Menú

Las nacientes alternativas al PP

Como ya saben los oyentes, en este programa hemos denunciado en numerosas ocasiones los incumplimientos electorales del actual gobierno.

Desde que Rajoy llegó a La Moncloa con mayoría absoluta, sus acciones han estado dirigidas a consolidar la labor de ingeniería social puesta en marcha por el PSOE en los ocho años anteriores. Nos acercamos ya al ecuador de la legislatura y ni una sola de las leyes ideológicas aprobadas por Zapatero ha sido derogada. Rajoy no ha tocado ni las leyes de género, ni las de memoria histórica, ni la del aborto. Rajoy ha continuado permitiendo la presencia de terroristas en las instituciones e incluso ha proseguido la política de excarcelaciones de presos, aunque tuvo que ralentizarla ante el escándalo suscitado por la liberación de Bolinaga. Rajoy ha continuado la política de sumisión al nacionalismo y se ha dedicado a esquilmar a los españoles para seguir financiando a quienes solo tienen como objetivo destruir la Nación y la Constitución.

En resumen: Rajoy ha puesto los votos y los escaños del Partido Popular al servicio de una política exactamente contraria a los principios que el Partido Popular venía propugnando.

No es de extrañar, por tanto, que las encuestas arrojen la pérdida de más de 3 millones de votos por parte del PP, la mayor parte de los cuales habría ido a refugiarse en la abstención. Algunas encuestas, como el último barómetro mensual de Celeste-Tel, pronostican una caída aún mayor, que rozaría los 5 millones de votos. Según ese barómetro, un 45% de quienes votaron a Rajoy en noviembre de 2011 habrían vuelto la espalda, a fecha de hoy, a un PP que ya no reconocen como suyo.

También hemos dicho otras veces en el programa que, cuando existe un hueco de mercado, antes o después sale alguien a ocuparlo. Es ley de vida en todos los campos de la actividad humana. Y más de 3 millones de votos huérfanos no es que sea un hueco de mercado, sino que es un auténtico socavón, que alguien tenía que venir a llenar.

Era esperable, por tanto, que el pasado jueves se presentaran en sociedad los embriones de dos nuevas formaciones políticas que se dirigen, desde distintas perspectivas ideológicas, a esos electores que hoy no encuentran a quién votar.

Por la mañana, Albert Rivera presentó, junto al ex-ministro Antonio Asunción y al periodista Juan Carlos Girauta, la plataforma Movimiento Cívico, con la que Ciudadanos aspira a catalizar en toda España ese impulso reformista que ya ha situado a la formación de Rivera como tercera fuerza política en las encuestas catalanas.

Por la tarde, Alejo Vidal Quadras, Santiago Abascal y José Luis González Quirós lograban congregar a un millar de militantes y simpatizantes del PP en un acto dirigido a debatir los incumplimientos electorales del partido, y que fue el preludio de lo que parece que desembocará a muy corto plazo en una escisión del Partido Popular.

Tenemos, entonces, el casi simultáneo nacimiento de dos fuerzas que van intentar captar los millones de votos huérfanos que el PP ha ido dejando, lo cual va a ejercer en el PP dos efectos contrapuestos: uno positivo y otro negativo.

Veamos primero lo positivo. Hoy por hoy, si mañana se celebraran elecciones, el PP no podría obtener de ningún modo mayoría absoluta, ni tampoco podría formar gobierno contando con los escaños que UPyD obtuviera. Sin embargo, si las dos nuevas fuerzas políticas que se presentaron el pasado jueves lograran captar a los electores defraudados del PP, entonces existiría aún la posibilidad de que el PP pudiera repetir gobierno apoyándose en esos partidos de nueva creación.

Así pues, si el Partido Popular actuara de forma inteligente y no estuviera condicionado por los pactos que Rajoy haya alcanzado con Rubalcaba, debería saludar como una buena noticia el que aparezcan nuevas formaciones con las que poder llegar a pactos sensatos.

Eso por lo que respecta a los efectos positivos. Vayamos ahora a los negativos: que el PP haya perdido entre 3 y 5 millones de votos según las encuestas es enormemente grave. Pero resulta todavía más grave si tenemos en cuenta que muchos de los que aún dicen que votarían al PP, lo hacen por la única razón de que no tienen otra alternativa a la que votar.

¿Qué pasará ahora si, de repente, los electores que aún le quedan al PP se encuentran con dos alternativas más a las que dar su confianza? Pues que el PP puede encontrarse con que otra porción significativa de sus electores deserte hacia la formación de Albert Rivera o la de Alejo Vidal Quadras. Con lo cual, de seguir así las cosas, ni siquiera está claro que el PP vaya a conservar su puesto de primera fuerza electoral en el campo liberal-conservador. La posibilidad de que alguna de las dos formaciones nacientes le arrebate ese liderazgo no es nada descabellada.

Pero todo esto no es más que un análisis desde el punto de vista de los intereses electorales del PP. Y yo he de confesarles que esos intereses del PP no me importan ni poco, ni mucho. A mí lo que me importa son los intereses de la Nación, y en ese sentido tanto el PP como cualquier otro partido no son sino meros instrumentos.

Y desde ese punto de vista, desde el punto de vista de la defensa de España y de los españoles, creo que es una excelente noticia, pase lo que pase con el PP, el nacimiento de esos dos nuevos embriones de partido político. Porque eso significa que tendremos tres formaciones (la de Rivera, la de Vidal Quadras y la de Rosa Díez) defendiendo los intereses de España desde distintas perspectivas ideológicas, que van desde la izquierda socialdemócrata a la derecha conservadora.

Si esas tres fuerzas políticas llegan a consolidarse y se reparten un porcentaje mayoritario del voto, España tendrá por fin una democracia homologable a las del resto de países avanzados, donde los intereses nacionales no dependen de si gobierna la izquierda o la derecha.

Yo estoy convencido de que ese es el horizonte hacia el que nos encaminamos, de que vamos a asistir a una segunda transición en la que UPyD y estas dos nuevas formaciones políticas que se empezaron a vislumbrar el pasado jueves, van a asumir la voz cantante en el terreno electoral.

Si los restos del PP y del PSOE quieren subirse al carro de la democracia que viene, estupendo. Y si no, pues tampoco vamos a perder nada con la desaparición de los partidos que nos han llevado a la ruina económica e institucional, qué quieren que les diga.

Herramientas

0
comentarios