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Los impuestos a las empresas en España y el mundo

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Según su propia descripción oficial, el Informe Paying Taxes, elaborado por PwC y el Banco Mundial, “compara los diferentes regímenes fiscales para las empresas de más de 180 países de todo el mundo y determina su eficacia y su impacto en la inversión empresarial. El informe analiza las horas que las compañías dedican a cumplir con las normas fiscales y el número de pagos a los que deben hacer frente y el coste total de la carga tributaria”.

En el ámbito mundial, los resultados del estudio para 2012 han encontrado que una empresa promedio pierde casi 300 horas para poner en orden sus pagos a Hacienda. A nivel mundial, la fiscalidad resta el 45% de sus ingresos a las empresas, un porcentaje ciertamente elevado.

Los datos de PwC y del Banco Mundial explican que aumentar los impuestos no siempre supone más recaudación y, de hecho, suele estimular una caída en los ingresos del Estado. Igualmente, el índice aclara que simplificar el pago de impuestos se traduce en un repunte del sector privado, que se expande y crea más empleo como consecuencia.

El número de procesos que soporta un empresario de Hong Kong para cumplir con Hacienda apenas incluye tres pagos, mientras que un emprendedor de Georgia se enfrenta a cuatro pagos. En España la situación es mucho más compleja, ya que las empresas están obligadas a hacer ocho diferentes pagos anuales. Esta situación contrasta con países como Suecia, cuyas reformas de liberalización en las dos últimas décadas han conseguido llevar el número de pagos a cuatro.

En cuanto a la presión fiscal, las compañías de nuestro país pagan casi el 39% de impuestos sobre sus ingresos netos. Esto condena a España a un paupérrimo puesto 90 en la clasificación internacional.

Si nos ceñimos al número de horas invertidas en el pago de impuestos, encontramos que tres economías árabes (EAU, Bahrein y Catar) ocupan los primeros puestos de la clasificación, con el permiso de las Islas Maldivas, donde los tributos a las empresas no se aplican sobre ingresos y se limitan a una serie de “cuotas” o “tasas” aplicadas en cada servicio, a modo de impuesto indirecto. A continuación encontramos las 59 horas que invierten los empresarios de Luxemburgo, las 63 que dedica el sector privado en Suiza o las 76 que comprometen los emprendedores irlandeses. Estas cifras no son ideales, pero sí resultan muy positivas en comparación con las 187 horas de trámites que enfrentan las empresas españolas.

El informe de la PwC y del Banco Mundial también muestra que no todas las regiones del mundo están bajando los impuestos de igual modo:

- En el Sur de Asia no se aprecian reformas liberales en la fiscalidad. De hecho, el estudio mide un cierto aumento de la presión tributaria que soportan las empresas de la zona.
- En América Latina sí baja la presión fiscal que soporta el sector privado, aunque solamente un 2,4%.
- En el Sudeste Asiático y Asia Central se aprecia un vuelco del 4,2%, una cifra similar al progreso experimentado en los países de la OCDE (4,9%).
- El liderazgo claro en la liberalización de la tributación a las empresas tiene lugar en tres grandes frentes: Medio Oriente, donde la caída es del 14%, Europa del Este y Asia Central, donde la rebaja es del 15%, y el África Subsahariana, donde la mejoría es del 13,6%.

Sin duda, la globalización está permitiendo que las rebajas fiscales lleguen a casi todos los países del mundo. Si comparamos estos datos con los del año 2006 encontramos que la fiscalidad a las empresas en todo el mundo ha pasado de gravar el 52% de los ingresos al promedio actual del 45%. Cierto es que queda mucho por hacer, y próximamente analizaré el rol de los paraísos fiscales y la competencia fiscal para conseguir que esos avances sigan produciéndose.

El estudio de PwC y el Banco Mundial confirma que, durante el año pasado, países como Canadá, Nueva Zelanda o Ucrania han apostado de forma exitosa por una reducción de la fiscalidad a las empresas. Además, los gobiernos de Nueva Zelanda y Turquía han modificado las “contribuciones a la seguridad social” y decenas de países han seguido “migrando” hacia un modelo de capitalización para su sistema de pensiones.

Sobre este último punto, es fundamental consultar la tabla que compara el coste de la Seguridad Social para empresarios y trabajadores de América Latina. Así podemos observar que la media del continente es un reparto 55%-45% entre empleador y empleado, mientras que en Chile, referencia histórica de la liberalización de la Seguridad Social, el porcentaje es del 14% y del 86%, un mix que ayuda a las empresas mientras permite que los trabajadores se beneficien de un sistema de previsión mucho más eficiente y dinámico que el del sistema de reparto.

Además de bajar impuestos también es importante simplificarlos, como han hecho Georgia, México, Canadá, Islandia, Montenegro o Ucrania. Igualmente, mejorar el proceso de pagos es otra ayuda fundamental para las empresas. Países como Colombia, Costa Rica, India, Corea del Sur o Perú han avanzado mucho en este aspecto, apostando por sistemas de pago electrónico que llevan el proceso a un plano más sencillo.

Las consecuencias de una política tributaria son fundamentales para el crecimiento económico y la creación de riqueza. De hecho, el informe de PwC y el Banco Mundial subraya que este tipo de reformas es clave para reducir la pobreza en línea con los “Objetivos de Desarrollo del Milenio” que se marcó la ONU hace años y que tanto han avanzado gracias a la mundialización económica y la apertura de nuevos mercados y oportunidades para los más pobres.

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comentarios
1 duque, día

Interesante artículo. Pero en los artículos en esta línea parece que se pretende por qué se reduzca hasta el infinito la presión fiscal. Sin embargo, como se ve claramente en Grecia, una de las características claves de un Estado Moderno es la existencia de una recaudación de tributos eficiente. En Grecia he leido que el fraude fiscal alcanza niveles increibles. Las empresas de todas formas, por muchos que sean los tipos a pagar sobre el papel, siempre encuentran mecanismos legales o quasilegales para pagar menos de lo que deben. Yo todavía no entiendo como no se toman medidas más efectivas en España contra el fraude fiscal, haciendo que los inspectores hagan más trabajo de calle visitando empresas y menos de oficina.

2 Marqués, día

Muy interesante. Otra evidencia más (en la línea del post ¿Crisis global? del Miércoles 7 de marzo de 2012) de que el mundo no se detiene, y de que no todo es Europa. Mencionarle que se ha colado una errata, dice VD. que en España son 300 las horas dedicadas a los impuestos, pero anteriormente se especifica que esa es la media mundial. He entrado en el enlace del informe y creo que el dato correcto es 187 horas/año para España. Una pregunta ¿es de fiar la información del Banco Mundial? ¿Es una fuente neutral?, lo digo por que el Banco Mundial es una de tantas instituciones estatales. Textualmente dicen de si mismos que: “Las organizaciones que forman el Banco Mundial son propiedad de los gobiernos de los países miembros, y éstos son quienes, en el marco de esas instituciones, tienen la capacidad de tomar las decisiones definitivas sobre cualquier asunto”. Además “si un país desea ser miembro del Banco primero debe adherirse al Fondo Monetario Internacional (FMI)” De él dice Guido Mantega, Ministro de Finanzas de Brasil, y uno de los diseñadores de las políticas económicas del expresidente Lula: “En la fase postcrisis, necesitamos un Banco Mundial más grande, no más pequeño. Debemos contar con una institución capaz de trabajar en conjunto con bancos regionales de desarrollo más fuertes” Sin saber mucho del tema es una institución que huele bastante a “ayuda al desarrollo” (con todo lo que eso conlleva). Es una de esas cosas que creo podrían desaparecer sin mayores problemas. Como siempre felicidades por el blog. Esta entrada tiene mucha miga.

3 Diego Sánchez de la Cruz, día

Gracias por su advertencia, errata corregida. Sobre el Banco Mundial, coincido en mi recelo ante las políticas que recomienda, pero al igual que ocurre con otras instituciones como, por ejemplo, Funcas, su equipo de analistas es bastante decente. Informes como el "Doing Business" son fuentes habituales año tras año entre círculos liberales que rara vez coinciden con las recetas que recomienda el BM. Un saludo muy cordial.

4 Hegemon1, día

La nueva reforma laboral va encaminada a evitar o limitar la destrucción de empresas durante la crisis. No ha crear empleo neto. Ahora. Este debe producirse cuando se haga, en España, una reforma fiscal y laboral, de tributaciones por el empleo, que signifique, para los empresarios, abaratar la contratación. ¿En qué? Algunos expertos ya lo están apuntando: Bajar las cotizaciones y otras "tasas" que van implícitas al coste de un puesto de trabajo. Eso es un arma de doble filo ya que si se bajan las cotizaciones a la SS de un puesto de trabajo no se tiene dinero para pagar las actuales pensiones. Se debe cubrir con otros impuestos. Por ejemplo el IVA. O reformar el actual sistema para hacerlo, progresivamente, mixto como el chileno. Además de lo dicho, se dice en el artículo que las empresas están ahogadas a impuestos, encima complicados. Esto demuestra que en momentos complicados nuestras empresas, mercado laboral y financiero no son capaces de ser competitivos y sobrevivir sin fuertes ajustes. Es muy complicado. La cuestión clave es la voluntad, las ideas y principios que en los políticos no abundan para hacer lo que hay que hacer.

5 Marqués, día

Hegemon 1: Ha realizado Vd., en mi opinión, un comentario con un buen diagnóstico, pero con muchos errores de concepto. Es cierto que en tanto en cuanto no se rebajen las cotizaciones sociales, la creación de empleo se vera seriamente dificultada y nunca abandonaremos nuestro ya crónico paro (que aun en la época de la bonanza, mas bien burbuja, era muy alto), pero ¿por que sostener que una rebaja en dichas cotizaciones va a producir un mayor agujero en la SS? Sí admitimos que dicha bajada va a permitir disminuir el paro de forma sustancial, las dos consecuencias más rápidas y directas serán: 1- aumento de los cotizantes a la SS 2- disminución de los receptores de ayudas de desempleo. Una reforma laboral digna de tal nombre produciría por los dos efectos anteriores un aumento de ingresos netos al sistema. Otro efecto derivado indirecto será el aumento de la recaudación de impuestos (tanto directos como indirectos) a pagar por esos nuevos asalariados. La única objeción es que desde la aprobación de la reforma hasta que se incorporaran al mercado de trabajo unos tres millones de personas por ejemplo (hay 5 millones de parados), la rebaja de las cotizaciones podría producir una temporal reducción de ingresos en la SS. Bueno, pues no pasa nada, se aprueba una reducción en el gasto público que cubra temporalmente esa diferencia y ya esta. (Ejemplos de donde recortar hay muchos, en este mismo blog “Eliminar el IRPF y el impuesto de Sociedades…en tres párrafos” Domingo 29 de enero de 2012.) Si se optara por un sistema de capitalización de las pensiones, ya sería la bomba. ¿De verdad es tan complicado? Saludos. PD: ese nick,....... ¿era Vd. habitual del blog de Pío Moa?

6 LibLu, día

Excelente artículo y excelentes comentarios!

7 interjet mexico, día

muy buen editorial, estaba esperando por esta asesoria

8 fran, día

Me tengo que marchar con la niña...