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Buscando pruebas en unos vagones de tren

Vagón por vagón, removiendo cada metro del amasijo de cables y hierros retorcidos en los que quedó convertido el Alvia S/730, la policía científica buscó este martes durante horas el teléfono corporativo por el que el maquinista hablaba 11 segundos antes de descarrilar...

[Extrajeron] restos humanos, objetos personales de los pasajeros y otros elementos que introdujeron en bolsas plásticas para su análisis y cotejo... Desde primera hora de la mañana hasta mediada la tarde, un equipo especial de la policía científica, el Grupo Operativo de Intervenciones Técnicas (GOIT) buceó entre los trozos desmembrados del ferrocarril que las grúas fueron retirando de la vía de Angrois para depositarlos a la intemperie en un recinto vallado junto una nave de transportes pesados en A Escravitude (Padrón), a unos 20 kilómetros de Santiago.

Uniformados con monos blancos de plástico, guantes, botas y casco de protección, los agentes del GOIT emplearon sierras radiales e incluso una especie de azada para abrirse paso entre las chapas metálicas del tren. Dos perros adiestrados de la unidad canina se fueron alternando en la búsqueda de fragmentos humanos, según fuentes de la investigación, entre los vagones deshechos. Recogieron efectos personales de los pasajeros y otros elementos que tendrán que procesar.

Estos párrafos están extraídos de una crónica que el periódico El País publicaba el pasado martes, catorce días después del accidente de Santiago.

Como pueden ver ustedes, son muchas las cosas que se deducen de esa crónica:

- 14 días después del accidente, los vagones de tren se conservaban protegidos en un recinto vallado.

- 14 días después del accidente, la Policía seguía cribando los restos de esos vagones, en busca de cualquier tipo de prueba y, en particular, del teléfono móvil y la tableta del maquinista.

- 14 días después del accidente, esa labor de rastreo se realizaba con las adecuadas medidas de protección y embolsando cada resto encontrado, para su posterior procesamiento.

No hay nada raro en ello. Todo lo contrario. En el sumario judicial se han personado ya las correspondientes instancias oficiales, las correspondientes empresas, numerosas familias de las víctimas y las aseguradoras. Y la Ley de Enjuiciamiento Criminal obliga a conservar las pruebas a disposición de todas esas partes personadas. Y la obligación de la Policía es recopilar y analizar con el debido cuidado esas pruebas, para tratar de determinar qué fue lo que pasó, así como las responsabilidades correspondientes.

Lo mismo sucedió en el accidente de metro de Valencia: el tren siniestrado se conservó durante dos años, precintado y custodiado, hasta que el juzgado autorizó su desguace, después de realizar todas las pruebas oportunas, incluidas las periciales que solicitaron las partes personadas.

Por el contrario, en el 11-M los vagones se comenzaron a desguazar 48 horas después del atentado, no se adjuntaron al sumario ni siquiera las actas de recogida de muestras en los trenes, y numerosos efectos hallados en los trenes fueron destruidos en una trituradora industrial situada a las afueras de Madrid o incinerados en el vertedero de Valdemingómez.

¿Por qué en todos los casos de accidentes ferroviarios se conservan los trenes para que las partes personadas puedan realizar cuantas pruebas estimen oportunas, y en el 11-M no?

¿Por qué en todos los casos de accidentes ferroviarios la Policía criba y perita los restos durante todo el tiempo necesario y en el 11-M no?

¿Por qué en todos los casos de accidentes ferroviarios se mantienen los restos de los trenes custodiados y a disposición judicial y en el 11-M no?

¿Por qué en todos los casos de accidentes ferroviarios se recopilan con exquisito cuidado las pruebas encontradas en los trenes, y en el 11-M no?

¿Por qué el atentado del 11-M es la única gran catástrofe ferroviaria en la que había que desguazar los trenes a toda prisa y destruir todo lo encontrado en ellos?

No se molesten en responderme: son preguntas retóricas. En el 11-M hubo que destruir los escenarios de los crímenes y todas las pruebas directas del caso porque, si no, hubiera sido imposible crear una red de pruebas falsas con las que culpar a una falsa trama islamista de aquel golpe de estado que cambió la Historia de España y que nos ha llevado al punto de postración y ruina en que hoy nos encontramos.

Si planteo las preguntas no es porque necesiten respuesta, sino simplemente porque, al menos, habrá que dejar constancia de que somos conscientes del engaño.

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