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¿Qué pasará en las elecciones de hoy?

Hoy celebramos elecciones para decidir cómo queremos que sea España en los próximos años. Antes de la campaña, y a lo largo de la misma, hemos ido conociendo multitud de encuestas que intentaban pronosticar lo que hoy sucederá cuando se recuenten los votos. Y, curiosamente, por primera en 8 años encaramos las urnas con una incertidumbre muy baja.

Si en 2008 podía existir la duda de quién ganaría, y si en 2011 no sabíamos si Rajoy sería capaz de conseguir la mayoría absoluta, en esta ocasión las urnas van a abrirse con casi todo el pescado vendido.

1) Está claro, por ejemplo, que el PP ganará las elecciones de manera relativamente holgada. No sabemos si sacará 30 escaños más que el segundo o si esa ventaja será de 50 escaños, pero sabemos que llegará a la meta con una considerable ventaja.

2) Está claro también que Rajoy quedará muy lejos de la mayoría absoluta. No sabemos si le faltarán 40 escaños o 70 para poder gobernar en solitario, pero sí que sabemos que el PP no podrá gobernar solo.

3) Sabemos asimismo, y quizá sea aquí donde hay más incertidumbre, que otros tres partidos (PSOE, Ciudadanos y Podemos) están pugnando duramente por los puestos segundo, tercero y cuarto. Entre esos tres partidos segundones se repartirán no menos de 180 y no más de 220 escaños.

4) Sabemos también, y esto es importante, que no existe ninguna combinación de dos de esos partidos segundones que alcance la mayoría absoluta. Tanto el tándem Ciudadanos-PSOE, como el tándem PSOE-Podemos se quedan muy lejos, incluso en las encuestas más favorables, de poder conformar una mayoría de gobierno.

5) En consecuencia, solo habrá tres posibilidades de gobierno a partir de las 8 de la tarde de hoy, y las tres pasan por el Partido Popular: o un gobierno del PP en minoría, o un gobierno PP-Ciudadanos, o un gobierno PP-PSOE. Cuál de las tres soluciones se termine eligiendo dependerá, sobre todo, de los números exactos que cada uno saque al final. Si Ciudadanos, por ejemplo, quedara por delante del PSOE, sería prácticamente imposible que la opinión pública aceptara un gobierno de gran coalición entre el Partido Popular y el Partido Socialista. Sin embargo, a la inversa no sucede lo mismo: aunque el Partido Socialista quedara segundo, PP y Ciudadanos podrían suscribir un gobierno de coalición o un acuerdo de legislatura.

La única incertidumbre a la que nos enfrentamos es quién ostentará la presidencia del gobierno. Y, de nuevo, serán los números de escaños finales los que dicten la solución. Básicamente, hay tres escenarios:

1) Si el PP quedara cerca de los 140 diputados, sería prácticamente imposible que Rajoy renunciara a presidir el gobierno. Por tanto, Rajoy gobernaría otros cuatros años con el apoyo de Ciudadanos o del PSOE.

2) Si el PP quedara en torno a los 125 diputados, entonces su socio de gobierno (ya sea PSOE o Ciudadanos) podría imponer condiciones, como por ejemplo que Rajoy cediera la presidencia a otro miembro del Partido Popular, que con toda probabilidad sería la actual vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría.

3) Por último, si el PP quedara en torno a los 110 diputados y Ciudadanos obtuviera un resultado aceptable (por encima de 60 diputados), entonces se abriría la puerta a una tercera opción, que es que el gobierno lo encabezara Albert Rivera.

Quien tiene peor la cosa es Pedro Sánchez, que se lo juega todo a una baza: quedar segundo en las elecciones y que el PP no obtenga más de 125 diputados. Si le sobrepasaran Podemos o Ciudadanos, o si la victoria del PP fuera muy holgada, Sánchez se vería obligado a presentar su dimisión esta misma noche. Y el PSOE, como partido, entraría en descomposición.

En cuanto a los otros contendientes, Albert Rivera tiene una oportunidad de convertirse en presidente, pero si no lo logra, de todos modos quedaría bien posicionado de cara a presidir el gobierno en 2020.

En cuanto a Podemos, no se juega demasiado en el envite: si queda por delante del PSOE, o si al final PP y PSOE conforman un gobierno de coalición, asumiría directamente la función de liderar la oposición. Pero si queda por debajo del PSOE, de todos modos su irrupción en el Parlamento con varias decenas de diputados ya constituye para el partido un resultado excelente, que le permitiría empezar a planificar las siguientes elecciones.

En cualquier caso, lo que está claro es que hoy vamos a asistir a la muerte del bipartidismo. Y eso es una buena noticia en sí misma. Que ese bipartidismo sea sustituido por un tetrapartidismo igualmente anquilosado o no, dependerá de si consiguen entrar en el Parlamento otras fuerzas alternativas, como Izquierda Unida, UPyD o Vox, que puedan hacer de contrapeso argumental de los cuatro grandes partidos.

Sea como sea, lo cierto es que el juego político va a ser mucho más interesante a partir de ahora. Y que los españoles saldremos ganando con ello.

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