Editorial del programa Sin Complejos del sábado 8/9/2012

En la mitología china, hay cuatro mujeres de hermosura legendaria, a las que se denomina tradicionalmente las Cuatro Bellezas:

- La primera de ellas era Xi Shi, que vivió aproximadamente en el siglo VII a.C. Decían de ella que era tan hermosa que "los peces de los ríos se olvidaban de nadar al verla y se hundían". Cuenta también la leyenda que el emperador que se casó con Xi Shi terminó perdiendo el trono tras gastar todo el dinero del reino en su preferida.

- La segunda de las Cuatro Bellezas era Wang Zhaojun, que vivió en el siglo I a.C. y que fue entregada como esposa a un rey bárbaro para conservar la paz en China. Su supuesta tumba se puede visitar hoy día en Mongolia. Cuentan que era tan bella que "al verla, los pájaros del cielo caían a tierra".

- La tercera es Diao Chan, que vivió en el siglo II d.C. y que aparece como personaje en algunos videojuegos modernos. Eran tan bella, según las crónicas, que "la Luna se ocultaba tras las nubes al verla, para que nadie pudiera compararla con ella".

- La última de las Cuatro Bellezas legendarias es Yang Guifei, que vivió en el siglo VIII d.C. y era la concubina preferida del emperador Xuanzong, que terminaría por ejecutarla debido a sus intrigas cortesanas. La leyenda cuenta que era tan hermosa "que hacía avergonzarse a las flores".

En España somos un poco más pedestres, y acabamos de añadir a nuestra peculiar mitología femenina a una concejal socialista del toledano municipio de Los Yébenes que al parecer se habría grabado a sí misma un vídeo erótico para enviárselo a un amigo, con lo que el vídeo ha terminado circulando por todo el mundo a través de Internet.

Vaya por delante que no me importa ni poco ni mucho el vídeo en cuestión: ni lo he visto, ni tengo la menor intención de verlo; lo que haga la buena señora en la intimidad de su casa no me interesa en absoluto. Es más, creo que quien ha actuado incorrectamente es quien ha difundido ese vídeo que era de contenido estrictamente personal.

No quiero entrar en las consideraciones morales, que ya dependen de la opinión de cada cual. Yo, desde luego, no creo que nadie esté legitimado para pedirle a la buena mujer que dimita; ahora, confieso que tampoco la votaría en unas elecciones ni harto de gazpacho, sea cual sea su ideología. Lo demás... pues será problema suyo, de su familia y de la persona o personas para quienes grabara ese vídeo. Ni entro, ni salgo.

Lo que sí me llama la atención es la trascendencia que ha tenido el episodio. ¿De verdad es tan importante que una concejala salga tocándose sus partes pudendas, como para que millones de personas en todo el mundo se hayan descargado ese vídeo? ¡Pero si en España tenemos miles de políticos que están todo el día tocándose las pelotas y encima cobran por ello! ¡Y nadie se escandaliza!

Por favor, un poquito de seriedad. ¿Qué es lo que le da morbo a la gente? ¿El carácter erótico del vídeo? Seguro que en Internet hay millones de vídeos mucho más sensuales o mucho más guarros, según lo que cada uno prefiera.

¿Entonces qué es? ¿Que la que aparece en el vídeo sea una concejala? ¿Que se trate de alguien un poquito famoso, o un poquito poderoso? Bueno, puede que eso explique en parte la difusión que el vídeo ha alcanzado en España, pero es que en otros lugares, como Estados Unidos y Sudamérica, centenares de miles de personas también han descargado el vídeo, y allí sí que no tienen ni repajolera idea de quién es esa concejala.

¿Entonces qué es lo que impulsa a la gente a descargarse masivamente ese vídeo? ¿Es que en el fondo lo que le gusta a la gente es la propia invasión de la intimidad? ¿Es eso? ¿Lo que da morbo al video es saber que estás espiando como a través del ojo de la cerradura y viendo qué cosas hace una persona en la intimidad de su cuarto?

Creo que deberíamos todos hacérnoslo mirar, porque la extraordinaria difusión que ha alcanzado ese vídeo indica que estamos un poquito mal del coco. Eso sí: la concejala en cuestión, que tampoco parece un modelo de prudencia, no cabe duda de que ha conseguido sus cinco minutos de gloria, aún sin quererlo. Y vaya usted a saber si no terminan forrándose ella y el destinatario del vídeo en los programas de salsa rosa.

En fin, que de verdad que me parece ridículo tanto revuelo por un simple vídeo pornográfico casero y cutre.

¿Quieren ustedes saber qué es lo que a mí me parece de verdad pornográfico? Pues oír a nuestros políticos atreverse siquiera a insinuar posibles futuras bajadas de las pensiones, cuando acabamos de aprobar que se rescate con el dinero de todos nosotros, pensionistas incluidos, a los bancos que esos políticos han quebrado.

Eso sí es un espectáculo. Eso sí es pornografía dura. Eso sí es verdadera depravación.

Al lado de eso, lo de la concejala de Los Yébenes es una memez sin interés alguno.