La noticia es que se han desbordado todas las previsiones. Comienzo esta crónica del primer fin de semana de feria (librera, en este caso) con un tópico periodístico. Si me lee mi profesor de narrativa, me mata, porque no hay nada peor. Bueno, sí: desbordar las previsiones y que en la Feria del Libro de Madrid se queden sin bolsas.

Lo que se sobreentiende de esta frase hecha es que se han vendido muchos libros, que es a lo íbamos. O iban los compradores que se tuvieron que llevar las compras en la mano. Eso con un libro electrónico no hubiera pasado, y eso que la feria está dedicada a rendir un homenaje al objeto en sí, al libro de papel. 100.000 bolsas oficiales se pidieron, y 100.000 bolsas se dieron, con lo que han tenido que adelantar el pedido del jueves al lunes, porque a última hora de ayer, las bolsas eran un bien preciado, como un autógrafo del escritor de cabecera.

¿Qué decimos de las firmas? Pues que, como siempre, los autores más populares y más televisivos son los que más cola tenían. Me ha contado Ayanta Barilli que estuvo firmando el libro que ha escrito con su padre Fernándo Sánchez Dragó a razón de 100 unidades cada uno de los dos días que estuvieron, que no está nada mal. El recetario de Máster Chef se llevó otra buena cola, porque es el concurso de cocina de moda, lo mismo que Alberto Chicote. Entre los clásicos líderes de firmas está Pérez Reverte (que cuando se pone, se pone, y está todo el día bajo una carpa con miles de seguidores, aunque eso suponga dejar de lado su cita dominical con los twiteros).

De "los nuestros", además de Dragó y Ayanta, estuvieron Mariano Alonso y Luis Fernando Quintero firmando ejemplares de su libro Otegui, el hombre nuevo. Luis Alberto de Cuenca, que es encantador con sus lectores y que anunció que la semana que viene estará -si nada lo impide- de nuevo en  FDL con los otros cowboys, Luis Herrero y Garci, firmando el libro que recopila las mejores películas de la historia, y que se gestó en el programa de esRadio.