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Starbucks

Hola. Cómo se parece ese menda al laureado poeta José Manuel Caballero Bonald. Tate: ¡pero si es el laureado poeta José Manuel Caballero Bonald! Aunque no sé, igual me confundo. Todos los viejos se parecen. Todos los poetas laureados se parecen. Palpa la mesa por debajo. Desde aquí, observo cómo la explora a tientas, como si buscara un lugar para pegar un chicle o un moco. El viejo y laureado poeta es un guarro. Hay un aviso en cada mesa. Cuide sus pertenencias. Cuélguelas del gancho. Palpo la mesa por debajo. Tiene un gancho. No es un guarro, sólo es un poeta realista buscando el gancho.

Llegan con café a la mesa del viejo. Un pibón pelirrojo de unos 30 con dos tazas, de las que no te puedes llevar pero todo el mundo se lleva. De la del viejo sobresale una nata espolvoreada de algo marrón. El pibón se sienta a su lado. Un aire a Julian Moore en la escena de la farmacia, de Magnolia. Como a punto de estallar. El viejo laureado encuentra al fin el gancho. Su mano pecosa y llena de venas y huesos es el gancho, su garfio oxidado ensartando la rodilla de Julian Moore a punto de explotar. Cuide sus pertenencias. La poesía de la experiencia ha muerto, viva la poesía del palpo.

Suena Across de Universe y voy recorriendo a su ritmo desmañado los labios temblorosos y lilas del viejo, la barba espartana o etrusca copiada de alguna urna funeraria reproducida en una enciclopedia antigua, las comisuras húmedas y pardas como barbas de ballena, los ojos velados por un almíbar de usura, el cabello pastueño y cenizo aplastado hacia atrás, una floración por la frente de pecas apelmazadas de células muertas. Tengo que dejarlo cuando hunde el bigote en la nata o creo que potaré aquí mismo.

Mis dos amigas siguen liadas con el examen de Patología del jueves. ¿Estás o no estás? Tierra llamando a nave espacial. Buenas estudiantes, laboriosas, responsables a su manera. Quieren terminar, hacer el MIR, entrar en el sistema público de Salud, tener un hijo, dos como mucho, casarse o mejor no. Inglaterra es una buena salida, si las cosas se ponen feas. Allí piden médicos y enfermeros. Van al British Council, pronto pasarán la prueba del First Certificate. Todo el día con la gramática y la patología. Votaron a Zapatero y no saben si volverán a hacerlo. Se quedarían en casa antes de votar al PP. Por ahora, les da igual la crisis. Trabajan por horas en Opencor y en Vips. Comparten piso cerca de Cascorro. Educación para la Ciudadanía les chupa un pie. La falta de libertad en Cataluña y el País Vasco les suena a chino. El aborto es decisión de la mujer, aunque objetarían si les tocase practicarlo. No leen ABC, ni La Razón, ni El Mundo, ni LD. La COPE es de marcianos. A veces echan una ojeada al País de las Tentaciones y a Cosmopolitan. Poca tele, aunque les gusta Pablo Motos en El Hormiguero. Sacan buenas notas. Son responsables a su manera.

¿Estás o no estás? Vuelo across the universe en brazos de Fiona Apple. Todo parece a punto de explotar. Leí en alguna parte que un negro de Bush le escribía los discursos sentado en un Starbucks. Planeo sobre el viejo poeta laureado o su doble que babea en pleno monólogo de ojos lascivos frente a su bisnieta incestuosa y pelirroja. Casi puedo oír esa voz engolada y lastimera, esa mala imitación de Cernuda con la que declama sus versos de mierda delante de la progresía analfabestia y mentirosa que lo aclama, lo premia y lo mete en el canon, con un par. Una familia toma asiento, se reparte en sillones de orejas. Bolsas de compras caras, calle Orense un sábado a las seis, hambre de muffins de chocolate y que le pongan mucha nata al expreso. Para mamá un café descafeinado. ¿Qué discurso puede escribirse sobre España un sábado por la tarde en este café donde cabe el universo entero de la esclavitud satisfecha, la ignorancia y la vanidad decrépita? España me pone violento. Una furia quieta, sin esperanza. Un odio contemplativo, ardiendo hacia adentro. Me da cien patadas volver el lunes a la rutina de grabar el programa de libros, ir a tertulias a decir tonterías y reencontrarme con mis colegas como si algo de todo esto tuviera remedio o lección. No hay salida de este café, todos estamos encerrados como en la película aquella de Buñuel. Ni siquiera soy capaz de llevarme la famosa taza que todo el mundo roba.

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comentarios
1 rmlf, día

¿y?

2 Erbilyos, día

¿Caballero Bonald en un Starbucks, con un pibón pelirrojo que podría ser su nieta? Hummm... ¿Qué pasará si descubre que su pelirroja lee a escondidas a algún autor "ideológicamente detestable"? No sé... ¿la regañaría dulcemente? ¿haría la vista gorda? Yo cada vez salgo menos si no hay necesidad. Y seré igual de sincero: no me gusta ver a mis paisanos, vivir entre ellos, trabajar para ellos. A mí también me pone violento ver tanta burricie a mi alrededor. Me revienta ir con un par de amigos a tomar tranquilamente unas copas y tener que pagar la consumición a un barman que exhibe un cartel en defensa de la dictadura cubana en su local. Ir a comprar ropa se ha convertido en una tortura para mí. Hace ya tiempo que no me molesto en hacer nuevas amistades: soy un marciano para casi todo el mundo. En la última semana que quitado tres blogs de mis favoritos por las chorradas que tengo que leer. Soy asiduo del diario de Arcadi Espada y hoy mismo he tenido que soportar estoicamente que me llamara "ladrón, inculto, listillo, matón y caradura" por descargarme películas de Internet. No es que el mundo haya cambiado a peor. El que ha cambiado soy yo. Cuando llegué a Madrid hace cinco años me encantaba pasear por la Gran Vía. La Gran Vía sigue siendo la misma (con algunos andamios de más o de menos) pero ya no me gusta pasear por allí, ni por la calle Fuencarral, que antes me atraía por su vitalidad. Madrid ha terminado por convertirme en un misántropo. Mira, Víctor: disfruto con vuestro programa de libros, al menos de momento, así que no vayas tanto por Starbucks, no vaya a ser que a tí también te dé un ataque definitivo de misantropía y te retires a tu torre como Montaigne.

3 kabardin, día

En cuanto a Arcadi Espada,todo el mundo tiene derecho a equivocarse y decir tonterías de vez en cuando,pero lo de la “inteligencia ajena” no ha estado nada bien. ¿De donde cree él que viene la suya?,de la que por cierto me complazco en disfrutar a menudo y gratuitamente. En cuanto a las descargas gratuitas,si no fuera por ellas muchas personas no harían el esfuerzo económico de utilizar la red. Siendo ésta la única oficina de reclutamiento eficiente con la que contamos “los criticadores”, cualquier otra consideración pasa a ser secundaria.

4 kabardin, día

#3...y queda subordinada a las exigencias del servicio,por supuesto.

5 vikinga, día

Hola.Es mejor que no vuelvas por el Starbucks, te sienta fatal y aunque los locales son agradables,la verdad es que el café no es muy bueno, ni con la dichosa taza. ¿O lo que te sienta mal es la vuelta al trabajo? Hace algunos años yo era como tus amigas las futuras médicos, digamos despreocupada. Hasta que llegó un momento en que me harté, y empecé a preocuparme, y entonces encontré LD, a ti y a tus colegas diciendo "tonterias" en las tertulias y creeme, ha sido muy revelador. Y ahora compartir lecturas, me encanta. Por si te sirve para animarte...

6 matmat, día

Víctor si era un pibón y ¡pelirroja! deberías haber llamado a M Noya!!

7 Zuhoerer, día

Hola, hola hombre Gago... en fin... ahí has metido el dedo en la llaga en la sociedad que tenemos actualmente... ... en el último hilo no dije nada porque no había visto la peli ni... ... que no tengo tiempo pa na... hasta mañana no?