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Por qué estoy en contra de prohibir el burkini

Déjenme confesarles algo: los piercing en la lengua me dan mucha grima. Me resulta molesta su visión por lo mismo que me resulta molesto el sonido de alguien rascando con la uña en un cristal. Sin embargo, por mucho que me incomoden los piercing en la lengua, jamás se me ocurriría abogar por sacar una ley que los prohíba. Allá cada cual con su lengua.

Con el tema del burkini me pasa algo parecido: me parece ridículo ver a una mujer con un burkini en una playa. Y hasta cierto punto me incomoda, porque no puedo evitar pensar en el calor que la pobre mujer estará pasando. Pero el hecho de que me parezcan ridículos o de que incluso me incomoden, no quiere decir que esté dispuesto a apoyar que los prohíban. Allá cada cual con el modelo de bañador que elige.

En las discusiones sobre el burkini se mezclan muchos temas distintos, así que permítanme que trate de deslindar las distintas cuestiones entremezcladas.

1) Se puede estar en contra del burkini y estar en contra, también, de que se prohíba. Es lo que me pasa a mi con el burkini, con los piercing en la lengua o con los vestidos chonis: no me gustan, pero no los prohibiría. Y el hecho de que me oponga a prohibirlos no quiere decir que los defienda. Simplemente defiendo la libertad personal de ir como a cada uno le de la gana.

2) No hablamos de burkinis impuestos. Si un marido obliga a su mujer a llevar burkini, lo importante no es la prenda en sí, sino el propio hecho de la imposición: en nada se diferencia ese caso de otro en el que un marido celoso y ateo obligue a su mujer a llevar falda hasta los pies. Cuando a una mujer le obligan a llevar burkini, o a teñirse el pelo de verde o a llevar falda hasta los pies contra su voluntad, estamos ante un simple caso de maltrato doméstico y habrá que aplicar las leyes correspondientes. No hace falta prohibir el burkini, ni los tintes veres, ni las faldas hasta los pies para atajar esos casos, sino perseguir al maltratador.

Así pues, centremos la discusión en el caso concreto que causa la polémica: ¿qué pasa con esas mujeres que llevan burkini porque les da la gana, bien por convencimiento religioso o por convencionalismo social? Y ahí es donde me decanto por respetar la libertad que cada uno tenemos para vestir como nos de la gana.

Quienes quieren prohibir que una mujer pueda llevar burkini voluntariamente suelen aportar dos tipos de argumentos diferentes. Veamos cuáles son:

3) ¿Por qué dicen 'prohibir el burkini' cuando quieren decir 'prohibir el Islam'? El primero de los argumentos que suelen dar quienes abogan por prohibir el burkini, es que se trata de un símbolo: un símbolo de una religión que ellos consideran atrasada, violenta, machista y/o peligrosa. Respeto (aunque me parece una barbaridad y no la comparto en absoluto) su valoración sobre el Islam en sí, pero me parece una postura bastante incoherente. Si uno piensa eso sobre el Islam, entonces la discusión sobre si prohibir o no el burkini es irrelevante, porque en lo que deberían centrarse es en pedir que sea proscrito el propio Islam, en que se declare ilegal esa religión. Pero, además, es que ese tipo de argumento no es de recibo en un estado de derecho: no puedes declarar ilegal algo simplemente por ser símbolo de otra cosa que a su vez es legal. Mientras el Islam sea legal, no puedes decir que hay que ilegalizar el burkini porque simboliza al Islam.

4) El que algo sea denigrante no implica necesariamente que se prohíba. El segundo argumento que se suele usar para prohibir el burkini si que me parece serio y coherente: hay personas que aducen que el burkini denigra a la mujer y, por tanto, ofende a las mujeres en su conjunto, porque simboliza el dominio del marido sobre la esposa. Efectivamente, hay cosas que son denigratorias en sí y que resultan ofensivas para toda la sociedad o para una parte de la misma, y que se prohíben por esa simple razón. Por ejemplo, yo no permitiría un espectáculo sadomasoquista con actores vestidos como nazis y judíos - por mucho que sean actores voluntarios -, porque ese espectáculo resultaría profundamente ofensivo para mucha gente, víctimas del nazismo incluidas. Como tampoco permitiría (y este es un ejemplo sacado de una polémica que se produjo en los EE.UU.) los concursos de lanzamiento de enanos, porque entiendo que eso resulta ofensivo para muchos discapacitados. Sin embargo, lo del carácter denigratorio es un argumento que hay que analizar caso por caso y que hay que aplicar con la máxima de las cautelas, para evitar coartar la libertad individual más allá de lo estrictamente necesario. Si prohibimos que alguien lleve voluntariamente el burkini con el argumento de que su visión es denigrante para la mujer, ¿qué hacemos si mañana alguien aduce que ir vestida de monja por la calle también le parece discriminatorio y denigrante? ¿Prohibimos que las monjas vistan de monja? ¿Y qué pasa con las judías ultraortodoxas, que van con falda hasta los pies y medias de lana? ¿Eso también lo prohibimos porque denigra a la mujer? ¿Y si a mi lo que me parece denigrante para una mujer es que lleve el pelo a lo 'nekane'? Como digo, las restricciones de derechos individuales hay que analizarlas caso por caso, y conviene no olvidar que, cuantas más prohibiciones aprobemos, más nos acostumbraremos a prohibir. Y a que nos prohíban. Y eso no es bueno.

Por último, déjenme darles un argumento de carácter práctico: si decidimos prohibir el burkini, esa prohibición resultaría imposible de llevar a la práctica, porque el burkini se diferencia bien poco de las prendas que usan, por ejemplo, las personas que practican el windsurf. Y como no vamos a prohibir las prendas de windsurf, las mujeres que quieran llevar burkini siempre podrán saltarse la ley con facilidad. Con lo cual, ¿qué sentido tendría prohibir algo si luego esa prohibición no se va a poder materializar? Permítanme que les diga que crear polémicas irresolubles es un absurdo.

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