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El pobre Rajoy

Para cualquiera que empatice mínimamente con el sufrimiento de los demás, resulta dolorosa la terrible impotencia que parece aquejar al pobre Rajoy.

¿Que Zapatero coloca en Estrasburgo a un juez ad hoc para cargarse la doctrina Parot? El pobre Rajoy no puede hacer nada, aunque existan mecanismos como la recusación que hubieran permitido apartar a ese juez por parcialidad.

¿Que Estrasburgo dice que la etarra Inés del Río sea liberada? El pobre Rajoy no puede hacer nada, aunque otros países retrasen o rechacen la ejecución de las sentencias de Estrasburgo como más conviene a sus intereses nacionales.

¿Que la Audiencia Nacional excarcela en 24h a Inés del Río, marcando un récord europeo en rapidez de ejecución de una sentencia de Estrasburgo? El pobre Rajoy no puede hacer nada, aunque él controle la Fiscalía, la Abogacía del Estado y el Consejo General del Poder Judicial.

¿Que esa misma Audiencia Nacional extiende sin motivo el caso de Inés del Río a otros 62 etarras, así como a violadores y pederastas? El pobre Rajoy no puede hacer nada, salvo premiar al principal responsable, Grande-Marlaska, con un puesto en el CGPJ.

¿Que los proetarras organizan decenas de homenajes a los asesinos excarcelados? El pobre Rajoy no puede hacer nada, aunque el Estado tenga la obligación de exigir a la Policía Autónoma Vasca que impida los actos de exaltación del terrorismo.

¿Que los amigos de los asesinos le gritan a las víctimas del terrorismo en las calles de Mondragón "Los nuestros en la calle, los vuestros al hoyo"? El pobre Rajoy no puede hacer nada, aunque los poderes del Estado tengan la obligación de impedir que se cometan delitos de humillación a las víctimas.

¿Que los 63 asesinos excarcelados de ETA participan en una foto multitudinaria en Durango, para reiterar las exigencias de autodeterminación y amnistía? El pobre Rajoy no puede hacer nada, porque para enfrentarse a los asesinos en una rueda de prensa ya están algunos periodistas.

¿Que Sortu se dedica a prestar despachos de sus cargos públicos para guardar documentación de personas acusadas de formar parte de ETA? El pobre Rajoy no puede hacer nada, porque instar un proceso de ilegalización del brazo político de una organización terrorista es un auténtico follón.

¿Que su fiel aliado el PNV presta su nombre para burlar a la Justicia y que así se celebre en Bilbao otro acto de apoyo a los asesinos presos? El pobre Rajoy no puede hacer nada, porque no se van a poner en riesgo las buenas relaciones con un PNV con quien se acaba de repartir el CGPJ y la Comisión de Mercados y Competencia.

¿Que algunos miles de canallas se manifiestan ayer por las calles bilbaínas aplaudiendo a los etarras excarcelados y pidiendo amnistía para los que todavía están en la cárcel? El pobre Rajoy no puede hacer nada, aunque en ningún otro país democrático de nuestro entorno se permitiría homenajear así a los asesinos de más de 300 españoles.

El pobre Rajoy no hace nada, nunca puede hacer nada. Siempre existe algún buen motivo que impide actuar a Rajoy.

El pobre Rajoy consiguió en las pasadas elecciones la mayor cuota de poder que ha logrado nunca un gobernante en nuestra historia democrática, pero nunca puede aplicar ese poder para nada. Cuando no es Europa la que le coarta, es la Justicia, y si no, las competencias autonómicas. El caso es que el pobre Rajoy nunca puede efectuar la más mínima acción para ahorrar a los españoles y a las víctimas del terrorismo ninguna humillación, ni evitarles ninguna injusticia.

Y el pobre Rajoy sufre mucho: porque a él, en el fondo, le gustaría hacer el bien, pero hay otros que se empeñan en hacer el mal y el pobre Rajoy, claro está, no puede hacer nada por impedirlo.

Como soy buena persona, permítame el pobre Rajoy que le sugiera una cosa que sí podría hacer para ayudar a los españoles. Una cosa que ni la Justicia, ni Europa, ni la situación económica, ni los condicionantes del estado autonómico le impedirán hacer, porque solo depende, única y exclusivamente, de él mismo: dimita y márchese a su casa, hombre. Deje de sufrir por su impotencia.

Y deje su puesto a alguien que sí esté dispuesto a mover un dedo, y a usar su poder, para defender a la Nación a la que debería servir y a los ciudadanos que le pagan su sueldo.

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