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Nacionalistas delgaditos

Ayer conocíamos una noticia que ha tenido poco eco en los medios nacionales, pero que no deja de tener su miga: los nacionalistas vascos han terminado ya de preparar su cadena humana por la independencia, que se formará el próximo domingo 8 de junio entre Durango y Pamplona. Para completar la cadena de 120 km, ya se han apuntado, según los organizadores, las 60.000 personas que hacían falta.

La noticia me llamó la atención por las cifras, que tanto contrastan con las de la cadena humana que los nacionalistas catalanes realizaron el pasado 11 de septiembre. Porque recordarán ustedes que, según la Generalidad, la cadena de 360 km que tenía que recorrer Cataluña de norte a sur se formó con nada menos que 1.600.000 nacionalistas.

¿Los nacionalistas vascos necesitan solo 60.000 personas para cubrir 120 km, mientras que los nacionalistas catalanes necesitan 1.600.000 personas para llenar una distancia que es solo tres veces mayor? Obviamente, algo no cuadraba, así que empecé a buscar posibles explicaciones.

Primera alternativa: los nacionalistas catalanes son mucho más delgaditos que los nacionalistas vascos.

Eso podría explicarse por las abundantes raciones que los cocineros vascos preparan, o porque el gobierno nacionalista catalán prefiere gastar el dinero en construcción nacional, en vez de en otras cosas más necesarias, como garantizar que la población esté bien alimentada. Pero no creo que sea una explicación correcta. Es verdad que, gracias al injusto Cupo, los vascos disponen de más dinero que el común de los españoles, y es verdad que los recortes sociales han sido brutales en Cataluña. Pero ni los vascos están desmesuradamente gordos, ni creo que los nacionalistas, estadísticamente hablando, hayan sufrido más el impacto de la crisis en Cataluña que los no nacionalistas.

Segunda alternativa: los nacionalistas vascos tienen los brazos diez veces más largos que los nacionalistas catalanes.

Con eso se explicaría la disparidad de cifras, pero las evidencias experimentales no indican que los nacionalistas vascos presenten deformidades físicas tan llamativas. Es cierto que sí se evidencian malformaciones mentales e incluso morales en un cierto sector del nacionalismo vasco, el que apoya a los asesinos de ETA, pero no conozco de ningún caso de nacionalista vasco, ni siquiera los muy abertzales, que lleve los brazos arrastrando como si fuera una bata de cola.

Tercera alternativa: que los nacionalistas catalanes se estuvieran moviendo a velocidades cercanas a las de la luz

Una tercera posibilidad es que los que formaban la cadena humana del pasado 11 de septiembre estuvieran experimentando una contracción relativista de la longitud. Ya saben ustedes que, según la Teoría de la Relatividad de Albert Einstein, los objetos que se mueven a velocidades próximas a las de la luz experimentan una contracción significativa en el sentido de su movimiento. Pero para poder meter 1.600.000 nacionalistas catalanes donde solo caben 180.000, hubiera hecho falta que los integrantes de la cadena humana se hubieran estado moviendo a una velocidad mínima de unos 298.000 kilómetros por segundo. Así que no creo que esta explicación sea tampoco correcta: es verdad que los nacionalistas catalanes caminan hacia la independencia, pero no lo hacen tan rápido.

Así que solo nos queda una posible explicación para esa disparidad de cifras: que, como ya dijimos en su momento, lo de los 1.600.000 nacionalistas de la cadena humana fue un pegote de tamaño monumental. Cosas de la propaganda. En realidad, el pasado 11 de septiembre no se congregaron más de 200.000 personas para la tan cacareada cadena humana, y ni siquiera pudo formarse en ningún momento ninguna cadena continua, como se pudo comprobar por los datos de posicionamiento de los teléfonos móviles de los participantes.

Aunque tiene su gracia que sean los nacionalistas vascos los que terminen dejando en evidencia a los nacionalistas catalanes, ¿no?

(Por cierto, ahora es cuando podría salir a la palestra Urkullu, para contarnos el típico chiste de vascos:

-Pachi, que me dicen que para completar la cadena humana de 120 km vais a llevar a 60.000 personas.

-Bueno, en realidad la cadena la hará sólo Joseba, estirando mucho los brazos entre Durango y Pamplona.

-Y los otros 59.999, ¿para qué van, pues?

-¡Anda! Pues para ondear la ikurriña gigante, mientras Joseba se estira.)

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