promover un gran escándalo contra  la España "negra" e "inquisitorial".  En conjunto puede decirse que el nacionalismo en Cataluña, o en el País Vasco, apenas molestó a la dictadura y ésta tampoco lo reprimió gran cosa.

  

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comentarios
1 Gogol, día

El principio de las nacionalidades enunciado por Pasquale Mancini hacia 1850 es el antepasado más directo de la primera formulación literal del derecho de autodeterminación. El principio de las nacionalidades defendido por Mancini, jurista italiano, se basa en que "los sujetos del Derecho Internacional deben ser naciones étnicamente diferenciadas que, en función de su especificidad étnica, tienen el derecho irrefutable a dotarse de su propio Estado".

2 hguagnin, día

Sr.Moa, mi comentario sólo se refiere a que su artículo sobre los nacionalismos aparece en esa pág.web con las palabras cortadas en el margen derecho; si bien muchas palabras pueden "captarse", no deja de ser un inconveniente, pues mi propósito era pasarlo a gente que interesa el tema. Gracias

3 sigoempe, día

Enlazando con mis comentarios del hilo anterior. En la asamblea socialista de la puerta del sol, parecen estar escribiendo el futuro de España, un nuevo regimen y el gobierno encantado de que varias docenas de personas ( que no son mas las que han organizado el boteellon politico, el resto es gente que va al botellón)le digan que hay que acabar con el regimen semidemocratico que sufrimos, para llevarnos al paraiso de la dictadura socialista. Es curioso que el gobierno veas estas propuestas con tan buenos ojos, cuando solo bienen de varias docenas de personas y unos miles de ciudadanos que están de botellón. Digo que es curioso porque la madre de Sandra Palo, ( y sumarido) y los padres de otras victimas de menores han llevado al congreso mas de un millón de firmas para acabar con el crimen de la ley del menor y OH casualidad al gobierno le ha importado un pito. En las concentraciones de Alcaraz hemos ido cientos de miles de personas, pero para el gobierno nuestro opinión le importa un pimiento. Y si que es curioso que el gobierno esté encantado con varias decenas de personas en la puerta del Sol que planean acabar con la poca democracía que hay en España. Quien no quiera ver que el PSOE está utilizando el descontento popular para asesinar por la espalda la constitución del 78 y convertirnos a todos en esclavos es que no se entera o no se quiere enterar de nada. El 11M inizio la destrucción de España El 15 Mayo pretende terminar lo que se comenzo con el 11M

4 Lluvioso, día

Esa batalla de información al exterior es algo que nos están ganando los proetarras, sobre todo en sudamérica. Hacen propaganda, engañan, dan la visión de un heroico movimiento romántico (con la cantidad de crímenes que llevan encima) y España no se mueve. Sorprende saber la cantidad de conferencias y las ideas que inculcan en esos paises. Supongo que correspondería a Exteriores movilizar información para una campaña que de no ser así tienen ganada los asesinos.

5 sigoempe, día

Votar a Esperanza Aguirre= Ahorro y honradez Votar a Rajoy o Gallardón = Votar al psoe Rajoy ha aprobado casí todas las leyes socialistas que están destruyendo España.

6 sigoempe, día

El voto de la rebelión civica = voto en blanco. sobre vacio MARIANO, CON MI VOTO NO!

7 1132CPCF, día

IN MEMORIAM: No olvidar lo inolvidable ETA asesina a los policías nacionales Máximo Díaz Bardera y Francisco Rivas López 21 de Mayo de 2011 - 09:10:01 - M.J. Grech http://blogs.libertaddigital.com/in-memoriam/eta-asesina-a-los-policias-nacionales-maximo-diaz-bardera-y-francisco-rivas-lopez-9670/

8 1132CPCF, día

11-M Manifestación monográfica y unitaria Gabriel Moris Creo que las víctimas y los ciudadanos que nos sentimos engañados no tenemos otra alternativa que exigir públicamente lo que durante siete años se nos oculta. http://www.libertaddigital.com/opinion/gabriel-moris/manifestacion-monografica-y-unitaria-59049/

9 Hegemon1, día

La verdadera revolución del 22M:ASTURIAS El PP busca conseguir feudos tradicionales del PSOE. Los socialistas no tener un descalabro que les fuerce a anticipar las elecciones generales. Pero lo que puede significar un buen revolcón para la casta política de la partitocracia es el resultado que hoy salga de las urnas en Asturias. He podido comprobar en estas ultimas dos semanas que Cascos mueve a gente de muchos colores. Ayer incluso gente de CCOO y de IU decían que iban a votar a Cascos. No se si será verdad pero la inclinación es esa en Asturias. Leído su programa no puedo más que catalogarlo de ambicioso y un poco a lo Esperanza Aguirre, con algo menos servilismo anglosajón pero realista. Pero si pone en marcha su programa será un cambio radical para una región que ha pasado de ser un motor a una remora de España. Cascos, por lo que he visto, pretende volver a competir y que Asturias no llore sino que vuelva a ser un motor. Algunos podemos ver un cierto regionalismo astur, pero en el fondo no es más que una reivindicación del potencial asturiano no para sólo pedir ni llorar por un nacionalismo nuevo sino para que Asturias salga del ostracismo y vuelva a salir adelante por Asturias y por España. No veo mal la competencia sana entre regiones. He dicho sana que signifique el avance de España. Hasta ahora la comptenecia y las reivindcaciones han sido por ver quien más llora para llevarse lo máximo que se pueda del pastel. Atentos pues a lo que pase hoy en Asturias porque si se demuestra que si aparecen nuevos partidos políticos defendiendo nuevos programas con principios y valores y con ideas claras, esto puede ser más peligroso que unos cuantos perroflautas secundados por la izquierda radical y por ETA.

10 lead, día

[La "vanguardia revolucionaria" (de IU) aplica el guión: Asamblea del Pueblo de Madrid (Soviet de Madrid) con vistas a ¿una Asamblea Constituyente?] ["La historia ocurre como tragedia y se repite como farsa", Karl Marx] "Indignados" de Sol: Próxima constitución de la Asamblea del Pueblo de Madrid, tras las Asambleas de barrios, pueblos y fábricas: ...el movimiento ha convocado para el próximo 28 de mayo asambleas populares en las plazas de cada barrio, pueblo o región de Madrid, a las que invitan a todos los vecinos a sumarse para debatir y elevar sus propuestas. Pretenden extenderlo a toda España. El objetivo de esta convocatoria, dicen, es crear un "espacio local de propuestas, de convivencia y reflexión" y que un día después, el domingo 29, se reúnan todas las asambleas en la Puerta del Sol para construir la Asamblea del Pueblo de Madrid. http://www.libertaddigital.com/nacional/2011-05-21/los-indignados-decididos-a-ocupar-sol-de-manera-permanente-1276424101/ Es decir, se va a la creación del equivalente celtibérico del "Soviet de Petrogrado" (San Petersburgo), presente ya con fuerza en la Revolución de Febrero de 1917: El régimen naciente resultó de una alianza entre liberales y socialistas, creando un ejecutivo elegido democráticamente y una asamblea constituyente. (...) ...reaparece el Sóviet de Petrogrado, una organización popular que había hecho su primera aparición durante la revolución rusa de 1905. La aparición de los soviets crea una situación de poder dual difícil de articular, ya que ambos organismos pronto competirán por el poder, llevando al país al caos administrativo. http://es.wikipedia.org/wiki/Revoluci%C3%B3n_de_Febrero Ocho meses después tenemos la Revolución de Octubre; Kerenski, jefe del Gobierno Provisional, logra salir de Petrogrado: http://es.wikipedia.org/wiki/Revoluci%C3%B3n_de_Octubre Claro que la idea de la "vanguardia revolucionaria", http://es.wikipedia.org/wiki/Vanguardia_revolucionaria esa gente de IU y adláteres que está manejando el cotarro de Sol, puede que sea preparase para una Asamblea Constituyente (como la que, al poco de nacer, se cargó Lenin en Rusia) como la que resultó del desbarajuste de los Estados Generales de Mayo y Junio de 1789 en París o de la Revolución de Febrero de 1917 en Petrogrado, asamblea citada más arriba. Los neo-bolcheviques de IU (comunistas,al fin), que mantienen vivo en kaosenlared y sitios Web similares el recuerdo de la historia soviética, conocen bien el guión de Lenin...y parece que han decidido que se dan las "condiciones objetivas" para aplicarlo aquí y ahora. Claro que, en ausencia de un "objetivómetro", las "condiciones objetivas" se evalúan siempre y necesariamente de forma subjetiva, confundiendo deseos con realidad objetiva. En tal situación, si la evaluación de las "condiciones objetivas" no es la correcta, nos encontraríamos con aquello que dijo Marx: "La historia se produce como tragedia y se repite como farsa" Por ahora, mi opinión es que estamos ya en plena farsa. Zapatero-Kerenski sigue, por el momento, en La Moncloa

11 sigoempe, día

He oido en intereconomia que Pedro J . estaba dando en tuiter sondeos de las elecciones . Por favor sabeis de alguna web que esté dando sondeos. Gracias. No tengo cuenta en tuiter no se si podre ver lo de Pedro J.

12 solapado, día

Por cosas como estas está la gente indignada: http://www.libertaddigital.com/nacional/2011-05-22/detienen-a-un-interventor-del-psoe-por-robar-una-pda-a-un-municipal-1276424128/ http://www.diarioinformacion.com/vega-baja/2011/05/22/cinco-denuncias-apoderados-e-interventores-pp-coacciones/1130095.html http://www.nacionred.com/partidos-politicos/intereconomia-emite-una-cuna-publicitaria-del-pp-el-dia-de-reflexion

13 solapado, día

#11 sigoempe Puesdes ver el twitter de Pedro J. aquí: http://twitter.com/#!/pedroj_ramirez

14 sigoempe, día

Gracias solapado .

15 sinrocom, día

¿Por quien nos tomas, solapado? Desde ahora en adelante, se podra montar un jardincito con sus matas de tomates y papas, en cualquier punto de España. No hace falta que el terreno sea tuyo ni que tengas perpiso para hacerlo. Aqui la unica indignacion, es el daño que la izquierda ha hecho a este pais. Y por lo visto, la cosa solo acaba de empezar.

16 comino, día

Nunca se insistirá bastante en el carácter racista de ambos nacionalismos. Serviría aprenderse de memoria algunas de las tiradas racistas de Arana o Prat de la Riba para ilustrar las conversaciones que sostengamos con gente que desconozcan la verdadera naturaleza de estos nacionalismos. No sorprende para nada que muchos medios anglos, entre los que la BBC brilla con luz propia, compartan y divulguen el racismo antiespañol. También tendríamos que recordar siempre que la riqueza de estas regiones no le debe nada a los nacionalistas; también que la naturaleza de estos nacionalismos se desconoce en gran medida en toda España por la cobardía, la estupidez y la vagancia de políticos, periodistas e intelectuales. A esa gentuza nacionalista, en Cataluña, a los que podríamos denominar como “catalufos o catalinos”, se le entregó nada menos que la enseñanza, el instrumento fundamental para mentir y envenenar. De cuando yo estudiaba en el instituto de bachillerato “Margarita Xirgu”, en Hospitalet de Llobregat, recuerdo tal cantidad de mentiras e invectivas contra España, tanto desprecio e ignorancia, tanto fanatismo basuriento, que sorprende la fortaleza de la idea de España y de un sentimiento nacional español, que ni siquiera bajo tantos ataques ha cedido todavía. Por eso hay que hacer llegar a todo el mundo, en la medida de nuestras fuerzas, qué son realmente los nacionalismos vasco y catalán, o cualquier otro que prenda con fuerza, para combatirlos.

17 comino, día

Un buen ejemplo de mentira catalanista, mencionado por Pío Moa, y que ha triunfado en la enseñanza y en la imaginación colectivista y nacionalista, es la estúpida y ridícula idea de que el gótico, pero sobre todo el románico, es típicamente catalán, como si el resto de España no hubiera participado de estos movimientos artísticos, o como si hubiera participado pero no fueran esenciales, quintaesenciales cabría decir: así, la mezquita de Córdoba o la Alhambra de Granada, en Andalucía, demostrarían esta aserción catalanista. Cuando la realidad es que estos dos monumentos, aun si enormes y muy bellos, no son más que residuos del Islam tolerados por los cristianos, que albergan a su vez dos grandes joyas del arte cristiano, la catedral de Santa María y el palacio renacentista de Carlos I respectivamente. En Andalucía esa mezquita y ese palacio no son más que un pequeñísimo resto musulmán ante la avalancha del inmenso legado románico, gótico, renacentista y barroco que configura Andalucía. En fin, mentiras y distorsiones muy fáciles de desmontar pero que, ante la nula contraofensiva, se vuelven dogmas de fe.

18 lead, día

[Las buenas intenciones] «Muchos somos inexpertos y nos da miedo salir a la luz pública y luego meter la pata». http://www.abc.es/20110522/espana/abci-nacio-movimiento-201105220247.html Pues la han metido, hasta el zancarrón. En este artículo se cuenta lo que es ya sabido: que la iniciativa de lanzar las movilizaciones de "Democracia real, Ya" se articulan cuando se quiere protestar contra todos los partidos que han apoyado la "Ley Sinde" (es decir, todos) que limita las descargas gratuitas de Internet. Pero con esa buena intención, se lanza un movimiento que, rápidamente, es secuestrado y controlado por los expertos del "agitprop": los comunistas de IU y alrededores (que han perdido el tren de la Historia y están en el basurero de idem pero que, inasequibles al desaliento y aprovechando que gran parte de la gente, desde la caverna Paleolítica, nunca se entera de nada, se hacen con el movimiento para intentar --y ya va para casi 100 años-- torcer el rumbo político-económico de la sociedad hacia destinos comunistoides, ese de la "sociedad sin clases y donde la abundancia permite vivir sin trabajar"...por lo menos a los jefes. En Iberoamérica les sigue funcionando; así están como están, con las excepciones de Chile, Colombia y algún otro. ¿Seguiremos nosotros el rumbo de Argentina, Venezuela, etc.? ¿o de Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha, en España?