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Apreciado lector: no fui capaz de tratar como se merece este hermoso libro en el último programa de LD Libros, debido a mi torpeza para glosar su calidad artística en 3 minutos y 10 segundos de reseña. Le ruego que acepte mis disculpas y considere esta entrada como una humilde prueba de resarcimiento al libro y a Usted.

Cuatro hermanas, de Jetta Carleton. Novela. Traducción de María Teresa Gispert. 412 páginas. Libros del Asteroide, 2010.
 


El título original de esta novela publicada en 1962 es Moonflowers vine, algo así como "Enredadera de flores de luna". Si le han puesto Cuatro hermanas a la edición española, supongo que será porque la traducción literal les habrá parecido ñoña. Sospecho que el editor deseaba evitar que el lector confundiese esta agridulce historia de una familia rural de Misuri con una novela de Bárbara Cartland o de Isabel Allende. La alternativa escogida, sin embargo, tiene dos inconvenientes: sortea la cursilería para abrazar la insignificancia y, lo más grave, prescinde de una imagen clave, que expresa la delicada estructura de la novela como una enredadera cuyos personajes van abriéndose y cerrándose, hablando y callando, iluminándose unos a otros; como esa especie floral, la Ibomea alba, que se abre al anochecer y aparece en el título original.

La historia de Cuatro hermanas es la de una familia de un pueblo granjero de Misuri, en el corazón de Estados Unidos, entre finales del siglo XIX y los primeros años de la década de 1950. Familia conformada por Mathew, el padre, Callie, la madre, y las cuatro hijas: Leonie (la mayor), Jessica, Mathy y Mary Jo. El relato arranca un verano de principios de los años 50, con los protagonistas disfrutando de la tradición de reunirse y pasar juntos unos días de vacaciones en la granja familiar, a las afueras de Renfro. Mathew y Callie tienen más de 70 años y viven solos, enteramente dedicados a la prosperidad doméstica: la tierra, el ganado, la casa. La voz que nos habla es la de Mary Jo, la menor de las hermanas, 29 años. Vive en Nueva York, trabaja en una agencia de publicidad, tiene un MG rojo, descapotable, y, al igual que a sus hermanas, se le ocurren muchas maneras mejores de pasar las vacaciones que volver a casa, comer hasta reventar, cuidar de las gallinas, pelar manzanas, bañarse en el arroyo, ir a los oficios religiosos y ser tratada como una niña por su madre. La acompañan Leonie y su hijo Soames, recién alistado en la Fuerza Aérea y a punto de embarcarse hacia la Guerra de Corea, una decisión que ha contrariado la ilusión de su madre de que llegue a ser un barítono famoso; está, además, Jessica, la soñadora, resignada a una "vida corriente de mujer de mediana edad". De Mathy, la hermana rebelde, sabemos escuetamente que falleció.

He aquí una familia rural americana, una de tantas. Padres tradicionalistas y abnegados, hijos complacientes y comprensivos aunque dispersos por los afanes, el recuerdo de una herida. Una familia unida por el amor de sus integrantes y la Fe de sus padres. Las labores del campo, el conocimiento de la naturaleza, la rutina doméstica marcada por el ritmo de las estaciones, los salmos al Dios providente y misericordioso... Todo lo que se repite, todo lo que gira, se oculta y vuelve en la ceremonia de dar vida funciona en esta novela como suelo fértil para el amor de estos personajes. La naturaleza y sus ofrendas tejen una robusta enredadera que une a los miembros de la familia. Aunque les da pereza hacer la maleta cada verano para regresar a la granja, una vez allí, las hermanas suspenden el tiempo y dejan de ser fragmentos dispersos para ser vida vuelta a nacer, belleza, unidad recobrada. Como esa enredadera cuyos capullos se abren una noche al año, los personajes de esta familia florecen con su propia gota de rocío, su vida propia, en una parra frondosa de fuertes raíces. En esta novela de delicada estructura vegetal, la naturaleza se manifiesta como un milagro que maravilla y sana.

Cada capítulo está dedicado a un miembro de la familia. Si en el primero hemos visto la floración de la enredadera en la noche, en los capítulos siguientes observaremos detenidamente cada flor con su propio secreto, su gota de rocío. Cambian la voz y el punto de vista. Ya no es Mary Jo quien nos habla. Ahora la historia fluye a través de una voz impersonal que va cambiando de punto de vista. El tiempo avanza y retrocede: saltamos de 1950 a 1896, para conocer al joven Mathew, luego a 1910, 1930, 1950, y, de nuevo, a 1930. La estructura de la novela representa esa enredadera pegada al tiempo que florece en el crepúsculo de la vida, y lo hace sólo para sanar. Son muchas, y profundas, las heridas que esta naturaleza nos va desvelando. Seres queridos que mueren, infidelidades, desamores, contradicciones, sueños malogrados, crisis de fe, pasiones inconfesables... Cada flor de la noche lleva dentro su gota de sufrimiento o de culpa. La más hermosa de todas, la imaginativa e inquieta Mathy, siempre leyendo a Shakespeare, siempre subiendo a los árboles de noche, huida por amor con un aviador acrobático, es también la que entrega su vida, la que se consume en el mundo por puro amor.

Una voz impersonal, externa a los personajes pero que mira a través de sus ojos, es la mejor consejera para no juzgarles. En esta novela, los vemos engañar y engañarse, sufrir y dañar, sentir deseo y culpa al mismo tiempo, sin que la voz que nos cuenta la historia caiga en la vulgaridad de censurarles o compadecerles. Tal vez por eso resulta tan conmovedora: porque la luz del amor que brilla en cada una de las flores blancas de la enredadera de esta granja familiar sólo se cumple enteramente en las sombras de la noche.

"Amo tu mundo", le dice Callie al buen Dios, al contemplar uno de sus regalos en la naturaleza, una garza blanca entre la luz verde de los sauces. La naturaleza, en esta novela, es la cuarta o la quinta hermana, y también el vehículo y el lenguaje fundamental que usa el amor para redimir. Lo que nos dice este relato de delicada estructura y compleja unidad vegetal es que, sea cual sea nuestro secreto doloroso o culpable, Dios nos ama y lo manifiesta en los pequeños dones naturales: la familia, la belleza, el perdón, las flores...

La señora Jetta Carleton sólo publicó esta novela. Nació en Holden, Misuri, en 1913 y falleció en 1999. Como en todo arte verdadero, hay un origen personal inequívoco en Moonflowers vine. También la señora Carleton se crió en una granja junto a sus hermanas mayores. Estudió Literatura y ejerció como profesora durante algún tiempo. Al igual que Mary Jo, la hermana pequeña de esta novela, se mudó a la Costa Este de los Estados Unidos y se dedicó a la publicidad. La novela se publicó en 1962 y se convirtió, rápidamente, en un éxito editorial. Su editor, el señor Robert Gottlieb, célebre director literario de Knopf, dijo: "De los cientos de novelas que he editado, Moonflowers vine es realmente la única que he releído en varias ocasiones desde su publicación y, cada vez que la leo, me emociona tanto como la primera vez".

Lector: le recomiendo encarecidamente esta novela, sencilla sólo en apariencia, llena de dolor y belleza, que le hará comprender un poco mejor la contradictoria intimidad del corazón humano y le transformará en una persona más sabia y mejor.

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7
comentarios
1 Val, día

¡Pero que BELLÍSIMA reseña, Maestro Víctor! Creo que buscaré la novela. No sé cuando podré leerla....en 2015 quizá? Pero no importa; tan hermoso texto merece que añada este libro a mi larga lista de libros pendientes :)

2 Justivir, día

Por lo que parece, es una renovada descripción de la hermosura de la vida y del placer de vivirla. En los tiempos que corren, habrá que aproximarse a esta nueva definición de placer, distante del apetito concupiscible al uso

3 jlh, día

Recordaréis (o no) que tras el último programa os agradecí que le formulaseis mi pregunta a Don Pío (que era que si no pensaba que Suárez había colaborado con ETA aún más que Rodríguez), pero os comuniqué que no estaba de acuerdo con su respuesta (Don Pío dijo que Suárez había cometido errores, pero que Rodríguez se llevaba el premio a mayor colaborador con ETA), y prometí explicar mi punto de vista de forma más extensa aquí, en el blog (algo que no se si os hará especial ilusión, pero que voy a hacer en cualquier caso, aprovechándome de que en este blog no censuráis a los pesados que meten chapas de varios post, como voy a hacer a continuación). Bueno, pues os voy a colgar el post que le he colgado a Don Pío en su blog, donde explico mi punto de vista (entendiendo que puedo estar equivocado, sin duda). Ahí va: Estimado Don Pío, El sábado fui a verle a la mesa redonda que anunció en el blog (por cierto, no me acerqué a saludarle por mi natural timidez, como me pasa siempre que voy a verle a una conferencia), mientras se emitía su respuesta a una pregunta que le hice en LD Libros. Mi pregunta era si no opinaba usted que Suárez ha sido aún mayor colaborador de ETA que Rodríguez (entendiendo que considero que Rodríguez es un grandísimo colaborador con ETA). Usted respondió que creía que no, porque Suárez cometió errores por la inexperiencia de la época, mientras las actitudes actuales de Rodríguez no son justificables porque la experiencia no deja lugar a dudas sobre que las actitudes de Rodríguez sólo justifican a ETA. Pues bien, con todos mis respetos, debo decirle que estoy en desacuerdo con usted. Y estoy en desacuerdo con usted, precisamente porque estoy de acuerdo con usted en una de sus tesis fundamentales: que lo que hay que tener en cuenta son los hechos. ...

4 jlh, día

… En la mesa redonda, por ejemplo, usted dijo que por encima de si Franco quiso entrar en la II GM, o no, está el hecho de que no entró en la II GM. Pues bien, sobre la colaboración de Suárez con ETA, creo que hay que tener en cuenta los hechos, por encima de si lo que se hizo se hizo por error, o por mala intención. Y los hechos son que Suárez sacó de la cárcel a todos los etarras, incluidos los asesinos y los dirigentes, con la amnistía del 77 (recordemos que la mayoría de los etarras estaban en la cárcel, incluidos los dirigentes, que habían sido detenidos gracias a la actuación del infiltrado El Lobo), les permitió legalizarse en forma de dos partidos políticos, HB y EE, con lo que ETA pudo reclutar y adoctrinar en sedes legales, en las que poder actuar con total impunidad. Además, esta legalización de los partidos políticos de ETA permitió que ETA tuviese información de todos los ciudadanos que vivían en las Provincias Vascongadas, y, aún más importante, que fuese el Gobierno de España el que financiase a ETA. Y, también fue Suárez quien partió España en autonomías y cedió las competencias de educación a las autonomías, lo que dio como resultado que en los colegios vascos los nacionalistas pudieron educar tranquilamente a los niños y jóvenes vascos en las mentiras de los etarras. Siguiendo con la importancia de los hecho, creo que los efectos de la política proetarra de Suárez pueden verse si observamos el número de asesinados por ETA. - Asesinados por ETA hasta el día de aprobación de la amnistía de 1977: 73 - Asesinados por ETA en 1978, año siguiente a la aprobación de la amnistía: 72 - Asesinados por ETA en 1979, año siguiente a la legalización de HB y EE:162 - Asesinados por ETA en 1980: 100 - Asesinados por ETA en 1981: 31 - Asesinados por ETA en 1982: 41 - Asesinados por ETA en 1983: 42 ...

5 jlh, día

… Podemos ver que el año posterior a la aprobación de la amnistía de 1977 ETA asesinó a tanta gente como en los 17 años anteriores. Y al años siguiente, tras la legalización de HB y EE, esa cifra se multiplicó por más de 2. Y al año siguiente bajó, pero siendo el segundo año con más asesinatos. Por tanto, me parece evidente que la colaboración de Suárez con ETA fue fundamental para que ETA llegase a ser lo que ha llegado a ser. Sobre si Suárez actuó a favor de ETA por error, o porque quería hacer poderosa a ETA, entramos en el terreno de las suposiciones, sin duda. Pero a mí me cuesta mucho suponer que una persona pueda pensar que soltar a todos los miembros de un grupo terrorista, incluidos los asesinos y dirigentes, legalizarles dos partidos políticos y financiarles, pueda servir para terminar con ese grupo terrorista, y no para hacerle más poderoso. Así que, en mi opinión, Suárez sabía que estaba colaborando con ETA, lo hizo conscientemente. Otra cosa es que tal vez lo hiciese cediendo ante la presión de otros (por ejemplo, de polanco y cebrián), y no por iniciativa propia. Puede ser, pero ya digo que eso entra en el campo de las suposiciones. Pero lo que es innegable es que la colaboración de Suárez con ETA fue enorme, causó la muerte de cientos de españoles, y mutilaciones y sufrimientos a miles, e hizo poderosa a ETA. Y no me parece creíble que hiciese todo lo que hizo sin saber que los resultados iban a ser favorables a ETA. Frente a eso, creo que la colaboración de Rodríguez con ETA (cuyos pormenores no entro a explicar porque estoy de acuerdo con usted en sus análisis al respecto) es menor (aunque, sin duda, enorme). ...

6 jlh, día

… Sí creo que en la época de la Transición había mucho desconocimiento sobre el terrorismo, y sobre otras muchas cosas, y eso pudo dar lugar a errores. Pero no creo que la política a favor de ETA estuviese dirigida por ignorantes, ni que las líneas fundamentales se debieran a errores, sino que fue dirigida por gente que quería hacer fuerte a ETA, y trazó unas pautas a seguir para lograrlo, aunque ya digo que eso entra dentro de las suposiciones, no de los hechos. Y lo que sí es posible que fueran ignorantes son muchos de los que en esa época tragaron con ese tipo de cosas (mientras otro muchos se oponían, dicho sea de paso, aunque no tenían voz, pues los medios de comunicación no se la daban, lo que les condenó al silencio). Pero, por encima de si yo tengo o no razón, lo que creo que es más importante en estos momentos es que los medios de comunicación recuerden los hechos que comento, y cuya veracidad puede ser contrastada en cualquier periódico de la época. Porque cuando se habla de la negociación con ETA nadie habla de que en 1977 la negociación consistió en sacar a todos los etarras de la cárcel, y en 1978 se les legalizaron 2 partidos políticos, y que eso trajo un extraordinario incremento en la actividad delictiva de ETA (número de asesinatos, de secuestros, de extorsiones, de mutilados, de amenazados, etc). Y si no logramos que la sociedad recuerde aquello, no es descartable que nos la vuelvan a liar. Y que luego nos cuenten otra vez que lo hicieron con la mejor intención, y que les da mucha pena que saliese mal.

7 Anavmor, día

Voy a comprarme el libro. Si no me gusta, que Dios le coja confesado, D. Victor!!!