Menú

En el octavo aniversario de UPyD: un solitario KV-2

En la madrugada del 22 de junio de 1941, casi cuatro millones de soldados alemanes y de sus países satélites se lanzaban a la conquista de la Unión Soviética. Comenzaba la Operación Barbarroja.

Al otro lado de la frontera, las fuerzas soviéticas duplicaban a las alemanas, pero la organización del ejército ruso había quedado seriamente comprometida tras las purgas de oficiales realizadas por Stalin a finales de la década de 1930: el 85% de los generales y coroneles del ejército habían sido fusilados o enviados al Gulag. Además, buena parte del armamento ruso estaba obsoleto. Y, sobre todo, los alemanes contaban con el factor sorpresa: confiaban en poder destruir en pocas semanas la mayor parte del poderío militar soviético, anulando así su inicial ventaja numérica.

La invasión se produjo, a grandes rasgos, tal como estaba previsto, aunque los alemanes se encontraron con algunas sorpresas, como los nuevos modelos de tanque T-34 y KV-2 soviéticos, de cuya existencia no tenían noticia. Los KV-2, por ejemplo, tenían un blindaje que les hacía inmunes al fuego de los carros Panzer de la época y la única manera de destruirlos era con piezas de artillería de grueso calibre.

En general, el frente ruso se deshizo como un castillo de naipes y los alemanes embolsaron y capturaron a un ingente número de soldados enemigos. Pero la historia de esas primeras semanas de guerra está repleta de casos de heroica resistencia de unidades rusas aisladas que, privadas en muchas ocasiones de contacto con su cadena de mando, hicieron cuanto estuvo en su mano para retardar el avance del ejército alemán.

Cuenta el historiador Pablo G. Romero uno de esos ejemplos de resistencia heroica que terminarían, al final, decidiendo la guerra. Un día después de comenzada la invasión, las tropas de la 6ª División Panzer se lanzaban al asalto de la ciudad lituana de Raseiniai. Y allí, en un cruce de caminos, toparon con un solitario tanque KV-2, que bloqueaba una ruta vital de suministro, impidiendo el avance de la vanguardia alemana.

Los alemanes intentaron primero destruir el KV-2 con una batería de piezas de 50mm, pero los 14 impactos que recibió el tanque ruso no hicieron mella en su coraza. Después se intentó con un cañón de 88mm, pero el KV-2 lo destrozó antes de que pudiera acercarse lo suficiente. Por la noche, zapadores alemanes trataron de volar el tanque con una carga explosiva, pero solo consiguieron dañarlo ligeramente. Al día siguiente, los alemanes tuvieron que recurrir a distraer al KV-2 disparándole con 50 tanques Panzer desde distintas direcciones, mientras colocaban un cañón de 88mm detrás de los rusos, con el que finalmente lograron abrir un agujero en la coraza de la torreta. Por último, un soldado alemán consiguió introducir una granada por ese agujero, matando a los ocupantes.

Como cuenta en sus memorias el General Raus, que comandaba la 6ª división Panzer, los tanquistas rusos de ese KV-2 fueron enterrados con honores por las tropas alemanas. Con su sacrificio, aquel solitario KV-2 había logrado retardar dos días completos el avance de los 250 tanques que componían una de las puntas de lanza del Ejército alemán.

Al final, gracias a esos retrasos imprevistos, gracias a esa resistencia inesperada encontrada aquí y allá, las tropas de Hitler no lograron su objetivo de tomar Moscú y Leningrado antes de la llegada del invierno, y la Operación Barbarroja se terminó transformando en una guerra de desgaste que llevaría a Alemania a la derrota unos años después.

Ayer asistí al acto de celebración del octavo aniversario de UPyD, en el que el partido de Andrés Herzog presentaba su nuevo logotipo y anunciaba su compromiso de continuar batallando contra la corrupción y por la libertad e igualdad de todos los españoles. También advertía del enjuague que los principales partidos de este país están preparando para después de las próximas elecciones generales, con el fin de dar a Cataluña un tratamiento privilegiado.

Las últimas elecciones municipales y autonómicas supusieron un duro varapalo para UPyD. Pese a haber sido el único partido que ha conseguido sentar en el banquillo a los responsables del saqueo de las cajas de ahorro, y el único partido también que se ha negado a entrar en el obsceno reparto de puestos en el Consejo General del Poder Judicial, la campaña de demolición contra UPyD , perfectamente orquestada, logró que el electorado le volviera la espalda. Llevar ante la Justicia a determinados poderosos se paga caro en este país.

En las próximas generales, UPyD se verá obligada a luchar por su supervivencia. En caso de no conseguir ningún escaño, la formación magenta estará muerta. Y si yo fuera militante de UPyD estaría realmente dolido por la ingratitud de los electores y preocupado ante la perspectiva de tener que dar por terminado, al final, un proyecto que merecía la pena.

Pero, en realidad, las cosas hay que contemplarlas con la perspectiva correcta, que no es otra que la de los intereses de España. A lo largo de los próximos meses, los partidos supuestamente nacionales (PP y PSOE) van a intentar colarnos a todos, como bien advertía Herzog, una reforma constitucional que de más poder a los separatistas, que blinde el estado autonómico y que acabe con la soberanía nacional. Y la obligación de todos, también de UPyD, es hacer lo que cada uno podamos para dar al traste con esas pretensiones. O, cuando menos, para retrasarlas al máximo.

A mi juicio, sería fundamental que UPyD consiguiera entrar en el próximo Congreso de los Diputados. Y ese objetivo parece alcanzable, si tenemos en cuenta que el umbral de obtención de escaño es del 3% y que en las últimas elecciones autonómicas UPyD consiguió algo más del 2% en Madrid.

Pero incluso aunque UPyD fracasara en su intento, el hecho es que ya ha cumplido con su deber, y que aún debe seguir haciéndolo por lo menos hasta el final de la legislatura. De aquí a las generales, por ejemplo, la sola existencia de UPyD impide que PP y PSOE se lancen ya a tumba abierta por la senda confederal prevista, antes incluso de las elecciones. E impide también que Ciudadanos caiga en la tentación de ir a rebufo del PP y del PSOE en esa carrera suicida de demolición del estado. De hecho, es la existencia de UPyD, entre otras cosas, lo que ha impedido que todos esos planes de confederalización se materializaran hasta ahora.

No sabemos los nombres de los tanquistas de aquel solitario KV-2 que consiguió retrasar el avance de la 6ª División Panzer durante dos días cruciales. Pero lo que sí sabemos es que, en parte gracias a ellos, gracias al tiempo que esos tanquistas ganaron, las tropas alemanas no consiguieron los objetivos marcados y terminaron perdiendo la guerra.

Hoy, cuando tanto se juega España, todos estamos en la obligación de resistir al máximo, cada uno en nuestro puesto. Y de hacer que cada paso adelante sea lo más costoso posible para quienes quieren acabar con la España que conocemos.

Y en esa resistencia, UPyD tiene aún un papel fundamental que jugar. Si al final no consiguiera obtener ningún diputado, UPyD habría caído. Pero lo habría hecho cumpliendo con su deber. Y, sobre todo, ganando un tiempo imprescindible para que otros que vengan detrás puedan terminar derrotando a los enemigos de la Libertad y de España.

Feliz octavo cumpleaños a UPyD. Con el deseo de que cumpla muchos años más.

Temas

Herramientas

0
comentarios