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El nuevo Pedín

Durante la última etapa de gobierno de Felipe González, la Izquierda Unida de Julio Anguita fue uno de los azotes de la corrupción socialista, cosa que el líder del PSOE no le perdonó al dirigente comunista.

Había que reventar Izquierda Unida como fuera, para que volviera a ser una simple muleta del PSOE, así que en marzo de 1996 se induce una escisión en el partido de Anguita. Esa escisión, partidaria de un entendimiento con el PSOE y encabezada por Cristina Almeida y Diego López Garrido, se constituyó primero como partido dentro de Izquierda Unida, con el nombre de Partido Democrático de la Nueva Izquierda (PDNI), protagonizando varios enfrentamientos públicos con la dirección de IU en general y con Anguita en Particular.

Esos enfrentamientos llevaron a la expulsión de los miembros del PDNI de la dirección de IU en junio de 1997, circunstancia que los tres diputados del PDNI aprovecharon para pasar al grupo mixto. Tres años después, los miembros del PDNI se presentaban en las listas del PSOE y el partido anunciaba su integración dentro del partido socialista.

El PDNI (a quien los dirigentes de Izquierda Unida llamaban con sorna "el Pedín", haciendo un juego de palabras con las siglas) es un perfecto ejemplo de escisión inducida: los líderes del PDNI no representaban a nadie más que a ellos mismos, no arrastraban voto detrás de sí y el único objetivo de la operación era dañar a una Izquierda Unida que resultaba molesta para el PSOE. Por supuesto, al acabar la operación, los principales protagonistas recibieron su recompensa: Cristina Almeida fue nombrada candidata a la presidencia de la Comunidad de Madrid por el PSOE en 1999 y senadora por designación autonómica ese mismo año. Diego López Garrido, por su parte, fue elegido diputado por el PSOE en las elecciones de 2000 y en 2001 entró en la Ejecutiva Federal del PSOE. Desde entonces ha hecho su carrera política dentro del partido socialista, donde llegó a portavoz del grupo parlamentario y secretario de estado. Ahora creo que anda por la Fundación Alternativas.

Andamos en estos días en una repetición de la historia. De nuevo el Partido Socialista se encuentra a su izquierda con alguien que le resulta incómodo y de nuevo el Partido Socialista maniobra para inducir una escisión; escisión partidaria, por supuesto, de pactar con el PSOE. El nuevo Pedín se llama Más País y lo encabeza Errejón.

Todas las encuestas coinciden en que el nuevo Pedín será un fiasco electoral: en el mejor de los casos, podría conseguir cinco diputados y garantizarse grupo parlamentario propio; en el peor de los casos, podría obtener tan solo dos o tres escaños.

Pero el resultado electoral de Mas País es irrelevante: de lo que se trata es de hacerle un roto a Pablo Iglesias. Y no hace falta ser adivino para intuir cómo acabará la operación: con una integración del nuevo Pedín en el PSOE y con un premio a Errejón y a algunos otros por los servicios prestados.

Si algo bueno se puede decir del PSOE es que suele pagar bien a los que bien le sirven.

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