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¿A quién votar hoy?

¿A quién votar hoy? Pues es muy sencillo: vota a quien te de la gana. Y vota, además, por los motivos que a ti te den la gana.

Vota pensando en ti mismo. O vota pensando en los demás.

Vota lo que a ti más te convenga. O lo que sea mejor para tu familia. O lo que más beneficie a tu país. O lo que más ayude a la Humanidad.

Vota a quien más te guste. O a quien menos te disguste.

Vota para que ganen los tuyos. O para que no ganen tus adversarios.

Vota por utilidad. O vota lo que más te atraiga. O vota por descarte.

Vota para no ser Venezuela. O vota para serlo.

Vota pensando en el futuro. O vota para vengar el pasado. O vota analizando el presente.

Vota con ilusión. O vota por miedo. O vota por precaución. O vota como protesta.

Vota por amor. O por odio. O con indiferencia

Vota para defender la libertad. O vota para que gane la Justicia. O vota por solidaridad. O vota para que la prosperidad aumente.

Vota por simpatía hacia un candidato. O vota por antipatía hacia otro.

Vota con convicción. O vota resignado. O vota por resentimiento.

Vota racionalmente. O vota irracionalmente. O vota emotivamente. O vota sentimentalmente.

Vota para defender los derechos de las mujeres. O los de los hombres. O los de los ancianos. O los de los niños. O los de los inmigrantes. O los de los españoles. O los de todos los seres humanos. O los de los animales.

Vota para dar gusto a tu pareja. O para chincharla un poco.

Vota para que se calle tu suegra. O vota lo contrario que tu cuñado.

Vota pensando en tus nietos. O pensando en tus abuelos.

Vota contra el comunismo. O contra el capitalismo. O contra el fascismo. O contra el liberalismo. O contra el socialismo. O a favor de cualquiera de ellos.

Vota para que se respeten las fronteras. O para que no haya fronteras.

Vota por la unidad de España. O por la independencia de sus regiones. O por la unión de los pueblos europeos. O por la implantación de un gobierno mundial.

Vota por el progreso tecnológico. O por el cuidado del medio ambiente.

Vota lo que todos votan. O vota testimonial.

Vota, incluso, lanzando una moneda al aire, si eso es lo que quieres.

Independientemente de cuál sea tu motivo para votar, siempre será un motivo válido. Porque en democracia, por definición, no hay votos erróneos, ni motivos equivocados.

Solo tú sabes qué es lo que prefieres. Sólo tú conoces qué es lo que más te conviene a ti o a aquellos que te importan. Sólo tú sabes cuáles son tus sentimientos, tus ilusiones y tus expectativas. Sólo tú sabes a quién amas y a quién odias, quién te atrae y quien te repele. Y sólo tú vas a ser capaz de agitar la coctelera de tus emociones y de tus razonamientos, hasta obtener la decisión de qué papeleta coger.

Sólo tú puedes decidir tu voto. Y la grandeza de un día como hoy es que tu voto no es más correcto, pero tampoco menos, que ningún otro voto. Porque todos los votos lo son.

Hoy, cuando te enfrentes con las urnas, vota como te salga de las pelotas. Porque tu decisión, sea cual sea, será siempre la correcta.

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