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El Regimiento José Bonaparte

Todos saben quién fue la División Azul, esa unidad de voluntarios que Franco envió a luchar contra la Unión Soviética en la Segunda Guerra Mundial, encuadrada dentro del ejército alemán. La División Azul dio en Rusia sobradas pruebas de su dureza en combate, de su heroísmo y de un trato humanitario para con la población civil muy distinto del que otros combatientes prodigaban.

Lo que no mucha gente sabe es que la División Azul no fue la primera unidad militar española en participar en una invasión de Rusia. Ciento veintinueve años antes, otra unidad militar española, el Regimiento José Bonaparte, intervino en la campaña francesa contra la Rusia zarista, encuadrada en el ejército imperial napoleónico.

La curiosa y trágica historia de esa unidad da comienzo en 1807, cuando el rey Carlos IV de España era aún aliado de Napoleón. Por encargo de Godoy, una unidad compuesta por más de 13.000 hombres, al mando del Marqués de la Romana, se desplaza hasta Dinamarca para, encuadrada en el ejército napoleónico, defender las costas danesas de desembarcos ingleses.

Sin embargo, pocos meses después estalla en España la Guerra de la Independencia. Unos 8.000 integrantes del contingente español consiguieron tomar el puerto danés de Nyborg y embarcar posteriormente hacia España en barcos ingleses. Sin embargo, otros 5.000 españoles, acantonados en Selandia, no lograron escapar y fueron entregados por Dinamarca a las autoridades francesas, que los internaron en un presidio. Corría el mes de agosto de 1808.

Al año siguiente, Napoleón, siempre necesitado de combatientes, ofrece a aquellos prisioneros españoles la libertad, a cambio de integrarse en su ejército. Unos 3.200 de los 5.000 aceptaron el ofrecimiento; algunos por convicción, otros como simple medio de escapar del presidio, muchos con la esperanza de poder desertar a la primera oportunidad que se les presentara. Aquellos hombres formarían el denominado Regimiento José Bonaparte. Como Napoleón no se fiaba de aquellas tropas, decidió utilizarlas en lugares alejados de España, como el norte de Francia y Polonia.

Tres años después, en junio de 1812, el Regimiento José Bonaparte se incorpora al ejército imperial destinado a la invasión de Rusia. Y protagonizó algunos actos heroicos puntuales durante el paseo triunfal que lleva a Napoleón a conquistar Moscú. Después de eso, la tragedia. En la larga y desastrosa retirada del ejército napoleónico tras la toma de Moscú, las tropas de Napoleón serán diezmadas, incluido el Regimiento José Bonaparte.

Cuando finalmente alcancen tierras alemanas en diciembre de 1812, solo quedaba el 4% de la unidad, algo más de un centenar de hombres. Varios centenares de afortunados habían podido desertar y unirse al ejército ruso, donde formaron el Regimiento Imperial Alejandro al servicio del zar, pero la mayoría habían muerto en combate, por el frío o por las enfermedades. O fusilados por los franceses, tras algún intento fallido de deserción.

Aquel centenar largo de supervivientes seguiría sirviendo a Napoleón hasta su caída en 1814, momento en que es licenciado el Regimiento José Bonaparte.

¿Qué fue, en resumen, de aquellos 13.000 hombres que habían salido de España en 1807? Como ya hemos dicho, algo más de 8.000 lograron volver de Dinamarca a España en 1808. De los 5.000 que fueron hechos prisioneros por los franceses, unos 1.800 se negaron a incorporarse al Regimiento José Bonaparte y volvieron a España en 1814, al ser liberados tras la caída de Napoleón. De los 3.200 que integraron el Regimiento José Bonaparte, unos pocos centenares, quizá unos 400, se unieron a los rusos y también pudieron volver a España en 1814. La mayoría de los restantes perdió la vida en la desastrosa invasión de Rusia por Napoleón.

¿Y qué pasó con los menos de 200 miembros del Regimiento José Bonaparte que sobrevivieron a la guerra? Pues que fueron declarados traidores por Fernando VII, por haber servido a las órdenes del emperador francés, con lo que la mayoría no llegó a regresar a España nunca, permaneciendo muchos de ellos en el ejército francés tras la caída del emperador.

Como ven Vds, la tragedia de aquellos españoles daría para una película. O para una serie de televisión. En cualquier caso, merecerían ser un poco más recordados.

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