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Ten cuidado con lo que deseas

Dice una frase atribuida a Goethe: "ten cuidado con lo que deseas, porque podrías llegar a conseguirlo". El Partido de la Independencia del Reino Unido, UKIP, nació en 1991 con el nombre de Liga Antifederalista, como una escisión euroescéptica del Partido Conservador. Desde entonces, ha sufrido numerosos avatares, altibajos electorales, cambios de nombre y sustituciones de líderes. Pero había conseguido hacerse un hueco en el panorama político británico, con resultados notables en las elecciones europeas y éxitos satisfactorios a nivel local en algunas circunscripciones.

El UKIP había sabido explotar el descontento de las clases medias y bajas británicas, derivado del excesivo intervencionismo europeo, de los cambios culturales debidos a la inmigración y de las consecuencias económicas de la globalización. Su ideología es un populismo al que no cabe encuadrar en la extrema derecha, dado que sus planteamientos económicos están más cerca del centrismo liberal. Lo que no puede negársele al UKIP es su hábil utilización de la demagogia, especialmente gracias a la brillantez oratoria del que era su líder, Nigel Farage.

Su caballo de batalla fue siempre el referéndum para salir de la Unión Europea. Y terminaron consiguiéndolo, gracias a la miopía de un líder conservador, David Cameron, que, con tal de afianzarse en su partido, ha terminado metiendo a su país en un lío de consecuencias impredecibles.

En estas estábamos, cuando el resultado del referéndum para el Brexit fue favorable a la salida de la Unión, en contra de lo predicho por los analistas, por los sondeos y por las casas de apuestas. El UKIP había conseguido lo que deseaba.

Y de repente, el edificio entero del partido pareció venirse abajo. Por un lado, había un problema práctico: la principal fuente de financiación de esa formación son los diputados que tiene en el parlamento europeo; si el Reino Unido sale de la Unión, el UKIP se queda sin fondos. Por otro lado, la victoria en el referéndum significaba que se había conseguido ya el objetivo último del partido, con lo que éste perdía su razón de ser.

De forma que, desde el triunfo del Brexit, el UKIP ha estallado en pedazos: dimitieron dos líderes del partido en menos de un mes; el único diputado que tenía en el parlamento británico se ha ido del partido llevándose su escaño, al igual que algunos eurodiputados; dos representantes del UKIP llegaron a las manos en el parlamento europeo y, para rematar la jugada, el UKIP acaba de perder en las elecciones locales todos los puestos de representación que tenía en los consejos municipales ingleses. Las urnas les han barrido, lo que augura un resultado catastrófico para las elecciones generales previstas para el mes que viene.

"Ten cuidado con lo que deseas, porque podrías llegar a conseguirlo". El UKIP ha conseguido lo que deseaba. Y la consecución de sus anhelos ha llevado al partido a su desaparición.

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