Lo prometido es deuda: aquí está la versión escrita del balance que tuvo a ¡muy bien! hacer Carmen Pulín Ferrer de ésta nuestra segunda temporada. (Gracias, amiga; de corazón de melón).

Llega el cierre del ejercicio y, con él, el momento más temido por muchos: la presentación y aprobación de las cuentas anuales. LD Libros, como empresa seria y respetable que es, no podía ser la excepción. Así que aquí tienen ustedes el balance, señores miembros de la Junta General de Oyentes–Accionistas (no metemos la cuenta de pérdidas y ganancias ni la memoria, que tampoco hay que pasarse ni nos van a auditar, ¿no?).

BALANCE

ACTIVO

Oyentes:

Contarlos sería una hazaña: LD Libros es un programa innovador y multiplataforma que se puede seguir por radio, TDT, Internet, iPhone, podcast, en (falso) directo, redifundido y hasta en retransmisión comentada por Facebook. Sin embargo, a juzgar por el ruido que mete, la audiencia se antoja numerosa, indiscutiblemente activa y de lo más participativa y follonera, dicho sea sin la menor acritú. Especialmente cómplice es esa secta constructiva, la tropa feisbuquera, camino ya de los 1200 especímenes.

Colaboradores:

–– Fijos, como la gran Gina Montaner, que nos ha llevado de viaje sin movernos del sofá; sin tener que cargar maletas, soportar inspecciones en aeropuertos ni sufrir el síndrome de la clase turista. Gracias, Gina.

–– Semifijos, como el enorme Justivir, cuyas excelentes audiorreseñas han creado escuela y animado a seguir sus pasos a cada vez más amigos del programa. (Entre paréntesis, las audiorreseñas son uno de los grandes aciertos que nos ha traído el cambio de tele a radio).

–– Ocasionales, como los oyentes dispersos por el mundo que nos han contado lo que se lee en sitios tan exóticos como Abu Dhabi o tan salvajes como Bruselas. Siempre interesantes, pese a la algo descorazonadora conclusión de que el danbrownismo es la plaga literaria más extendida del siglo XXI.

Entrevistas:

La sección estrella del programa. Todas han tenido algo especial. Interesantes, amenas, divertidas, polémicas, conmovedoras... Hasta en las raras ocasiones en las que el entrevistado ha dado poco juego, los entrevistadores lo han compensado con creces con su entusiasmo y profesionalidad. Hemos disfrutado del maestro Montaner, de Rodríguez Braun, de César Vidal, de Vázquez-Rial, de Luis del Pino, de Trapiello, de Pío Moa, de Loquillo, de Florencio Domínguez, de Javier The Boss Rubio... Y hasta de un premio Cervantes, José Jiménez Lozano. Para la próxima temporada habrá que mantener el nivel, que nos malacostumbráis.

Equipo técnico:

De eficiencia germana y paciencia benedictina. Se merece un mes extra de vacaciones pagadas, aumento de sueldo y la medalla de sufrimientos por la patria radiofónica.

Varios:

La música. El humor. La complicidad. La selección de los libros reseñados. Los premios. La forma de implicar a la audiencia y de hacer que sintamos que todas las opiniones cuentan. Como dice el anuncio, todo eso no tiene precio.

PASIVO

Duración:

El programa se hace muy, demasiado corto. Media hora más permitiría que las entrevistas no tuvieran que quedarse a medias (algo siempre peligroso), incluir alguna sección más, o unas reseñas menos aceleradas (ejem). En fin, insistiremos; a veces a los pesados nos hacen caso, siquiera para que dejemos de dar la tabarra.

Imagen:

La mayor pérdida que ha traído el paso a la radio, claro. Nos gustaría ver al Trío Resplandor, los libricos, a los invitados...pero la radio ha traído, a cambio, mayor participación de la audiencia; flexibilidad; grandes entrevistas telefónicas; un espíritu más gamberrete, quizás, lo que se agradece en un programa cultural. Diría que, salvo la imagen, se ha conservado todo lo bueno de la tele y se ha ganado mucho.

Blog:

Como han comentado las autoridades, el FB le ha quitado un poco de participación. Últimamente parece reanimarse, pero habría que darle vidilla en los comentarios. Venga, tropa, que no se diga que somos tímidos y silentes. Y aquí sí se puede repicar (en el Facebook) y estar en misa (el blog). Cada medio tiene su ocasión.

NETO

El capital social es exclusivamente humano (o de apariencia humana, al menos) y lo constituyen, principalmente, tres peligrosos individuos. A saber:

–– Carmen Carbonell, alias Miss Greta Carbo. Presentadora del invento. Impone el orden, marca los tiempos, entrevista con ingenio y agudeza, reseña ocasionalmente (¡queremos más!) y silencia regularmente al director en sus arranques líricos. Paciente, alegre, llena de talento y entusiasmo, su "Hola, ¿qué tal?" es esperado como el maná por sus seguidores, que son legión. Cuando habla, podemos sentir cómo Carmen sonríe al otro lado de las ondas y, por supuesto, hasta el más sieso le devuelve la sonrisa.

–– Víctor Gago, alias el Tito Víctor, aunque realmente le pegaría más Lord Gago. Uno de los pocos seres humanos que consiguen que la ironía funcione en la radio. Entrevista con tal elegancia que el entrevistado saldría encantado aunque le dijera que su libro no sirve ni para calzar una mesa coja, cosa que no hace (por más que alguno lo haya merecido) porque es un caballero de los que no quedan. Sus reseñas serían poesía aunque lo reseñado fuera un catálogo de ferretería. Y su Prosa Victoriana pide a gritos una recopilación en volúmenes ilustrados y encuadernados en piel de topo, que tiene fama de ser muy fina.

–– Mario Noya, alias el Tito Mario. Fuerza de la naturaleza que dirige el cotarro; regala libros previa pregunta más o menos imposible (según se haya levantado ese día); reseña con pasión, ingenio y un conocimiento abrumador; canta con entusiasmo; no baila porque Miss Carbo no le da bola; saca a pasear a los leones de cuando en cuando para regocijo de la audiencia; entrevista con desparpajo, profesionalidad, humor y rigor "a la misma vez". De propina, nos deja un aforismo para que lo vayamos rumiando hasta el siguiente programa.

Y, no se sabe por qué extraño vicio, renuncia a una hora de su sábado sabadete para ciberretransmitir el programa en el muro de Facebook, donde sus afortunados fieles disfrutan como enanos comentando todo lo comentable (y hasta lo no comentable) durante una hora que siempre, siempre, se hace corta.

Con todo esto, señores/-as/-os, el balance queda cuadrado y el ejercicio, redondo. Hasta la próxima Junta General, en septiembre, queridos miembros del Consejo de Administración y compañeros accionistas. Felices y literarias vacaciones.

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En él último programa de la temporada, Belén González nos habló largo, seguido y en modo entusiasta de unos cuantos libros buenos para renacuajos, niños ya más crecidos y hasta, ¡oh, no, horror!, preadolescentes. ¿Lo quieren también pasado a limpio? ¡Faltaría más! Sus deseos, si no se nos suben a la parra, que tampoco es plan, son órdenes:

De 0 a 3 años

–– Colección Deditos, Edelvives, 2002.

Libros de pequeño formato con los que se puede cantar canciones tradicionales. Las páginas vienen con unos agujeros para que los niños puedan meter en ellos sus deditos, de ahí el título de la colección. Algunos títulos: Cinco lobitos, Tengo tres ovejas, Don Melitón tenía tres gatos , Debajo un botón, Los pollitos dicen pío.

–– ¿Puedo mirar tu pañal?, Guido Van Genechten, SM, 2009.

Un ratón muy curioso se va encontrando con diferentes animales y les pregunta si les puede mirar el pañal. El niño podrá descubrir lo que hay en el pañal de la liebre, la cabra, el caballo, la vaca...y se llevará una gran sorpresa cuando mire lo que hay dentro del del ratón...

De 3 a 6 años

–– Nadarín, Leo Lionni, Kalandraka.

Un bello álbum ilustrado para educar el gusto estético de los pequeños y una bella historia en la que se narra cómo el pececillo Nadarín, a pesar de perder a sus hermanos, es capaz de recuperarse y hacer frente al gran pez.

De 6 a 8 años

–– Sopa de ratón, Arnold Lobel, Ekaré 2003.

Un libro para primeros lectores. Mirad lo que dice la contraportada:

Ratón leía apacible, cuando repentinamente lo atrapó una hambrienta Comadreja. Ésta se lo llevó a su casa. Ya estaba lista parar preparar una sabrosa sopa de ratón... cuando desde el caldero Ratón le advierte: "Para que una sopa de ratón tenga un rico sabor hay que echar cuentos". Y así, Ratón comienza a contar cuatro exquisitos cuentos.

De 8 a 11 años

–– Historia de Nadas, Andrés Barba, Siruela, 2006.

La historia tiene lugar en un pueblo donde nunca pasa nada, de ahí su nombre: Nadas. Pero un día se apagan las estrellas y el alcalde elige a tres de sus habitantes para consultar a los tres sabios y que éstos les ayuden a encontrar una solución.

11 a 13 años

–– Historia de un segundo, Jordi Sierra i Fabra, SM, 2010. Premio Barco de Vapor.

Es una historia de amor entre un aprendiz de médico maltratado por su amo y una niña bien que va a veranear a su pueblo. Sus diferencias sociales les impiden acercarse, sus miradas apenas se han cruzado un segundo, pero será suficiente para iniciar una romántica historia de amor.

De 13 años en adelante (también para adultos)

–– Desencuentros, de Jimmy Liao, Barbara Fiore Editora.

Tanto el texto como las ilustraciones conquistan desde el primer momento. Es la historia de dos vidas que son paralelas... hasta que dejan de serlo.

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Más lecturas: ahora, en pleno agosto duro de pelar, Hornby en Nochevieja: En picado.