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Imitemos a Suecia: contra la crisis, menos gasto y menos impuestos

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Al poco de llegar al gobierno sueco, el gabinete de Fredrik Reinfeldt abolió el Impuesto de Patrimonio y reordenó el Impuesto sobre la Renta para bajar la presión fiscal a diferentes grupos de contribuyentes. El gabinete también revisó a la baja el Impuesto de Sociedades hasta llevar su tipo general al 22%, bajando también el IVA del sector servicios del 25% al 12%. El Ejecutivo también eliminó tasas y gravámenes varios.

Anders Borg, el joven Ministro de Finanzas del Reino nórdico, no titubeó ante las quejas de la oposición: “los ganadores serán, a largo plazo, todos los suecos, pues así crearemos las condiciones para que nuestras empresas puedan competir a nivel global”. Algo similar declaró el Ministro de Educación Jan Björklund, que afirmó que “subiendo los impuestos al trabajo, conseguimos que menos gente trabaje… pero bajando los impuestos al trabajo, conseguimos que más gente trabaje”.

Las rebajas de impuestos tuvieron excelentes resultados: la socialdemocracia alertaba de que Suecia enfrentaría un “desempleo de dos dígitos” durante el gobierno de la Alianza, pero los hechos fueron muy distintos y la desocupación cayó hasta el 7,4% en verano de 2010. Think tanks y centros de estudio han determinado que las rebajas fiscales permitieron la creación de alrededor de 100.000 nuevos puestos de trabajo.

Pero no solamente se han bajado impuestos. Bajo gobierno de Reinfeldt, Suecia ha aprobado diferentes reformas de corte liberal. Entre ellas, el Ejecutivo ha ajustado el gasto en “ayuda al desarrollo”, cerrado agencias y entes públicos, eliminado el servicio militar obligatorio, liberalizado el alcohol, las farmacias y el transporte ferroviario, reducido los privilegios sindicales, legalizado el matrimonio civil entre personas del mismo sexo, etc. Solamente entre 2006 y 2010, la racionalización de los subsidios por desempleo y similares redujo en 150.000 personas el número de suecos que cobran estas transferencias.

En cuanto al gasto público, el peso del Estado en Suecia es casi idéntico al de España (49% vs. 47% del PIB). La tendencia en Suecia es a la baja, ya que cuando Reinfeldt llegó al poder, el Estado consumía el 54% del PIB. No obstante, el 47% de nuestro país supone un aumento significativo frente a los datos de 2004, cuando este indicador cayó al 38%.

El manejo del cuadro fiscal ha sido notable, ya que Suecia no ha incurrido en grandes déficits públicos y ha procurado mantener la estabilidad presupuestaria de forma rigurosa. La deuda del Estado sueco se acerca al 35% del PIB, frente al 50% de 2005, año previo a la primera legislatura de Reinfeldt.

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