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El tocomocho climático

El 10 de diciembre de 2007, en su discurso de aceptación del Premio Nobel, Al Gore hacía una predicción: la capa estival de hielo en el Océano Ártico podría desaparecer en tan solo 7 años. "Siete años a partir de ahora", añadía muy serio el galardonado.

Desde entonces acá, miles de personas han donado ingenuamente su dinero a organizaciones ecologistas para salvar el hielo ártico de la terrible amenaza, mientras los agoreros del calentamiento global hacían caja jugando con el miedo de la gente.

Aquí, en España, a algunos solo les faltó decirle a Al Gore que querían un hijo suyo: le concedieron el premio Príncipe de Asturias; le invitaron a inaugurar en Sevilla el "I Encuentro español de líderes en cambio climático"; el gobierno de Zapatero compró (por 580.000 euros) treinta mil copias de un documental producido por Al Gore, para exhibirlas en los colegios... Incluso hubo gente inteligente y famosa que llegó a apuntarse en una lista de "apóstoles del cambio climático".

La mentira anticientífica en que se basaban esos agoreros era muy simple:

1. La Humanidad emite cada vez más dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera, debido a las actividades industriales y el consumo de combustibles fósiles.

2. El CO2 atmosférico actúa como gas invernadero y hace aumentar la temperatura de la tierra.

3. En consecuencia, estamos empujando a la Tierra hacia un calentamiento global.

y 4. Como resultado de ese calentamiento global, se producirán todo tipo de males, como la fusión de los polos y la inundación de las zonas costeras.

Pues bien, ocho años después de aquel discurso estelar de Al Gore, podemos decir, con los datos en la mano, unas cuantas cosas.

1. Las emisiones de CO2 a la atmósfera han continuado creciendo a lo largo de estos años. En la actualidad, la Humanidad emite casi un 20% más de CO2 a la atmósfera que en 2007. Por tanto, según las tesis de los agoreros climáticos, la temperatura de la atmósfera tendría que haber seguido subiendo, ¿verdad?

2. Pues bien, a pesar de que las emisiones de CO2 han aumentado, la temperatura de la atmósfera es hoy MÁS BAJA que hace 16 años. Llevamos tantos años sin que suba la temperatura atmosférica, que los agoreros del calentamiento global se vieron obligados a dejar de hablar de calentamiento global y pasaron a emplear el estúpido término de "cambio climático", que lo mismo vale si las temperaturas suben, que si bajan.

3. ¿Y qué pasa con esa catastrófica predicción de Al Gore, de que la capa estival de hielo ártico desaparecería en 2014? Pues que, lejos de desaparecer, la capa estival de hielo ártico es hoy MÁS GRANDE que en 2007, fecha en que Al Gore hizo su predicción.

Muchos llevamos años denunciando que las teorías del catastrofismo climático son un timo, un tocomocho del cual han estado viviendo muchísimos caraduras sin escrúpulos. Estaba claro, para cualquiera que analizara desapasionadamente los datos y los razonamientos lógicos, que todo ese catastrofismo climático carecía de cualquier base científica seria. Pero resulta fácil manipular a la gente jugando con sus miedos y con sus sentimientos de culpa. Y los caraduras se aprovechan de ello para ganarse la vida.

¿No es hora ya de que acabemos con toda esta farsa? Porque no es la primera vez, ni la segunda, que se repite la jugada. A finales de la década de 1970, los profetas del alarmismo predecían que la Humanidad se encaminaba hacia una nueva época glacial por culpa de la industrialización. Como las temperaturas empezaron a subir, a finales de los 80 cambió la matraca y empezaron a hablarnos de la amenaza de la desertización.

A finales de los 90 se vio que lo de la desertización no progresaba adecuadamente, así que se volvió a cambiar el rollo y se empezó a amenazarnos con que el agujero de la capa de ozono se nos iba a tragar a todos.

Unos años después, el maldito agujero de la capa de ozono dejó de crecer, así que desapareció de la escena del alarmismo y lo sustituyeron por la amenaza del calentamiento global.

¡Siempre el mismo rollo! ¡Siempre la misma técnica! Utilizar datos científicos fragmentarios y razonamientos lógicos tramposos para inducir primero un sentimiento de culpa en la gente ("Como sois muy consumistas, estáis destrozando el planeta"), y luego lanzar una amenaza concreta ("Como no cambiéis, habrá una nueva edad de hielo... o el desierto os cubrirá... o el agujero de la capa de ozono se os tragará... o la temperatura subirá hasta achicharraros... o lo que se tercie").

¡Ya vale de manipular a la gente y de vivir a costa nuestra! Deberíamos comenzar a pedir responsabilidades.

Alguien debería exigir, para empezar, que la Academia de Ciencias Sueca y el jurado de los Premios Príncipe de Asturias retiraran sus galardones a ese Al Gore cuya fortuna se estima ahora en 300 millones de dólares y que ha llegado a cobrar 175.000 dólares por conferencia, a base de meterle miedo a la gente con historias seudocientíficas para no dormir, que se han demostrado fehacientemente falsas.

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