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Sociedad dormida

A veces oigo decir que a la sociedad no le importa el problema del terrorismo, y que la prueba de ello es que la calle no arde por la suelta de violadores y terroristas. Pero ese argumento es completamente falso. La calle no arde por la suelta de violadores y terroristas, por la misma razón que tampoco arde por los 6 millones de parados o por la corrupción ubicua.

El que no haya movilizaciones masivas contra la corrupción o el paro no quiere decir que a la sociedad no le importen esos problemas. Quiere decir, simplemente, que no existe cauce de expresión del descontento. Porque la clase política que nos gobierna se las ha arreglado:

  • para que sigamos careciendo de una sociedad civil articulada;
  • y para que la mayoría de los medios de comunicación sean sumisos;
  • y para que los españoles estemos enfrentados unos con otros, lo que hace imposible aunar esfuerzos para pedir responsabilidades a quienes tenemos por encima
  • y para que aquellos que son capaces de vencer el miedo a criticar el actual estado de cosas sean tildados de extremistas (de derechas o de izquierdas)
  • y para que las barreras de entrada de nuevas formaciones políticas sean prohibitivas
  • y para que, encima, toda esa labor de control social se pague con el dinero que nos quitan de nuestros propios bolsillos

No es que la sociedad esté dormida, sino que los mecanismos de control social manejados por la clase política funcionan. Y estupendamente, además.

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